Las personas con cáncer terminal podrían beneficiarse de tomar una sustancia alucinógena llamada psilocibina, comúnmente encontrada en los hongos mágicos. Dos nuevos estudios, publicados este jueves en la revista Journal of Psychopharmacology, encontraron evidencia de que sólo una dosis de la droga puede ayudar a reducir la depresión clínica a largo plazo, la ansiedad y la angustia existencial, hasta en el 80% de los pacientes que enfrentaban la posibilidad de morir por causa del cáncer.
Roland Griffiths, quien es el coautor de uno de los estudios mencionados, explicó en un comunicado que «el diagnóstico de un cáncer que amenaza la vida puede ser desafiante en términos psicológicos, donde la ansiedad y la depresión son síntomas muy comunes».
Griffiths y su equipo reclutaron a 51 pacientes con cáncer potencialmente terminal, que habían sido diagnosticados con depresión y ansiedad, como resultado directo de la enfermedad. Después de recibir una dosis de psilocibina, los participantes empezaron a experimentar mejoras clínicamente verificables en su estado de ánimo.
Seis meses más tarde, un 78% de las personas que habían sido diagnosticadas con depresión y 83% de las que estaban sufriendo de ansiedad, seguían sintiendo los beneficios de la reducción de síntomas, con un aproximado 60% de remisión total.
Para el segundo estudio, investigadores dieron a 21 pacientes una dosis de psilocibina o un placebo. Siete semanas después, intercambiaron placebo por psilocibina entre ambos grupos, para ver si cambiaba la respuesta de los participantes.
El resultado fue que ambos grupos empezaron a mostrar mejoras en el humor inmediatamente después de tomar el alucinógeno, pero no ocurrió lo mismo al tomar el placebo. Al cabo de seis meses y medio, los efectos antidepresivos de la psilocibina todavía eran notorios en aproximadamente un 80% de los participantes.
Los dos estudios se basan en una investigación previa conducida por el Programa de Investigación Psicodélica Beckley/Imperial, en el que el 67% de los participantes con depresión resistente a los tratamientos, superaron los síntomas por una semana después de tomar psilocibina, con un 42% de remisión a los tres meses. Amanda Fielding, codirectora del programa, contó al sitio IFLScience que «los participantes describieron sus experiencias como transformativas, permitiéndoles tener una nueva perspectiva de las cosas, lo que mejoró su estado mental y su bienestar».
Los mecanismos neurológicos que operan detrás de este fenómeno todavía no se comprenden del todo, aunque estudios anteriores han mostrado que la psilocibina –y también otras sustancias psicodélicas, como el DMT– activa los receptores cerebrales de la serotonina. Porque la serotonina es uno de los neurotransmisores claves involucrados en el control del ánimo, los científicos sospechan que esto podría explicar el efecto anti depresivo de la psilocibina.
Estudios recientes con imágenes cerebrales, que investigan los efectos de la psilocibina y el LSD, también han mostrado que estas sustancias reducen la actividad en la red neuronal por defecto, que cuando está hiperactiva puede producir patrones rígidos de pensamiento y contribuir a problemas como la depresión.
«Nuestros resultados representan la evidencia más fuerte hasta la fecha del beneficio clínico de la terapia con psilocibina, con el potencial de transformar el cuidado de los pacientes con malestar psicológico relacionado con el cáncer», explica el coautor de uno de los estudios, Stephen Ross. «Y si esto es cierto para el cuidado [de las personas con] cáncer, también podría aplicarse a otras condiciones médicas estresantes», agrega su colega Anthony Bossis.
Por IFLScience
El Ciudadano