BeeHex estaba destinada al espacio. Fue fundada por la NASA en una misión para alimentar a astronautas o para misiones tripuladas a Marte, pero ahora ha dejado las naves y pasa la mayor parte de sus días haciendo pizza en eventos deportivos y atracciones turísticas.
En 2013, el ingeniero y empresario Anjan Contractor recibió una beca de la NASA de 125 mil dólares para construir un prototipo de impresora 3D para producir comida, como parte del programa Small Business Innovation Research. Se esperaba que la impresora de comida ayudara a ahorrar espacio y recursos en el espacio, para que los astronautas se mantuvieran saludables y alimentados en misiones de largo plazo.
En ese entonces, Contractor dijo a Quartz: «Los largos viajes al espacio requieren de alimentos no perecibles que duren más de 15 años. Estamos trabajando para que los carbohidratos, las proteínas y los macro y micro nutrientes estén en forma de polvo. Extraemos la humedad para que [el alimento] dure tal vez hasta 30 años».
Motherboard reporta que la NASA retiró la financiación al proyecto, como un recorte presupuestario que los forzó a dejar los programas auxiliares de Marte en espera.
Desde entonces, la invención se ha adaptado y vendido para usos más aterrizados y comerciales. Como explica la página de BeeHex en un comunicado: «BeeHex usa robots para hacer pizza de gran calidad a partir de los más finos ingredientes. La pizza de BeeHex está hecha por robots limpios. No es sólo una pizza que se ve rica, sino que sabe deliciosa, entusiasma a los chefs, a las cadenas de restaurantes, a los parques temáticos y a las grandes marcas de comida».
No es tan triste que BeeHex haya tenido que abandonar su sueño infantil de viajar al espacio exterior, porque mientras se habla del dispositivo como un desperdicio de dineros públicos, por otro lado el invento es un ejemplo de cómo la tecnología desarrollada para el espacio puede tener usos comerciales y una vida práctica, fuera de las torres de marfil de la exploración espacial.
Por Ton Hale, IFLScience
Trad CCV El Ciudadano