Un grupo de investigadores logró identificar un tipo de malaria que se ha propagado de los monos aulladores a los seres humanos en Brasil. El hallazgo va acompañado de la preocupación por erradicar la enfermedad en ese país y fuera de sus fronteras.
Se creía que la malaria había sido erradicada hace 50 años en el sur y el sureste de Brasil, pero desde 2006 se han reportado más de 1.000 casos en la región de la Mata Atlántica, en Río de Janeiro, incluyendo dos brotes en 2015 y 2016.
La hipótesis inicial fue que los nuevos casos habían sido causados por el parásito de la malaria Plasmodium vivax, una de las principales especies globales, y que la mayoría de las personas afectadas eran visitantes que podían haber sido infectados en otros lugares.
Pero el análisis de ADN ha establecido que algunas de las infecciones no provienen del parásito de la malaria humana, sino que era una malaria zoonótica (transmitida de animales a humanos), causada por Plasmodium simium, un parásito que normalmente vive solo en monos.
Este es el segundo descubrimiento de un parásito zoonótico. El anterior fue encontrado en monos macacos y es responsable de una alta proporción de los casos de malaria humana en el sudeste de Asia.
Los investigadores, que han publicado sus hallazgos en la revista The Lancet Global Health, dicen que no creen que la malaria se esté transmitiendo entre humanos por picaduras de mosquitos portadores del parásito simium, pero hay preocupación por la necesidad de hacer un esfuerzo global para erradicar la enfermedad.
«No hay pruebas de que la malaria zoonótica pueda transmitirse de humanos a humanos a través de los mosquitos», dijo la doctora Patrícia Brasil, investigadora del Instituto Nacional de Infección Evandro Chagas, en Río de Janeiro, y una de los autoras. «Además no existe una amenaza actual para las personas en la ciudad de Río o en otras áreas no forestales del estado de Río de Janeiro, donde la transmisión de la enfermedad no existe», agregó.
«Sin embargo, su modo único de transmisión a través de los monos y el hecho de que ocurre en áreas de alta cobertura forestal, significa que la malaria zoonótica plantea un problema único para los esfuerzos de control de la malaria y puede complicar el manejo de la eliminación final de la enfermedad. Aunque son benignos y tratables, los visitantes deben seguir las medidas para evitar las picaduras de insectos al entrar en el bosque».
Los científicos se centraron en 49 casos de malaria reportados en 2015-2016, la mayoría hombres de mediana edad que vivían en zonas urbanas del estado de Río de Janeiro y que habían visitado el bosque para actividades de ocio o de trabajo. Secuenciaron con éxito las muestras de ADN en 33 casos, y encontraron que todos los parásitos eran del mono aullador. Su conclusión es que muchos casos del pasado han sido mal diagnosticados, señalándose como causados por el parásito vivax humano.
Matthew J Grigg, de la Escuela Menzies de Investigación en Salud de la Universidad Charles Darwin, de Australia, y Georges Snounou, de la Universidad de la Sorbona en París, Francia, dicen que es imperativo que los estudios establezcan si este es el parásito simium o si podría ser un reservorio de vivax en monos brasileños. Lo último «representaría una amenaza sustancial a la eliminación de la malaria en todo el continente y posiblemente más allá».
Por The Guardian
El Ciudadano