Señor Ministro, como bien sabemos, su trabajo y responsabilidad por mandato constitucional está circunscrita a generar acciones para mantener el orden público, la seguridad y la paz social. Su trabajo no es solo enviar tropas de apaciguamiento a territorio Mapuche, una estrategia que, a mi parecer, está equivocada, pues ese conflicto solo tiene solución política.
Parece un despropósito en la discusión del próximo presupuesto nacional que su ministerio exija un incremento de 12% y que en la glosa de seguridad se plantee un incremento de 55%; caso extraordinariamente novedoso pues será invertido en seis mil nuevos carabineros, haciéndole un guiño a la galería momia para que se quede tranquila.
Al igual que hace un par de meses, se le advirtió y comunicó que un grupo de encapuchados asaltó una sede sindical. Hoy le comunico que el día domingo 12 de octubre del año en curso fue baleada la vivienda del presidente de la Federación de Trabajadores Portuarios de San Antonio y presidente de la Confederación de Gente de Mar de Chile, Sergio Vargas.
¿Quién está detrás de las acciones de terrorismo y amedrentamiento del movimiento de trabajadores portuarios de Chile? es la pregunta que debiese responder. Digo esto por si los servicios de lectura de diarios no le han entregado los informes semanales.
Llama la atención la celeridad con que Ud. ordena trasladar varios cientos de millones para “pacificar” los territorios Mapuche, así como sus apariciones reiteradas en la prensa a propósito de bombas de pólvora supuestamente de procedencia anarquista; sin embargo, sobre estos grupos paramilitares derechistas que actúan en contra de las orgánicas de trabajadores, no opina nada, es más, pareciese que no existiesen.
No obstante, llama más la atención que aquellos que clamaban la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado hoy callen cual viles cómplices del atentado de ayer. Sería más que prudente y honroso que la Cámara Marítima, cartel que reúne a los concesionarios de los puertos de Chile, se pronunciara sobre estos hechos de violencia y, en particular, el grupo Matte, administradores y explotadores de Puerto Central de San Antonio, porque uno podría pensar que quien calla otorga.
De no tener respuesta por segunda vez, creo que será de justificación democrática que quienes han sido agredidos y no tienen la justicia que el Estado debe dar, estarán en libertad de hacer justicia por propia mano y, como siempre en estos casos y en la historia, terminarán pagando inocentes y no quienes, por la flojera, la mediocridad y el incumplimiento de las facultades concedidas, son los verdaderos responsables de mantener las cosas en su justo equilibrio.
Sin otro particular, le saluda fraternalmente
Jorge Bustos