Comercio y apicultura
Un estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido), junto a la Universidad de Berkeley (EE.UU) arroja a la abeja europea denominada “Apis mellifera” como la principal responsable del virus de las alas deformes en millones de colmenas en el mundo.
La pandemia que ha causado la muerte de millones de estos insectos durante décadas es consecuencia de la acción de las personas, las cuales comercializan abejas utilizadas para polinizar cultivos, según lo informado por la universidad británica.
Miembros de la investigación agregan que la propagación de la enfermedad se volvió más peligrosa producto de la combinación de la abeja con el ácaro varroa, el cual es un organismo que se alimenta de larvas de estos insectos y transmite el problema.
“La idea clave de nuestro trabajo es que la pandemia mundial del virus en las abejas no es natural, sino que es provocada por las personas. Por tanto, mitigarla está en nuestras manos”, informó a la prensa internacional el profesor Mike Boots, adscrito a las universidades de Exeter y de Berkeley.
Investigadores se centraron en la secuencia molecular del virus y los ácaros en 32 ubicaciones de 17 países. Los resultados destacaron que es necesario limitar el movimiento de las abejas para evitar que se siga propagando, además de tomar medidas para controlar la existencia del parásito en las colmenas.
Monsanto
De acuerdo al estudio llamado: Efectos de dosis subletales de glifosato en la navegación de la abeja, publicado en la revista Journal of Experimental Biology, los efectos del glifosato utilizado en entornos agrícolas en la actividad de la abeja, revelan que retrasa el regreso del insecto a la colmena.
Las trayectorias de vuelo de las abejas también se vieron afectadas después de la exposición sucesiva al herbicida, lo que sugiere que la ingesta de glifosato durante la alimentación afecta al proceso de aprendizaje espacial de estos insectos.
El glifosato es el principal componente del herbicida denominado Roundup, que ha sido desarrollado por Monsanto, siendo uno de los productos que mayores beneficios le ha genera a la compañía transnacional estadounidense.
Químicos tóxicos
El estudio de la Universidad de Maryland junto con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, identificó la mezcla de pesticidas y fungicidas como responsable de la contaminación del polen que las abejas recolectan para alimentar sus colmenas.
Finalmente, el problema de la mezcla de fungicidas y pesticidas es que las abejas son mucho más vulnerables a ser infectadas por parásitos que causan el colapso de las colonias en poco tiempo.
Por Ana Mourás.
El Ciudadano