El primer dron humanitario de reparto solidario está cruzando los cielos de Ruanda. El proyecto es una colaboración entre la empresa emergente de robótica Zipline, de Silicon Valley, y el gobierno ruandés. La flota consiste en 15 drones llamados zips, los que podrán entregar productos médicos de primera necesidad, vacunas y suplementos de emergencia o sangre a las clínicas, a toda hora, informa IFLScience.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, lanzó el primer dron en una ceremonia de inauguración el 14 de octubre. Los drones se lanzan desde una especie de catapulta mecánica, desd donde ascienden hasta unos 150 metros.
Usando datos de GPS, los drones pueden volar a sus destinos a distancias de, al menos, 150 kilómetros de ida y vuelta. Con esta tecnología, una clínica o médico simplemente necesita enviar un mensaje de texto al centro de distribución de Zipline y el dron repartirá los suplementos necesarios lo antes posible. Cuando el dron alcanza su destino, simplemente abre su contenedor de carga y deja caer el paquete con un paracaídas.
Una vez que el proyecto esté funcionando a toda máquina, podrá ayudar a 7 millones de personas en un área de alrededor 18.000 kilómetros cuadrados.
Los drones aéreos son capaces de repartir suplementos de emergencia mucho más rápido que por tierra, particularmente en las áreas montañosas de África central, donde los caminos y el clima pueden ser difíciles
El concepto de los drones humanitarios no es algo nuevo; ha habido instancias en las que se han repartido suplementos por vía aérea, luego del terremoto en Nepal, en 2015, el tifón de Filipinas, en 2014, y en otros momentos de crisis en África central, en que se ha requerido acción solidaria. Pero esta es la primera vez que se establece un plan permanente.
«Las personas tienen la sensación de que EEUU lidera el mundo en términos de tecnología y que África intenta ponerse al día, mientras yo en realidad creo que esto podría estar cambiando», dice Keller Rinaudo, jefe ejecutivo de Zipline, al medio Washington Post. «Este es un gran ejemplo. De hecho son los países más pequeños, como Ruanda, los que están dispuestos a tomar riesgos y realmente invertir en algo radicalmente nuevo», agrega Rinaudo.
Fuente, IFLScience
El Ciudadano