Trampas en Facebook

Si tienes una cuenta de Facebook, es probable que hasta tu perfil haya llegado un texto que se te invita a copiar y pegar en tu muro y que contiene una declaración de autoría y defensa de la privacidad en un tono de advertencia a los administradores de Facebook para que no aprovechen ni copien […]

Trampas en Facebook

Autor: mauriciomorales

Si tienes una cuenta de Facebook, es probable que hasta tu perfil haya llegado un texto que se te invita a copiar y pegar en tu muro y que contiene una declaración de autoría y defensa de la privacidad en un tono de advertencia a los administradores de Facebook para que no aprovechen ni copien ni usen comercialmente ninguna de tus publicaciones, bajo advertencia de determinadas consecuencias legales. Bien, creo que es conveniente advertir de que no la copiéis ni la exhibáis en vuestros perfiles.

 

La declaración manifiesta: «Mis derechos de autor están relacionados con todos mis datos personales, comentarios, textos, artículos, ilustraciones, comics, pinturas, fotos, vídeos profesionales y demás publicaciones en formato electrónico que bajo mi firma yo difunda en este sitio». Para comenzar, esa relación entre mis derechos de autor y mis datos personales, comentarios, etc. no tiene sentido. Yo tengo derechos de autor si soy creador de una obra, y no los tengo si no lo soy. Al mismo tiempo, soy titular de datos personales tanto si soy autor como si no he creado nada, por lo que no existe ninguna relación forzosa entre una cosa y la otra. Mis comentarios no son necesariamente obras (de hecho, casi nunca tienen el menor contenido original), por lo que tampoco generan ningún derecho de autor. Y en cuanto a los artículos, ilustraciones, etc., el hecho de que yo los difunda bajo mi firma (algo discutible) en mi perfil no significa que sean de mi autoría. El 90% de los contenidos que los usuarios difunden desde sus perfiles de Facebook no son de su creación, por lo que pretender que cualquier imagen o texto que yo publique o divulgue desde mi cuenta se convierta en mi obra o genere derechos de autor en mi persona no solamente es falso, sino que puede incluso resultar ilegal y vulnerar los derechos de los verdaderos autores de esos contenidos.

 

El texto también asegura: «Por esta declaración, notifico a Facebook que se prohíbe terminantemente divulgar, copiar, distribuir, o tomar cualquier otra acción contra mí en base a este perfil y/o su contenido». Esto es simplemente un absurdo: Facebook no divulga cosas, sino que soy yo quien las divulga a través de Facebook porque esa es precisamente su utilidad. Además, debemos tener en cuenta que, si la mayor parte de lo que compartimos en Facebook no es nuestro sino que nosotros mismos somos quienes lo copiamos de otros perfiles o de páginas externas, estaríamos exigiéndole a Facebook que deje de funcionar, pretendiendo que no haga lo que nosotros sí hacemos precisamente a través suyo.

 

«El contenido de mi perfil -se asegura después- es información privada y confidencial». Falso. Si el contenido de mi perfil es tan privado, la pregunta es bien sencilla: ¿Por qué lo subes a una red visible por millones de personas? Si es confidencial, ¿qué pinta en una red social? Si yo subo un texto de contenido íntimo o una foto privada y la expongo a la vista de los usuarios que pueden interactuar conmigo, a Facebook no le puedo exigir que cumpla precisamente la función de comunicar y exhibir los contenidos que yo le entrego voluntariamente con el alcance que yo he delimitado (suponiendo que me haya tomado la molestia de delimitarlo, responsabilidad exclusivamente mía).

 

Y por fin, la guinda: «Nota: Facebook es ahora una entidad pública. Todos los miembros deben publicar una nota como ésta». Mentira: Facebook es una entidad privada, no pública. Es multinacional o transnacional o como quieras llamarla, y ofrece un servicio al público. Pero es privada, no pública. Lo repito otra vez, por si no ha quedado claro: Facebook NO es una entidad pública ni lo ha sido nunca. Sus miembros/usuarios NO tienen ninguna obligación de publicar esa nota ni ninguna otra.

 

Como resumen: esta declaración no solamente no sirve de nada, sino que no impone ninguna obligación a Facebook ni consolida ningún derecho en los usuarios que la publiquen en su perfil. Está plagada de errores, falsedades y contrasentidos. Haceos un favor y no la publiquéis.

 

Por José María Aznar Auzmendi,  abogado especialista en derecho mercantil y propiedad intelectual.


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