Solo un tercio de los ríos más largos de la Tierra siguen fluyendo libremente

Para bien y mal, los seres humanos evolucionamos para utilizar el mundo que nos rodea como si fuera una caja de herramientas para inventar, construir y solucionar

Solo un tercio de los ríos más largos de la Tierra siguen fluyendo libremente

Autor: Sofia Olea

Para bien y mal, los seres humanos evolucionamos para utilizar el mundo que nos rodea como si fuera una caja de herramientas para inventar, construir y solucionar. Esta curiosidad e ímpetu inagotable por comprender y utilizar los recursos naturales nos ha llevado a dañar el mundo en el que vivimos. Esto es particularmente cierto en el caso de la construcción de represas y sus efectos globales, que han hecho que casi dos tercios de los ríos largos del mundo ya no fluyan libremente.

En nuestro planeta queda un 37% de ríos sin barreras ni obstrucciones humanas, que proporcionan a cientos de millones de personas una mejor seguridad alimentaria y suministros de sedimentos para la agricultura, disminuyendo la probabilidad de inundaciones y sequías extremas y ayudando a apoyar un ecosistema sólido.

«Los ríos son la sangre vital de nuestro planeta», dice Michele Thieme, científica líder en aguas dulces de World Wildlife Fund (WWF), en un comunicado. «Proporcionan diversos beneficios que a menudo se pasan por alto y se subestiman. Este primer mapa de los ríos del mundo que fluyen libremente ayudará a quienes toman las decisiones a priorizar y proteger el valor total que los ríos otorgan a las personas y la naturaleza».

El equipo internacional de investigadores pasó más de una década analizando 12 millones de kilómetros de ríos de la Tierra para entregar la primera evaluación global de su flujo. Al publicar sus resultados en la revista Nature, el equipo descubrió que el 77% de los ríos del mundo con una extensión de más de 1.000 kilómetros han sido cortados desde la fuente hasta el mar. Estos ríos se encuentran principalmente en regiones remotas como el Ártico, la Cuenca del Amazonas y la Cuenca del Congo. Las represas son la principal razón de esta pérdida de conexión, aunque también están involucradas la extracción de agua y la captura de sedimentos.

«Durante milenios, los ríos han proporcionado alimentos, agua para uso doméstico y agrícola, corredores de transporte sostenido y, más recientemente, han permitido la generación de energía y la producción industrial», escriben los autores. «Estos bienes y servicios generalmente requieren una infraestructura construida y la sociedad ha abordado esta demanda al construir un estimado de 2,8 millones de represas».

Por todo esto es preocupante que actualmente haya más de 3.700 represas hidroeléctricas en fase de planificación o construcción. El equipo también sugiere que la conectividad de los ríos es inversamente proporcional a su longitud. Alrededor del 97% de los ríos de entre 10 y 100 kilómetros de largo fluyen libremente, pero esa cantidad disminuye a medida que se hacen más largos.

«La energía renovable es como una receta: tienes que encontrar la combinación correcta de ingredientes para tener una red de energía sostenible y un mundo natural próspero», dice Thieme. «Si bien la energía hidroeléctrica tiene inevitablemente un papel que desempeñar en el panorama de las energías renovables, la energía eólica y solar bien planificada pueden ser opciones más viables para los ríos y las comunidades, las ciudades y la biodiversidad que dependen de ellos».

Es probable que el cambio climático y el uso de la tierra solo empeoren las cosas. Dado el estado actual y las perspectivas futuras de los ríos de nuestro planeta, el equipo de WWF dice que es necesario actuar para proteger y restaurar nuestros sistemas de agua y evitar futuras amenazas. Muchos de estos sistemas brindan entornos diversos y dinámicos en todo el mundo y su rol es irreemplazable.

Fuente: IFLScience


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