En el fluido ocular de la primera paciente confirmada en Italia hallaron ARN de SARS-CoV-2
La primera paciente confirmada con COVID-19 en Italia, una mujer de 65 años que voló desde Wuhan (China) al país europeo el 23 de enero, presentó niveles detectables de ARN de SARS-CoV-2 en los fluidos oculares varios días después de que el virus fuera indetectable en las muestras nasales, de acuerdo con un estudio publicado recientemente en Annals of Internal Medicine.
Al momento en que la paciente fue ingresada al Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas L. Spallanzani (INMI) en Roma, el 29 de enero, presentaba una variedad de síntomas asociados al COVID-19, los cuales incluyen tos seca, dolor de garganta, coriza (inflamación de la mucosa nasal), así como conjuntivitis bilateral.
Al tercer día de su admisión al INMI, puesto que el cuadro de conjuntivitis persistía, el personal médico procedió a analizar el fluido ocular, en donde fue detectado ARN de SARS-CoV-2. Como consecuencia, se continuaron recogiendo muestras oculares con una frecuencia casi diaria, las cuales resultaron positivas hasta el día 21 de hospitalización.
Entre los días 22 y 26 de tratamiento, el virus permaneció indetectable tanto en las muestras de nariz como de ojos. Sin embargo, para el día 27 se detectó de nuevo material genético del coronavirus en la muestra de secreciones oculares.
«El ARN del SARS-CoV-2 fue detectado en hisopos oculares días después de que fuera indetectable en los hisopos nasales«, explicaron los autores del estudio. Del mismo modo, los investigadores confirmaron a través de pruebas de laboratorio que la muestra del virus obtenida de los ojos de la paciente se estaba replicando por lo que representaba un foco de infección.
De acuerdo con los investigadores que realizaron el estudio, «los fluidos oculares de los pacientes infectados con SARS-CoV-2 pueden contener virus infecciosos y, por lo tanto, pueden ser una fuente potencial de infección», por lo que exhortan a los oftalmólogos a utilizar el equipo de protección adecuado durante los exámenes clínicos.
Los científicos concluyen advirtiendo sobre «la importancia de las medidas de control, como evitar tocarse la nariz, la boca y los ojos y lavarse las manos con frecuencia», puesto que «la mucosa ocular puede ser no sólo un lugar de entrada del virus sino también una fuente de contagio«.
Fuente: RT.