La Transformación Educacional y no Reforma Educativa, en cada país de América Latina, es determinante en el presente y una obligación hacia una proyección a futuro. Para que dicha transformación pueda concretarse es fundamental desarrollar mecanismos vivos con valores eco-humanos que reemplacen las de hoy, estructuras despersonalizadas y alienantes que son perpetuadas en cada Comunidad Escolar.
Junto con lo anterior, aparecen una serie de imágenes con grandilocuentes frases como: “No queremos educar jaguares, queremos educar personas”, idea promovida en nuestro país en los años 90`, donde se proyectaba un individuo tipo desde el rótulo de un animal inocente, sobreexplotado y al borde de la extinción.
Todo lo anterior para señalar una supuesta “superioridad”, que más tarde, con la “Revolución Pingüina” terminó por evidenciar la desnudez humana de nuestra sociedad chilena, y que ni sociedad de jaguares, ni jaguares en sociedad humana. Al jaguar la selva y la protección civil por el resguardo de su vida, a las sociedades humanas una Transformación Educativa que contemple la educación con parámetros justos, dignos y resguardables.
La Transformación Educativa contempla en sí la «Educación permanente, con el potenciamiento de habilidades para toda la vida, con dinámicas visibilizadoras de las personas por ser sí mismas y estas en sociedad”, con fuertes principios de colaboración, democratización de saberes, y habilidades ciber-nómadas o knowmads, que van más allá de las tecnologías de paso. Apuntando hacia un mindware en habilidades y herramientas que son explícitas en los procesos de aprendizajes de las personas. Con esto la certificación es más un reconocimiento que una finalidad, es concretar el paso de sociedades de títulos a sociedades de cooperación educativa.
Una segunda parte, la Transformación Educativa ha de contemplar que cualquier dato relevante de investigaciones y/o estudios sean más que referentes anecdóticos con el cual tomar decisiones, sino más bien, han de ser ejes de aportes que entreguen herramientas para el debate y la participación de la transformación real, capaz de generar impactos socioeducativos estables que aporten más allá del día a día, co-creando futuro. Entregando atisbos para la superación de la valla inamovible del “Tomo la decisión alejado de los docentes cambiándoles las Bases Curriculares” según la opción del tecnicismo de turno y que acerque el real mundo educacional y social del país.
Hemos de hacer colaborativamente una Transformación Educativa, ya no sólo como en su carácter de “necesario”, sino como un “urgente” de cuidado, que debe preservar el derecho esencial de la Educación, en el marco de una situación coyuntural que el Chile de hoy se exige.
La Transformación Educativa es la democratización de la educación en la vida diaria, es espacios virtuales, en comunidades de aprendizajes libres y organizados, donde es responsabilidad de todos convertirla en una “Viral de Cooperacción”.
Por Francisco Guajardo Medina
Fuente fotografía
***
Texto -de origen externo- incorporado a este medio por (no es el autor):