Carta a los que llaman a no prestar el voto

Estimados ciudadanos no prestadores del voto:

El motivo de esta misiva es a propósito de las elecciones municipales que ya prácticamente la tenemos ad portas, y solicitarles que me acompañen en una reflexión que creo es de importancia para el país.

Lo primero es que me parece que la acción de un llamado a no votar proviene de un movimiento que en algún grado tiene cierto interés de las cosas que pasan en el país y a la vez tienen una postura crítica respecto a la forma de gobernar durante ya casi cuatro décadas. Muchos de ustedes son jóvenes, pero ello no es motivo para que no perciban la manera en que se ha ido presentando la historia, que tiene una fuerte carga del período dictatorial, lo cual no viene al caso analizarlo en profundidad en esta oportunidad.

Pero hay hechos que son claros y lo más significativo es que las instituciones nacionales se han ido desprestigiando de manera progresiva y el hecho que hoy tengamos un gobierno de derecha, es consecuencia de lo mismo. Los grandes sueños de quienes fueron afectados por la dictadura se extinguieron con el tiempo y muchas de las esperanzas nunca se concretaron.

Hoy el poder se encuentra concentrado en unos pocos y ese poder es coincidente con el poder económico que es el artífice de toda la problemática social provocada por el sistema. Por ende estamos alejados de una democracia real que debería tener la esencia de sustentarse en una mayoría.

El panorama nos lleva a comprobar que hay una crisis de representación y de igual forma la esencia del gobierno militar se traslada hasta nuestros tiempos al tener ciudadanos poco participativos de las decisiones que se toman en el país. Pinochet se regocijaría al saber que en la actualidad el voto es voluntario y que está dentro de lo posible una abstención que puede llegar a ser de proporciones. Que más fantástico para muchos, tener el camino sin obstáculos para elegirse entre ellos mismos.

Es cierto que la elección se inserta dentro de un sistema que ya se encuentra desgastado, pero también es verdadero que cualquier cambio futuro en armonía con los movimientos sociales, debe tener como asidero el voto popular. El país no está preparado y tampoco nadie quiere sacrificarse en una lucha violenta contra un régimen responsable de los problemas en la educación, en la salud, en las pensiones y tantas otras áreas que serían extensas de enumerar. Cualquier cambio venidero debe tener en cuenta las características de los chilenos, desconformes en lo social pero no violentos.

Bajo el análisis precedente, es cierto que hay una suerte de candidatos que se repiten el plato más de una vez y otros que han tenido que reconvertirse para aparecer en público. De modo paralelo hay unos pocos que son de consecuencia permanente en el tiempo. Por tanto, en algunas comunas habrá candidatos válidos que merecen el voto y en otros casos podría no encontrarse el candidato adecuado.

Sin embargo, esta es una ocasión que hace propicio que el descontento sea contabilizado y en cierta forma me parece oportuno según la comuna, cambiar de estrategia y barajar una de tres posibilidades, apoyar a un candidato, votar nulo o votar en blanco.

La ventaja de lo anterior es que se puede establecer una diferenciación entre aquel que no vota porque no está ni ahí, o el que no vota porque está alejado de su lugar donde figura su registro electoral o sencillamente la persona de avanzada edad que no puede llegar a sufragar. Va entonces la propuesta de acudir a las urnas y actuar en convicción con un supuesto pensamiento de la intención de preocuparse por construir una patria diferente.

Creo que si marcan una tendencia mayoritaria de hacer la raya en el lugar en que a los candidatos no les gusta, la misma noche del día 28 ya han ganado un primer derecho para salir a celebrar y a la vez adquieren un compromiso con la nación de el día 29 empezar a construir un país distinto hecho por ustedes, ya que la clase política por la cual sienten desconfianza en ese escenario de resultados adversos no son los encargados de liderar el cambio futuro y no podemos entregar en bandeja la patria para que siga a cargo del poder económico. El pensamiento de alejarse de un sistema que no cumple requisitos básicos de representatividad, debe manifestarse construyendo otro sistema pero muy bien pensado y no visceral, que entre otras cosas se debe plantear una preparación para gobernar, de lo contrario siempre se va estar en la posición de reaccionar según la acción de la autoridad de turno.

Con esto les planteo una tarea ardua que se viene por delante, pero esa sensación de quedarse durmiendo el día de las elecciones no sirve. Otrora este llamado pudiera haber sido muy tardío, pero como en la actualidad la divulgación es muy rápida a través de las redes sociales creo que en un corto tiempo una decisión que no ha tomado en cuenta estos factores se puede revertir. Si se sienten líderes de un futuro distinto deben demostrarlo, si persisten en su actitud y no recapitulan la clase política tradicional se los agradecerá y sin lugar a dudas al término del proceso eleccionario se declararán una vez más como ganadores.

Por Luis Osorio