Ciertas tumbas megalíticas encontradas en Europa pudieron haber sido usadas para mejorar la visión del cielo nocturno de los ancestros de esa región. Un equipo compuesto por arqueólogos y astrónomos está investigando para confirmar esta hipótesis.
El grupo de científicos británicos sugiere que las entradas largas y angostas de estas construcciones pudieron ser especies de mirillas que funcionaban como telescopios antiguos. Los investigadores están planeando poner a prueba esta idea con la tumbas de pasadizo Antas de Siete Piedras, una construcción de 6.000 años de antigüedad en el centro de Portugal.
«Puede ser que las orientaciones de las tumbas estén alineadas con Aldebarán, la estrella más brillante de la constelación de Tauro«, señala Fabio Silva, científico de la Universidad de Gales Trinidad San David, en un comunicado. «Para medir con precisión el tiempo de la primera vez que apareció esta estrella en la temporada, es vital poder detectar las estrellas durante el ocaso».
Si efectivamente los pasadizos estrechos permitían a los ancestros observar a Aldebarán, entonces pudieron haber servido para medir los tiempos de las estaciones o para rituales.
Kieran Simcox, estudiante de la Universidad Trent, en Nottingham, quien conduce el proyecto, comentó: «Es bastante sorprendente que nadie haya investigado a fondo cómo el color del cielo nocturno, por ejemplo, influye en lo que se puede ver sin instrumentos (a simple vista)«.
Los científicos presentaron este trabajo la semana pasada en la Reunión Nacional de Astronomía de Nottingham, en el cual destacaron que la astronomía ha estado estrechamente entrelazada con la cultura humana por milenios.
Por IFLScience
Traducción CCV El Ciuadadano