La semana pasada en la provincia de Hebei, al norte de China, un grupo de médicos examinó los restos momificados cubiertos de oro de un maestro budista. Una tomografía computarizada reveló el increíble estado de los órganos del maestro Ci Xian, que se cree murió hace aproximadamente 1.000 años.
Wu Yongqing, unos de los doctores a cargo de la investigación, aseguró que los huesos «están en excelente condición, como los de una persona sana», mientras que el cerebro, su mandíbula superior, dientes, costillas, columna y articulaciones, «se conservan completos».
Medios locales señalan que el «estado natural» del tejido conectivo y las fibras musculares es «muy sorprendente», y subrayan que el análisis de los expertos tiene además un valor cultural y religioso de gran importancia.
De acuerdo con registros históricos, el sacerdote budista era originario de la India y viajó a China con el ánimo de difundir la filosofía budista. Posteriormente, fue nombrado maestro budista y luego de su muerte sus discípulos preservaron su cuerpo. En la década de 1970 sus restos fueron descubiertos en el interior de una cueva.
Su cuerpo fue bañado en oro el año pasado en el templo Dinghui (Hebei) en donde ha permanecido desde el 2011. Sin embargo, los maestros del templo aseguran que Ci Xian podría ser trasladado a otro lugar sagrado, que se está construyendo en la montaña Xiangxiang, en la provincia de Hunan.
En el 2015 científicos neerlandeses hallaron una momia similar dentro de una estatua de buda que data de los siglos XI o XII. Los restos, que pertenecían al maestro budista Liuquan, fueron examinados con una tomografía computarizada y sometidos a pruebas de ADN. Los resultados fueron publicados en una obra monográfica sobre su vida.