Libertad de expresión: Sobre la tolerancia y lo que no se quiere oír

Este lunes en la Plaza Victoria de Valparaíso, a propósito de una actividad en torno a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, subieron al escenario representantes de las comunidades mapuches de Ercilla para exponer la situación actual en la zona respecto del conflicto mapuche


Autor: Mauricio Becerra



Este lunes en la Plaza Victoria de Valparaíso, a propósito de una actividad en torno a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, subieron al escenario representantes de las comunidades mapuches de Ercilla para exponer la situación actual en la zona respecto del conflicto mapuche.

Entre lo manifestado por uno de los dirigentes, se hizo mención al papel que ha jugado carabineros en dicha pugna: consideran que sólo son funcionarios enviados a reprimir, conscientes de que en realidad es el estado el represor y el carabinero un ejecutor de la orden opresora. En este sentido consideran al carabinero “un hermano”, declarando que en lo sucesivo no responderían con violencia a la violencia policial.

Una vez terminada la intervención de los representantes, llegó un carabinero a parar la actividad aduciendo a la falta de permiso para realizarla. El funcionario, quien comenzó sobre el mismo escenario una diatriba con quien estaba animando el evento, arguyó que había vecinos del sector que se estaban quejando de la realización de la actividad, porque les molestaba no sólo el ruido sino el contenido de la misma -lo que generaba la obligación de sacar un parte al ente convocante, en este caso la Coordinadora por los Pueblos Originarios y Serpaj Valparaíso- en una clara contravención al artículo 19 Nº 12 de la Constitución Política y el artículo Nº 1 de la ley 19.733, ambas normativas relacionadas con la libertad de emitir opinión.

Amen de lo anterior, el carabinero reconvino sobre la presencia de afiches y carteles que referían en términos generales a la Cultura de la Paz y la resolución no violenta de conflictos, incluyendo el conflicto mapuche.

Finalmente el tema se zanjó con la exhibición de los permisos correspondientes no pasando a mayores el altercado, pero con la firme convicción por parte de los organizadores y espectadores de que en realidad no se trataba de un tema público, sino una cuestión personal del carabinero, que se sintió burlado por las palabras conciliadoras del dirigente mapuche. Es decir, por asuntos personales se intentó coartar un derecho reconocido y fallado incluso por el derecho internacional: la libertad de expresión.

Karen Zelaya


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