Tratamientos controlados con ketamina podrían ayudar a evitar el pensamiento suicida en personas con depresión

Estudios previos han demostrado que el fármaco anestésico puede ser un antidepresivo eficaz, pero esta investigación, en particular, analizó los pensamientos suicidas y se observaron efectos positivos hasta por varias semanas después de una dosis.

Tratamientos controlados con ketamina podrían ayudar a evitar el pensamiento suicida en personas con depresión

Autor: Sofia Olea

Según una nueva investigación, una dosis de ketamina puede ser mucho más efectiva que un sedante tradicional para aliviar los pensamientos suicidas. Este hallazgo podría abrir el camino a nuevos tratamientos para personas que sufren depresión severa.

Estudios previos han demostrado que el fármaco anestésico puede ser un antidepresivo eficaz, pero esta investigación, en particular, analizó los pensamientos suicidas y se observaron efectos positivos en las primeras 24 horas.

Aunque es demasiado pronto para llamar a la ketamina una solución perfecta y universal para tratar las tendencias suicidas, sí ofrece una alternativa prometedora para las personas que no ven ninguna mejoría con los medicamentos existentes. Así lo explica el equipo del Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York, EEUU.

«Este estudio muestra que la ketamina ofrece una promesa como un tratamiento de acción rápida para reducir los pensamientos suicidas en pacientes con depresión», dice el psiquiatra Michael Grunebaum, quien lidera el trabajo.

«Las investigaciones adicionales para evaluar los efectos antidepresivos y anti suicidas de la ketamina, pueden allanar el camino para el desarrollo de nuevos medicamentos antidepresivos que actúen más rápidamente y tengan el potencial de ayudar a las personas que no responden a los tratamientos actualmente disponibles», agrega Grunebaum.

La ketamina fue desarrollada por primera vez en la década del ’60 como un anestésico de acción rápida y utilizado para tratar a los soldados en el campo de batalla. También se ha vuelto conocida como una droga ilícita. Puede provocar sensaciones de euforia y alucinaciones vívidas, junto con algunos desagradables efectos secundarios que en algunos casos extremos pueden llevar a un coma o incluso la muerte.

Recientemente los médicos han comenzado a explorar cómo el medicamento, en dosis bajas, podría tratar la depresión. Un estudio del año pasado descubrió que causaba mejoras en el estado de ánimo en tres cuartas partes de los pacientes.

Para la nueva investigación se administró una dosis baja de ketamina contra el sedante midazolam en un grupo de 80 voluntarios que consideraban activamente el suicidio. Después de 24 horas, se descubrió que la ketamina era significativamente más efectiva para controlar esos pensamientos.

Teniendo en cuenta las cualidades antidepresivas generales de la ketamina y con la ayuda de estudios previos, los investigadores dicen que alrededor de un tercio del efecto se dirigió específicamente a estos pensamientos suicidas, por lo que podría ser muy útil para futuros tratamientos en este tema en particular.

A este resultado hay que agregar que los efectos positivos de la ketamina sobre los pensamientos suicidas aún se mostraban seis semanas después de la dosis inicial, aunque con la ayuda de un tratamiento psiquiátrico estándar al mismo tiempo.

Todo lo cual significa que la ketamina cumple muchos requisitos: funciona rápido, dura un tiempo considerable y puede ser relativamente seguro si se administra adecuadamente.

«Hay una ventana crítica en la que los pacientes deprimidos con ideas suicidas necesitan un alivio rápido para evitar autolesiones», dice Grunebaum. «Los antidepresivos disponibles actualmente pueden ser efectivos para reducir los pensamientos suicidas en pacientes con depresión, pero pueden demorar semanas en tener efecto», señala el investigador, quien publicó los resultados del estudio en American Journal of Psychiatry.

Pero los médicos todavía no pueden comenzar a recetar ketamina a cualquier persona que se sienta suicida. En primer lugar, los efectos secundarios que se observaron en este estudio fueron –aumento de la presión arterial y una sensación de estar fuera de la realidad– deben ser monitoreados cuidadosamente y en un plazo más largo.

Los otros problemas se relacionan con una solución en la forma de administrarla y con la legalidad de la droga con fines antidepresivos, aunque uno de estos medicamentos está esperando la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en EEUU, que va a la vanguardia de los estudios.

Si logramos tener una mejor comprensión de su impacto y efecto en el cerebro, la ketamina podría resultar muy útil en depresiones que no responden a los tratamientos actuales. Con las tasas de suicidio aumentando en Estados Unidos y en varios países del mundo, incluido Chile, este es un problema que debe abordarse más temprano que tarde.

El Ciudadano, vía Science Alert


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