Sr. Director:
Me veo en la obligación de precisar algunas afirmaciones que se hacen respecto de mi persona en el artículo “Reina la desconfianza y las objeciones en la exhumación de Neruda”, publicado en la última edición del periódico de su digna dirección.
En primer lugar se me describe como “ un funcionario del SML”, lo que no es efectivo.
En 1977, ingresé al Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile ( precisamente motivado por haber identificado los restos de mi paciente Marta Ugarte Román, cuyo cadáver bárbaramente torturado apareció devuelto por el mar en la Playa La Ballena siendo la primera detenida- desaparecida en aparecer………en las condiciones señaladas).
Continúo mi labor en el seno del Departamento hasta la fecha, como Profesor Titular de Medicina Legal y soy su Director desde Diciembre de 1997.
Lo cierto es que por razones de interés académico y para facilitar la relación docente Universidad/Servicio, , trabajé paralelamente en un cargo de 11 horas , en el SML entre 1995 y 2005. Allí tuve una participación tangencial y no de la magnitud que insinúa el artículo en los casos de los quemados de San Miguel y el patio 29. No pude tenerla (“directa” dice el artículo) puesto que soy Odontólogo Forense y en esos reconocimientos erróneos no hubo ninguna identificación dental ya que en absolutamente todos los casos no se contó con ningún registro o ficha dental. Participar o examinar restos en un procedimiento no es identificar.
Ninguna autoridad judicial, administrativa, o agrupación de detenidos desaparecidos me ha responsabilizado por dichos lamentables hechos. Ni yo he reconocido errores propios frente a nadie, como señala el artículo en referencia. Declarar como testigo en un proceso judicial o en un sumario no es asumir responsabilidades.
Por el contrario, se me ha reconocido por mi labor en el desarrollo de la Odontología Forense nacional e internacional y por mi permanente labor de apoyo a la justicia y al esclarecimiento de la verdad. Ahí están los casos de Marta Ugarte Román, J. Soto Cerda, Tatiana Fariña C, Vicente Atencio, Eduardo Cantero, Carmelo Soria, J. L. Rivera Matus, y tantas otras víctimas identificadas científicamente por mi.
Huelga decir que en mis archivos conservo la documentación pertinente y suficiente que respalda lo expresado.
Por lo tanto y en razón de lo expuesto en el artículo en referencia, le solicito la publicación de esta aclaración.
Luis Ciocca Gómez, C.I. 4027229-1