Las abuelas fueron fundamentales para sostener la evolución humana, sostiene un estudio elaborado por especialistas de la Universidad de Utah y de Sidney. De acuerdo con los resultados, gracias a ellas nuestra especie desarrolló mayores capacidades sociales y vidas más largas.
«La abuela fue el paso inicial para convertirnos en quienes somos«, asegura la autora principal del estudio, la antropóloga Kristen Hawkes. En 1997, Hawkes se propuso dar respuesta a un asunto que obsesiona a los antropólogos desde hace décadas: el porqué de la menopausia.
A diferencia de los primates, las mujeres humanas llegan a una etapa de la vida en la que su ciclo menstrual se detiene y ya no pueden concebir. Para explicarlo, la antropóloga propuso la «hipótesis de la abuela», una teoría que explica la menopausia a través del valor evolutivo que tuvieron las abuelas a lo largo del tiempo.
Según planteó, las abuelas ayudaron a desarrollar «una amplia gama de capacidades sociales que son la base para la evolución de otros rasgos distintivamente humanos, incluida la vinculación de parejas, cerebros más grandes, aprender nuevas habilidades y nuestra tendencia a la cooperación».
Con el fin de poner a prueba su hipótesis, Hawkes realizó un estudio a través de simulaciones de computadora para proporcionar evidencia matemática que la compruebe o refute.
El equipo, conformado por Hawkes junto con el biólogo matemático Peter Kim (Universidad de Sidney) y al antropólogo Jamez Cozworth (Universidad de Utah), simuló lo que sucedería con la esperanza de vida de una especie hipotética de primates si las hembras tuvieran menopausia y existieran las abuelas como parte de la estructura social, resume la revista Smithsonian.
En la simulación, un 1 % de la población femenina de primates fue programada para tener una predisposición genética de mayor esperanza de vida y menopausia. Transcurridos 60.000 años de evolución, esta especie hipotética de primates desarrolló la capacidad de vivir décadas después de su edad fértil, entre los 60 y 70 años, con un 43 % de las hembras siendo abuelas. Esto supera en más de 20 años, en ciertos casos, la expectativa de vida de las hembras de chimpancé —entre 35 y 45 años—, que suelen morir al superar su edad fértil.
Pero, ¿cómo es que las abuelas ayudaron a que vivamos más tiempo? Según la hipótesis, las abuelas funcionaban, por un lado, como un apoyo para la madre para el cuidado del bebé y de la madre que recién daba a luz.
De este modo, cuanto más abuelas había, más posibilidades de que los niños que nacieran permanecieran sanos y bien cuidados. Al mismo tiempo, como los genes de longevidad se transmiten, con el paso de las décadas las personas fueron teniendo cada vez mayor esperanza de vida.
Pero ¿para qué la menopausia? Según explica Hawkes, si las mujeres no tuvieran menopausia continuarían siendo madres, en lugar de ocupar el rol de abuela, por lo que no habría ese cuidado extra que proporciona ese lugar.
Aunque la teoría no es definitiva, se aclara en el estudio, la investigación sirve como nueva evidencia matemática que le da mayor sustento científico. El trabajo fue publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B.
Fuente: agencia Sputnik.