Un vídeo publicado recientemente por la Sociedad Química de EE.UU. pone de relieve cómo la experiencia de observar a alguien siendo perseguido por un asesino en una película de terror es muy similar a lo que sentiríamos en caso de que nos ocurriera a nosotros (aunque menos intensa), informa ‘The Daily Mail‘.
En primer lugar, sentimos una intensa sensación de miedo, que es una respuesta evolutiva que nos prepara para reaccionar o huir. Esta es controlada por el conjunto de neuronas del núcleo paraventricular del tálamo, región del cerebro que actúa como ‘sensor’ y que es extremadamente sensible a la tensión. Además, el miedo provoca que las glándulas suprarrenales comiencen a bombear adrenalina.
Como consecuencia, el ritmo cardiaco aumenta, se agudizan los sentidos y nuestro organismo ‘nos proporciona’ acceso a enormes cantidades de energía con el fin de ayudarnos a hacer frente a aquello que amenaza nuestra supervivencia. En ocasiones puede ocurrir que la amenaza sea tan intensa que, como respuesta motora, nos quedemos paralizados.
Además, es probable que comencemos a gritar instintivamente. «Percibimos los gritos en una zona completamente diferente en la parte del cerebro destinada al lenguaje. A diferencia del habla normal, los gritos ‘van’ desde los oídos hasta la amígdala, que es el centro de emergencia del cerebro», explica el vídeo.
En caso de que el asesino en serie nos alcance y ataque, es probable que sintamos un dolor agudo. Al estar lesionados, las terminaciones nerviosas libres de las neuronas sensitivas primarias, llamadas ‘nociceptores’, envían mensajes al cerebro que son recibidos por el tálamo, «que trata de decirle al cerebro que haga todo lo posible para evitar que la lesión ocurra de nuevo». «Tiene que ver con la autopreservación, duele por una razón», cuenta la grabación.
«Ahora está muerto en el suelo», continúa el vídeo, añadiendo que «suponiendo que se haya infligido una lesión cerebral extensa, en ese momento estaría asumiendo que está clínicamente muerto». Pero su cerebro seguiría trabajando. Según estudios recientes, el cerebro parece experimentar una sobretensión final que podría estar asociada con la conciencia. «Algunas personas creen que esto es una explicación de las experiencias cercanas a la muerte», señala el vídeo. Tras ello, tendría lugar la muerte biológica.