Un equipo científico ha encontrado la evidencia más contundente hasta ahora, de que algunas personas están «destinadas» a envejecer más rápido y morir más jóvenes que otras, y que esta predisposición es más determinante que el estilo de vida que llevan, informa The Guardian.
El hallazgo podría explicar la forma aleatoria e «injusta» en que a algunas personas les llega la muerte. También podría aumentar las posibilidades futuras de hacer algo por extender la esperanza de vida.
«Hay personas que son veganas, que duermen 10 horas al día, con trabajos poco estresantes y que igual terminan muriendo jóvenes», dice Steve Horvath, experto en bioestadística de la Universidad de California, Los Ángeles, quien lideró la investigación. «Hemos demostrado que algunas personas tienen un ritmo de envejecimiento más rápido», agrega.
El estudio vinculó consistentemente una mayor edad biológica -independiente de la edad cronológica- con una muerte más temprana. Para el 5% de la población que envejece más pronto, esto se tradujo en un 50% aproximado de mayor riesgo de muerte a cualquier edad.
Lo intrigante es que los cambios biológicos ligados al envejecimiento serían potencialmente reversibles, lo que aumenta los pronósticos de que en el futuro se logren desarrollar tratamientos que pudieran retardar el proceso.
El reloj de envejecimiento de Horvath se basa en la medición de sutiles cambios químicos, en que los compuestos de metilo atacan al genoma, o bien se separan de él, sin alterar el código subyacente de nuestro ADN.
Los mismos investigadores habían descubierto antes que los niveles de metilo en 353 lugares específicos del genoma, aumentan y disminuyen de acuerdo a un patrón muy específico, a medida que envejecemos, y que ese patrón es consistente a lo largo de la población. El estudio actual, basado en análisis de muestras de sangre de 13.000 personas, mostró que algunas atraviesan las etapas biológicas mucho más rápido que otras, independientemente de su estilo de vida.
«Vemos que hay personas de 20 años que tienden a envejecer rápido; luego los vemos 20 años más tarde y siguen envejeciendo rápido», señala Hovarth. «La idea global aquí es que se trata de un proceso innato».
Los científicos descubrieron que los indicadores de envejecimiento conocidos, como el fumar, la presión sanguínea y el peso, sí tenían un valor al intentar predecir las esperanzas de vida, lo que se mostró en las 2.700 personas que han muerto desde que comenzó el estudio; pero la tasa de envejecimiento subyacente también tuvo un efecto significativo.
Horvath dice que no tiene planes de comercializar el test del reloj biológico -que en su laboratorio cuesta 300 dólares- y admite que se lo ha hecho a sí mismo. «En este momento tengo 48 y el test indica que soy biológicamente 5 años mayor», dice a The Guardian.
El estudio, publicado en la revista Aging, sugiere que el envejecimiento más acelerado podría explicar porqué los hombres mueren más jóvenes. Explica que a los 5 años, entre hombres y mujeres no hay una diferencia aparente, pero que alrededor de los 40 se manifiesta una diferencia de edad biológica de 1 a 2 años. «Las mujeres siempre envejecen un poco más lento que los hombres. Esto no se debe a un estilo de vida, sino a un proceso innato».
El Ciudadano
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