Mucha gente se sorprende al saber que ciertos cosméticos, productos de cuidado personal, alimentos, bebidas y productos de limpieza del hogar aún se prueban sobre animales. A pesar de que métodos alternativos y modernos existen, inmensas compañías multiproducto como Unilever, Clorox, Church & Dwight, y Johnson & Johnson continúan envenenando y dañando animales en pruebas que ni siquiera son requeridas por la ley.
Ratas, ratones, cobayos, cerdos, caballos, monos, conejos y otros animales son forzados a tragar o inhalar cantidades masivas de sustancias de prueba o padecer el dolor de tener químicos cáusticos aplicados en sus pieles y ojos sensibles, y sin embargo los resultados de las pruebas sobre animales son frecuentemente poco fiables o no aplicables a humanos.
El 92 por ciento de todas las drogas probadas en animales fallan una vez que llegan a las pruebas sobre humanos, significando que las pruebas sobre animales no son efectivas en demostrar si una droga es segura o no para humanos. Mismo si un producto ha enceguecido a un animal, te lo pueden aún vender a ti.
Afortunadamente, las pruebas sin animales son posibles y una nueva tecnología promete poner un definitivo fin a las pruebas de animales en laboratorios, hablamos del nuevo dispositivo desarrollado por el Instituto Wyss: un chip capaz de emular el funcionamiento de un órgano, para ser más específico, el pulmón.
‘El pulmón en un chip’ (the lung on a chip) está conformado por canales de oxígeno y de sangre. Estos están separados por una membrana flexible formada de células de pulmón y de capilares, imitando el movimiento y las funciones químicas del órgano al momento de la respiración. De esta forma se podrá experimentar con el chip y tener el mismo resultado que se obtendría con un pulmón real.
Para probar la efectividad del dispositivo en una situación real, los investigadores insertaron bacterias en el canal de oxígeno y glóbulos blancos en el de la sangre. El resultado fue sorprendente. Los leucocitos reaccionaron ante la presencia de los microbios y pasaron a través de la membrana que separa los canales para eliminar a los intrusos.
Al año, más de 100 millones de animales son utilizados como objetos de prueba para distintos tipos de experimentos. No obstante, el metabolismo y la estructura biológica de ellos son diferentes que los del hombre. Es por eso que el desarrollo del chip no sólo reducirá el uso de animales, sino que aumentaría la exactitud de las pruebas.
Asimismo, los ‘órganos en un chip’ abren la puerta a la aplicación de terapias médicas más personalizadas basadas en la fisiología del paciente.
Por Diego Suárez / Diario Ecología