Los niños pequeños pueden aprender un nuevo idioma o a tocar un instrumento musical con mucha facilidad, en comparación con los adultos. Parece que cuanto más viejos somos, nuestra capacidad de aprendizaje auditivo se va deteriorando.
Ahora unos científicos han identificado un mensajero químico clave en el cerebro de los ratones, que puede frenar este tipo de aprendizajes. Los investigadores experimentaron con esta sustancia y ahora creen estar listos para manejarlo de una forma que permita extender el período en que es tarea fácil aprender nuevos sonidos. Si ese trabajo resulta exitoso, podría influir en los procesos del lenguaje y la adquisición musical.
El equipo, que publicó sus resultados en la revista Science, encontró que al reducir los niveles de adenosina o bloquear el receptor A1 en el tálamo auditivo, los ratones adultos mejoraban sus habilidades en el aprendizaje auditivo.
Esta área del cerebro se encarga de recibir los sonidos y enviarlos a la corteza auditiva para su procesamiento. Los investigadores encontraron que el compuesto experimental, conocido como «FR194921», bloquea el receptor A1, inhibiendo así el efecto de la adenosina.
«Al interrumpir la señalización de la adenosina en el tálamo auditivo, hemos ampliado la ventana para el aprendizaje auditivo por el período más largo reportado hasta ahora, en la edad adulta y mucho más allá del período crítico habitual en los ratones», dijo Stanislav Zakharenko, del Departamento de Neurobiología del Desarrollo del Hospital St. Jude, citado en IFLScience.
«Estos resultados ofrecen una estrategia prometedora para extender la misma ventana en los seres humanos, para adquirir un lenguaje o habilidad musical, restaurando la plasticidad en las regiones críticas del cerebro, posiblemente mediante el desarrollo de fármacos que bloquean selectivamente la actividad de la adenosina», agrega Zakharenko.
En una prueba los ratones mejoraron su capacidad para distinguir entre tonos con frecuencias ligeramente diferentes. Meses más tarde se demostró que los ratones podían recordar los tonos para los que fueron entrenados
«En conjunto, los resultados demostraron que la ventana para el aprendizaje auditivo eficaz se reabrió en los ratones, y que estos conservaron la información», dijo Zakharenko.
A medida que envejecemos, aumenta la enzima llamada ecto-5′-nucleotidasa. Se ha demostrado que esta enzima participa en la producción de adenosina. Ahora los investigadores están en la búsqueda de compuestos que se dirijan a esta enzima, provocando una baja en los niveles de adenosina y ampliando así la ventana de aprendizaje auditivo.
Este método podría tener implicaciones para los seres humanos, pero es demasiado pronto para afirmarlo con certeza. Los investigadores creen que podría inspirar tratamientos para el tinnitus y ayudar en la recuperación de accidentes cerebrovasculares. Tal vez un día incluso podría ser utilizado para extender esta ventana de «plasticidad juvenil», dándonos más tiempo para aprender a tocar instrumentos hablar otros idiomas tan rápido como niños y niñas.
Vía IFLScience
El Ciudadano