De l@s estudiantes chilen@s en París, del Día del(a) Profesor(a) y otras hierbas…

Cuando escribí Esto era Cusco

De l@s estudiantes chilen@s en París, del Día del(a) Profesor(a) y otras hierbas…

Autor: Wari

Cuando escribí Esto era Cusco. Era marzo. Era yo “a pata pelá” por América Latina queriendo revertir el desencanto y la asfixia que los muros Chile me provocaban.

Cuando escribí Esto no sabía que llegaría mayo y que por «sobredeterminaciones althusserianas» o «reventón total», dígalo como quiera, el país cambiaría.

Y cambiaría porque resulta que había much@s ¡tant@s! igual de asfixiad@s y desencantad@s que yo. Porque como la canción de Sabina “nos sobraban los motivos”, y entre Hidroaysén, las semillas, los mapuches y la polar se fragüaba un caldo nuevo que creció a diario con antiguas demandas, hasta que centró su atención en una. Una de las tantas indignantes y legítimas, levantada por l@s vulnerados más fuertes del sistema, es@s a los que «no agarran por la guata» como dijo mi papá. L@s históric@s promotores del cambio social. L@s estudiantes.

Cuando escribí Esto era marzo y ni pensaba que cacerolearíamos; que el Movimiento por la Educación invertiría las viejas técnicas de la protesta social hasta convertirlas en carnaval; que «saldríamos a la calle nuevamente» e iríamos apatotaos, junto a la familia, l@s amig@s y l@s artistas; que marcharía con mis colegas de la Usach a ritmo de tambores, saltando y contagiándonos la energía de ese crisol humano que empapaba de esperanzas y de sentidos.

Tampoco imaginaba que hoy 14 de octubre, día en que celebramos a l@s profes, estaría en París escuchando a los líderes del Movimiento en un auditorio repleto de la Universidad Diderot. Que Camila Vallejos, Gabriel Iturra (de la Aces), Giorgio Jackson y Francisco Cornejo, representantes de esta revolución que ya dura 5 meses, que tiene gobierno por el suelo en las encuestas y al laboratorio neoliberal entero en jaque, explicarían con fuerza y sencillez la génesis, los ires, venires, y los aún millones de desafíos de esta lucha.

Y así como en marzo yo no sabía, tampoco ahora sabemos bien qué viene, hasta dónde viene, bajo qué orgánica ni con qué desenlace; no lo pudieron responder los chiquill@s con la certeza que esperaba el expectante público parisino, en realidad ¡quién podría hacerlo!

Lo único indudable es que la historia es acumulativa. Y que por eso aunque no ganemos ganaremos siempre que estemos dispuest@s a salir a la calle, al balcón, o la vereda, creyendo que otro Chile es posible.

***

Cusco, 22 de marzo 2011 (Marcha a propo del Día Mundial del Agua, para parar esta privatización y otras que se afanan ciertos estados en promover)

Estos eran profesores… y me acordé de mis padres,

De haber crecido compartiendo su esperanza eterna en que el Estado de Chile les pague la “deuda histórica”, esa que se generó el año ’81, cuando ese mismo Estado les robó la plata de sus cotizaciones privatizando la educación y haciéndola en adelante dependiente de los municipios.

Y evoqué los muchos riesgos que corrieron para la «recuperación de la democracia», el fantasma de la exoneración caricaturizado como la llegada del “sobre azul”. Cosa que por supuesto yo no entendía mucho, pero que como intuía grave repetía como lora, así como era… Y entonces, creyéndome muy grande, le contaba a la Gata Gutiérrez, al Peter González y al Toño Tejo que “en mi casa estábamos muy preocupados porque a mi papá le podía llegar el sobre azul”, jaja.

Me acordé papito de la vida que le has entregado al gremialismo en el Colegio de Profesores, de tu dirigencia regional por 12? 14? cuántos años han sido? seguro más de los que alcanzo a contar.

De las energías y la convicción que tenías pa’ acarrear a tus colegas cuando «ya conseguida la libertad» había urgencia de luchar y provocar a estos señores que se estaban demorando mucho en revertir lo que era obvio que había que cambiar para que viviéramos mejor, para dejar atrás eso que hacía tanto daño…

De la desilusión que vino después, cuando te convenciste que lo que pasaba no era que no pudieran… Porque resultaba imposible que esos excepcionales técnicos de la democracia!… Esos que habían estudiado en las más prestigiosas universidades del mundo mundial. Que habían vuelto para salvarnos! Ellos, que habían sufrido en carne propia los embates de la dictadura, no quisieran. Y sin embargo así era. Así fue. No querían. No quisieron.

Y no quisieron porque pensaban… sí ¡“pensaban”! que la mejor vía de desarrollo era este modelo de mierda que vive de las apariencias.

Que se sostiene en la fantasía de formalismos econométricos, protegiendo los sacrosantos índices macroeconómicos e importándole un cuesco que el kilo de pan diario nos cueste 2 dólares.

Este modelito que le muestra su lindo jardín a los vecinos, aunque en la casa tengamos que pedir la comida a 36 cuotas pa’ seguir sobreviviendo y manteniendo nuestro estándar de país moderno.

Nuestro bajo riesgo país.

Nuestro lugar 45 en el Índice de Desarrollo Humano Mundial del PNUD. Primero en América Latina ¡que no se nos olvide!

¡Ay papito! tantas cosas pensé cuando vi a estos profes. También vi la crónica de una muerte anunciada… y recordé el desencanto que te huelo cada vez que conversamos de este «proceso democrático chileno» que nos dejó de pertenecer hace tanto, o que nunca lo hizo, lo que es casi peor.

Cuando veo en tus ojos de próximo paupérrimo profesor jubilado la desesperanza. El desconsuelo. La rabia. Sobre todo la rabia… Y la comparto. Y te entiendo. Y te quiero. Y te respeto. Porque pudiste haberte «arreglado los bigotes» convirtiéndote en un socio-listo renovado más. Y no quisiste. Y te quedaste con los que perdieron…

Así me pasó. Así me sentí. Tú me entiendes…

Por eso, pa’ no ponerme a llorar miré de nuevo a estos profes gritones y desafinados del Cusco, y me reí de sus consignas que no rimaban.

Y me alegré que estuvieran en la calle.

Y de verdad les transmití mis mejores energías, y mis tantos deseos de que se opongan con sangre y garra a la puta municipalización. Que se opongan ahora, cuando todavía están a tiempo…

Por la dignidad con que ejercen el oficio. Por el moldeado formador e imborrables que dejan en cada uno de nosotr@s. Y por la valentía de entregarse cada día por la sola vocación de compartir los saberes…

¡¡ FELIZ DIA A TODOS Y TODAS LOS PROFESORES Y PROFESORAS, ESPECIALMENTE A MI PADRE Y MI MADRE!!

París, octubre 14 del 2011

Karin Baeza Vásquez

Socióloga

Texto -de origen externo- incorporado a este medio por (no es el autor):


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