Carta de un homosexual desesperado ante muerte de su pareja

Estimados Señores, Como ciudadano me siento en la obligación de escribirles para contar la situación a la que me he enfrentado en estos últimos meses

Carta de un homosexual desesperado ante muerte de su pareja

Autor: Ángela Barraza

funeral

Estimados Señores,

Como ciudadano me siento en la obligación de escribirles para contar la situación a la que me he enfrentado en estos últimos meses.

Tuve una relación de 13 años con mi pareja Rodrigo Moreno, hemos de avanzar en la vida desde la ciudad de Temuco donde comenzamos a compartir nuestro camino, él en ese entonces médico, hacía la especialización de medicina interna, luego nos mudamos a Angol para su proceso de devolución asistencial, después a Santiago donde tomó la sub. Especialización de medicina intensiva y luego a los Ángeles que es donde residíamos juntos y él llegó a ser el jefe del centro de costos de la unidad de paciente crítico del centro asistencial de esa ciudad.

En ese tiempo fui trabajando en pequeñas empresas que creaba con la finalidad de quedar disponible cuando él necesitara el cambio de domicilio, dejé mis estudios en beneficio de estar juntos y ayudarle en su carrera para que fuera un médico de éxito y brillante, como lo fue (palabras de su equipo y de sus pacientes en su velorio y funeral. Hasta hoy por los llamados que recibo a diario lo admiran, de hecho hay un plan para bautizar la UCI del hospital de los Ángeles con su nombre).

Como verá en estos 13 años formamos una familia y desde hace 3 años habíamos decidido cuidar de nuestra suegra y su abuelo. Por diferentes razones y muy a pesar de lo que la gente nos aconsejaba, nos compramos una hermosa casa de 5.000 mt2 de terreno, manteníamos una vida sin preocupaciones económicas, es así como decidí emprender mi negocio inmobiliario para comenzar mi crecimiento personal, ámbito que me ha dado muchas satisfacciones. Un año después Rodrigo falleció de una asfixia que aún está en estudio en el baño de nuestra casa encontrándole yo a las 8 de la mañana de un día domingo 5 de octubre.

Con todo lo que le he contado me enfrento a que no pude retirar el cadáver de mi pareja,  no pude retirar certificados por no ser parientes legalmente,  no puedo impedir que el cuerpo lo retiren del cementerio para llevárselo lejos de la ciudad que escogimos para vivir, no puedo acceder a mi casa y cuidar ese espacio que era nuestro hogar y me queda conformarme con los dichos de su familia, quienes dicen que soy un sinvergüenza, aprovechador y ladrón, por querer quedarme con su computador y su teléfono celular. Afortunadamente, la escritura de la propiedad está a nombre de los dos, por ende la mitad de la casa es mía, pero debo lidiar con su madre que es presionada por la familia, que le pide dinero y poner máximo cuidado con los trámites que yo hago.

Estoy  haciendo terapia con un psiquiatra, tengo dificultades para dormir, la Isapre me rechazó la licencia, debí apelar fui a un peritaje donde un médico fue muy displicente con su atención después de todo lo que le conté. He sido humillado, y lo que es peor no puedo hacer nada porque no soy el directo familiar, no puedo quedarme con mi casa porque no tengo 100 millones de pesos para darle a la madre de Rodrigo.  Y todo por no haber tenido una ley que me proteja.

Al día siguiente del funeral, los tíos de Rodrigo llegaron a exigir que su madre debía quedarse con la pensión mensual de su hijo por la AFP, me dio mucha rabia, nos privamos en algunas cosas por poner 400 mil pesos mensuales para ahorro voluntario en su pensión, a ella le contratamos 2 seguros de vida.  Afirman que ella es heredera. Ni hablar de los muebles de la casa y todo lo hermoso que habíamos construido juntos para nuestro hogar se esfumó.

Ya no quiero ser chileno, no quiero ser cristiano, no quiero ser amante ni profesional, pero son cosas que llevo en el alma y en mi vocación profesional.

Cuando escucho hablar a quienes rechazan la ley me da rabia y pena, no saben lo que estoy pasando, no tienen idea de las personas que últimamente se han enterado de mi condición y mi situación y los reproches que tienen respecto de esto, no hablo de homosexualidad, hablo de sentido común y de cristiandad y de respeto por los derechos por ser simplemente humano.

Estimados señores, ahora que se aprobó la ley de Acuerdo de Unión Civil, necesito que la comisión del senado me escuche, no sé cómo se pide una hora o no sé cómo se hace para que los legisladores entiendan lo que están haciendo, que entiendan que estos problemas son reales, me siento en deuda con mi novio y conmigo mismo, para hacer esto público y que los señores y señoras sepan que habemos profesionales que pasamos por estos problemas y somos mucho más que un carro alegórico lleno de globos. He intentado hablar y escribir para pedir una cita con la comisión o los senadores, todos me piden que mande mails y cartas y créame que a pesar de que me da lo mismo que esto sea público no es agradable contarle a todo el mundo lo que me ha sucedido. Quisiera que Ustedes pueda ayudarme en esto y que puedan observar el proceso de lo que significa este tipo de situaciones para que sepan a ciencia cierta de que hablamos cuando decimos igualdad.

Agradezco que me puedan responder.

Saludos Cordiales


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