Un niño a la edad de 26 semanas entró al mundo mediante una cesárea mientras seguía envuelto dentro del saco amniótico. Inmediatamente después de la cirugía se pudo ver como el bebé, Silas Philips, todavía estaba en posición fetal dentro del saco. Increíblemente, el niño aún recibía oxígeno a través del cordón umbilical entregado por la placenta hasta que se rompió el saco. El médico tenía un plazo corto para sacar al niño del saco, el cual tenía que romper con los dedos.
Este tipo de parto no es algo común, aproximadamente uno de 80.000 partos se realizan con el saco intacto, el cual normalmente se rompe durante las labores y es una fina membrana llena de líquido amniótico. Generalmente, durante una cesárea es donde se rompe el saco. El bebé actualmente tiene tres meses y se encuentra en buen estado de salud en su casa.
En tiempos medievales, este tipo de parto se pensaba que era un signo de buena suerte, que el niño estaba destinado a lograr cosas grandes. Supuestamente, Napoleón, Sigmund Freud y David Copperfield llegaron al mundo de esta manera.
Fuente: i09