Durante 100 años se creyó que el perico nocturno había desaparecido, pasando a la leyenda de las aves extintas. Ahora, investigadores han anunciado que encontraron una población de estos raros pericos, que se esconden profundamente en los arbustos de Australia Occidental.
El descubrimiento sigue a décadas de avistamientos no verificados y rumores de que los pájaros han persistido por mucho tiempo después de que se pensara que se habían extinguido. Hasta hace pocos años, había escasa evidencia que respaldase su existencia.
Entonces, hace cuatro años irrumpió la noticia de que ornitólogos habían filmado y etiquetado a uno de estos pájaros evasivos, entre los matorrales de spinifex en un rancho alejado en Queensland. Esta noticia fue el equivalente (en versión pájaros) a encontrar a un tigre de Tasmania acechando en los bosques de la isla asutraliana.
Esto dio a muchos la esperanza de encontrar al santo grial de la observación de aves, todavía merodeando en la naturaleza y sin el conocimiento de las pocas personas que viven en el interior.
Un grupo de cuatro amigos de Broome, Australia Occidental, mantuvo estas esperanzas durante los últimos siete años, buscando sin cesar en los parches remotos de spinifex –el hábitat favorito del perico nocturno. Luego de solo dos días de viaje en un lugar no revelado, en la noche escucharon una llamada extraña e irreconocible para ambos.
Al día siguiente, y para su asombro, uno de los pájaros, de color verde y amarillo, salió disparado frente a uno de los miembros del grupo. «Estábamos exaltados, tan emocionados como podíamos estar», dijo Bruce Greatwich, uno de los observadores de ájaros, a The Guardian Australia. «Que ocurra algo por lo que hemos trabajado durante tanto tiempo, y que mucha gente ha tratado de lograr… estábamos claramente muy, muy emocionados».
El perico nocturno (Pezoporus occidentalis), uno de los pájaros más misteriosos de Australia, se describe a menudo como parecido a un periquito australiano, con franjas verdes, amarillas, y negras en sus plumas. Su conducta nocturna y reservada, junto con el hecho de que anida en el suelo, en el espeso spinifex, implicó que incluso siendo común, era tan elusivo que incluso los buscadores más determinados no pudieron encontrarlo. Es probable que el factor suerte haya jugado un importante rol en el reciente hallazgo.
El grupo escuchó al menos seis llamadas nocturnas de estas aves, lo que aumenta la esperanza de que su población sea mayor de lo que se pensó, y de que simplemente hayan estado viviendo en secreto todo este tiempo. El hallazgo también pondrá en duda la construcción y el desarrollo de las operaciones mineras en esta región del interior de Australia.
El Ciudadano