Alguien decía que los acontecimientos de la historia se repiten. Otro agregaba que la primera vez como tragedia, y la segunda como comedia. Lo cierto es que el otorgarle a ciertos acontecimientos un carácter “tragicómico” suele ser el mecanismo de defensa que encontramos para hacer frente a ciertos aspectos de la realidad, un refugio gracias al cual uno logra reír para no llorar.
Lo cierto es también que el funcionamiento concreto del sistema penal del Estado capitalista siempre ha tenido ribetes tragicómicos: “tragedias” como el incendio de la cárcel de San Miguel (81 muertos) o de Puerto Montt en el 2007 (donde los muertos fueron 10 adolescentes), conviven junto con rituales judiciales en que se mezclan extrañamente aire de seriedad con humor leguleyo, mentiras solapadas y/o reprensiones al estilo profesoral, que vistas de cerca dan risa. La justicia burguesa funciona día a día como una mezcla de sala de clases con aplicación más o menos discreta de castigos, en una desfile interminable de gendarmes, funcionarios de tribunal, imputados, fiscales, acusados, defensores, presos, periodistas, detenidos, público en general, etc.
Lo cierto es, por último, que el Estado autodenominado “República de Chile” -cuyo lema no por nada reza “Por la razón o la fuerza”-, gusta de celebrar sus aniversarios mediante golpes represivos contra los anarquistas. En 1911, como respuesta a una “ola de bombazos”, se inventa una asociación ilícita y lleva a un puñado de compañero/as a prisión. No se logra demostrar nunca su culpabilidad. No hay condenas. Pero da lo mismo: el Estado sabe que en tiempos turbulentos el anarquismo, por poco visible que sea en general para el espectáculo político más usual, es la única fuerza que en cada momento histórico encarna su negación, el sector que tiene la aptitud de llegar a ser su sepulturero, y por eso afirma en esos momentos clave su propio poder mediante un circo mediático-policial donde el único mensaje es la actualización de la siempre necesaria represión política de la disidencia.
Pues “para el Estado no existe sino una ley única e inviolable: la supervivencia del Estado” y sus estrategas saben que “al enemigo se le debe tratar como enemigo”: dos principios básicos del funcionamiento práctico del Estado, mucho más viejos que la reciente moda del llamado “derecho penal del enemigo”.
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LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN EL CASO BOMBAS
Contenido:
-¿La historia se repite?
-¿Qué protege el Estado cuando persigue “asociaciones ilícitas”?
-Documentos de cultura/documentos de barbarie: las 68 carpetas. El meticuloso trabajo de la Hinteligencia fiscal y policial
-Un primer salto lógico: de “acciones de protesta” a “delitos terroristas”
-La definición de los “delitos terroristas” en la Ley chilena
-14 de junio/14 de agosto: Lo que se concibe y ejecuta desde las oficinas del Poder. No sólo montaje, sino también “amalgama”
-Segundo salto lógico: De “lumpen inorgánico” a “organización terrorista informal y democrática”
-Resumen de un juicio plagado de irregularidades. El empantanamiento actual del proceso y sus perspectivas.
Por un abogado ilegalista
+ INFO: Dossier nº2 a un año de la Operación Salamandra.
Texto de autoría externa. Recibido y publicado por