Hola padres
Hoy por primera vez en mi vida fui a una movilización. Coincidentemente, mientras les escribo esto, se escucha el »CACEROLAZO» en el Cerro Placeres. Mucha gente sale a hacer los ruidos con las ollas, mientras al menos ayer un grupo de 30 estudiantes marchó por fuera de mi edificio.
No sólo eso, ahora escucho las bocinas de muchísimos autos y micros en señal de protesta. Sin duda, la gente está comprometida con el movimiento y NO ES UNA MINORIA, como decía este gobierno de mxxxx cochino.
Continúo escribiendo esto para contarles que recién acabo de participar en el cacerolazo. Agarré el sartén y con una cuchara sopera empecé a hacer ruido un rato en el balcón. Ustedes deberían hacer lo mismo en ese barrio burgués donde no hacen nada de ruido, ¿o caso se averguenzan? especialmente tu, papá, que dices ser de la clase obrera, deberías hacer lo mismo.
Bueno, sin más preambulos, les cuento que hoy participé de la marcha realizad en Valparaíso, desde la Plaza Sotomayor hasta el Congreso Nacional. La marcha fue muy buena realmente, estaba REPLETO. Jamás imaginé ver tanta pero tanta gente. Este movimiento tiene una fuerza descomunal, sin duda uno de los más potentes en la historia de Chile. Me siento orgulloso de vivir esto, y de ser de una Universidad publica.
El estudiantado no quiere nada con el gobierno, los dardos apuntan a Piñera, Lavin, Pinochet y en menor medida hacia Bulnes. Mientras pasabamos por la calle Condell mucha gente nos miraba asombrada, nos sacaban fotos, se reian, comentaban, pero en general todos nos apoyaban.
Gente que vivía en edificio o casas de segundo piso nos miraba por la ventana y a más de alguno vi apoyándonos con un cacerolazo. Una cuadra antes del Congreso nos detuvimos producto de los incidentes que se iniciarían a posteriori, especialmente una cuadra antes de la Plaza O’higgins (al costado del Congreso) nos detuvimos y nos devolvimos tranquilamente a la Escuela de Derecho yo y otro grupo de compañeros de no más de 10. Mientras caminábamos por la calle Yungay sentimos una lacrimógena que realmente se hizo insoportable, pero eso sería sólo el comienzo para lo que despues vendría.
En la avenida Brasil comenzaron los enfrentamientos no muy tarde de lo que les narraba más arriba. Fue impresionante ver cómo los pacos caminaban y marchaban en patota al frente de batalla, disparando al cielo unas balas de plástico que hacían mucho ruido. La gente temerosa poco a poco se iba, otros más osados -como yo- miraba detenidamente el actuar de la Fuerza Publica de Chile.
Las calles estaban literalmente vacías, habían cortado el tránsito. Prácticamente todo el plano de Valparaíso se convirtio en un Campo de Batalla, donde estudiantes, encapuchados, flaites y carabineros se enfrentaban duramente.
Luego de ello, me dirigi a la escuela tranquilamente a descansar, pues había marchado casi 3 horas, asi que compartí un rato y conversaba con varios mientras veia llegar uno a uno muchos compañeros estornudando y con los ojos llorosos producto de los gases lacrimógenos.
Hasta aqui todo con relativa normalidad, hasta que… en un momento yo estaba tranquilamente comiendo en el casino, pronto a irme y cayó una bomba lacrimógena en pleno patio de mi Escuela, a no más de 4 metros de mí, sólo me separaba de ella que yo estaba dentro del casino y ella en pleno patio.
Desesperadamente un par de compañeros se acercaron a apagarla y en el corto plazo el ambiente se hizo irrespirable. Hasta aqui era realmente triste, porque nos lanzaron esa bomba a plena escuela y nosotros no estábamos haciendo nada. Lo hicieron de puro gusto estos pacos HDP.
Esto no fue nada, estando afuera de la escuela pasaba el guanaco rápidamente y nos lanzaba agua -que no es cualquier agua- y nos intentaba mojar. Nosotros corríamos adentro de la escuela como si en plena guerra viniera un tanque a bombardearnos. Curioso, porque nosotros no estábamos haciendo nada. Yo, de hecho, estaba parado ahí porque esperaba una micro, pero ya a esas alturas no había locomoción. Valparaiso y sus calles eran un verdadero desierto, donde Carabineros y demases daban rienda a una batalla campal.
Estando adentro de la escuela producto del agua del guanaco estabamos muy mal, esa agua tenia el efecto de las lacrimógenas y estábamos acorralados. Yo no tenía adónde ir, afuera era una guerra, el unico lugar »seguro» seguía siendo la escuela.
Lo peor vino cuando pasó el guanaco nuevamente y nos volvió a mojar, tirando descaradamente ese potente chorro en los fragiles ventanales de nuestra escuela, que ya empezaban a ceder. Volvieron a pasar para seguir molestándonos y lo peor vino cuando nos empezaron a disparar a los ventanales, quebraron algunos y tiraron por lo menos 3 bombas lacrimógenas en pleno hall. Nosotros corríamos a refugiarnos y yo junto con otro grupo nos escondimos en el baño. Del resto no sabía nada, mi temor fue mayor cuando pensé que podían entrar los pacos en cualquier momento a pegarnos.
Estuve en el baño por lo menos 40 minutos. No se podía ir a ninguna parte, porque si salíamos de este lugar llegabamos al hall que estaba podrido. No se veia nada, sólo un humo blanco. En ese momento mi situación era critica: Tenía los ojos rojos, tosía, estornudaba, me ardía la cara, sólo atinaba a taparme la cara con el polerón. Realmente estaba complicado, era insoportable, no podía controlar el ardor, fue terrible.
Finalmente, el efecto de las lacrimógenas disminuyó y pudimos todos salir de nuestros refugios. Yo esperé un rato, caminé y logré tomar una micro que me dejó en la Avenida España para luego subir caminando a Placeres.
Mientras andaba por la micro miraba Valparaiso como nunca antes lo habia visto: Carabineros llenando las calles, fuego, barricadas, gente corriendo, encapuchados, fue algo impresionante.
Bueno eso les puedo contar espero lo hayan leido todo.
Un Abrazo
Texto de autoría externa. Recibido y publicado por