Lunes 16: Convocatoria Organización Estudiantes de Psicología a Asamblea Abierta

Desde la Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) manifestamos nuestro posicionamiento crítico respecto a la realidad actual de la psicología en Chile junto a una invitación a participar y seguir construyendo esta instancia de trabajo estudiantil que desde el 2006 hemos llevado adelante, asociándonos de manera autónoma, igualitaria y democrática por una sociedad mejor, […]

Lunes 16: Convocatoria Organización Estudiantes de Psicología a Asamblea Abierta

Autor: Cristobal Cornejo

Desde la Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) manifestamos nuestro posicionamiento crítico respecto a la realidad actual de la psicología en Chile junto a una invitación a participar y seguir construyendo esta instancia de trabajo estudiantil que desde el 2006 hemos llevado adelante, asociándonos de manera autónoma, igualitaria y democrática por una sociedad mejor, digna y justa.

Del mismo modo, el presente manifiesto representa el trabajo introductorio hacia una propuesta concreta en miras de la creación de un movimiento nacional de estudiantes de psicología que sea consciente, crítico y reflexivo de su contexto disciplinar, y un agente real y participativo en la construcción de una psicología al servicio de la sociedad y su transformación; a través de la investigación, producción y trabajo estudiantil, en red y junto a otros movimientos sociales, colectivos estudiantiles y comunidades organizadas.

¿Qué psicología tenemos?, ¿Cuál psicología queremos?

“Para que la psicología pueda contribuir a la liberación de los pueblos latinoamericanos, ella misma debe liberarse de su propia dependencia intelectual así como de su sumisión social”. Ignacio Martín-Baró.

La comunidad psicológica chilena, vale decir, los/as estudiantes y profesionales de la psicología, al no pronunciarnos, omitirnos, restarnos y no organizarnos frente a las problemáticas sociales que padece nuestro país y muchos países latinoamericanos y frente a nuestras problemáticas disciplinares, reproducimos y legitimamos el orden establecido convirtiéndonos principalmente en cómplices de esta  realidad social dominante, dejándonos sin historia, naturalizando y normalizando un presente injusto que niega toda posibilidad de cambio, cerrando los caminos hacia un porvenir mejor.

En este marco, la comunidad profesional de la psicología ha centralizado las maneras de trabajar y pensar los problemas de nuestra sociedad sin preguntarse por los fundamentos de qué hace, por qué lo hace, para qué y a pedido de quién. Este desconocimiento por parte de la comunidad de la psicología ha negado la posibilidad de cuestionar la función política de la disciplina en el campo social.

La psicología como institución, disciplina y profesión, es depositaria de la violencia y la opresión del sistema dominante y actúa disolviendo resistencias como un medio de reproducción de las miserias sociales. Por otra parte, las psicologías oprimidas, los dramas del vivir que configuran una psicología que está en la calle y la hacen los pueblos, representan las múltiples acciones y trabajos que miles de personas realizan para transformar sus realidades y mejorar sus condiciones de vida en un marco de explotación, dominación, marginación y exclusión.

Desde OCEP consideramos que nosotros y nosotras como psicólogos y psicólogas en formación podemos responder ante las problemáticas sociales y disciplinares que nos constituyen, y que, a su vez, somos sujetos capaces de organizarnos para hacer camino hacia una psicología al servicio de la sociedad y su transformación, sumándonos a las luchas de los pueblos y comunidades que aspiran a una mayor autonomía, igualdad y democratización en todos los ámbitos de la vida social y política.

En este sentido, el desarrollo de una práctica diferente y cuestionadora de la función social de la psicología dominante requiere tomar conciencia del carácter político implícito en el discurso de la psicología y su intervención profesional. Esta perspectiva, posibilita un cuestionamiento de los fundamentos que han convertido a la psicología en una herramienta apta para el disciplinamiento social, y a su vez, permite desarrollar un potencial crítico y emancipador que busca cuestionar a la psicología como forma de saber experto, denunciar los efectos políticos de su accionar y develar su lugar institucional como mecanismo de dominación.

Sólo desde aquí, es posible construir una psicología consciente de las problemáticas sociales y contestataria de su función social al servicio de la dominación, y sólo desde esta consciencia, nace la posibilidad de construir una Psicología de la Praxis, una comunidad de la psicología que en ésta situación histórica, y ante la necesidad de tomar partido en el conflicto de intereses, se posiciona a favor, se suma a las aspiraciones, valida y hace propias, las luchas y reivindicaciones de los pueblos y comunidades.

Nuestro trabajo como Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) en conjunto a diversas organizaciones sociales para condenar y repudiar la existencia y promoción de Terapias Curativas de la Homosexualidad así como la Patologización de las Identidades Trans, sólo cobra sentido, en cuanto reconocemos que dichas prácticas y discursos en psicología son resultado de ciertos posicionamientos políticos-ideológicos que promueven la visión de la orientación sexual homosexual y la identidad de género trans como una patología, una anormalidad, reafirmando la exclusión, estigmatización social y marginación; y en la práctica concreta, representan la violación de la dignidad, derechos, autonomía y libertad de las personas de decidir sobre su propio bienestar de vida y concepto de salud mental, al perseguir la erradicación, estigmatización o “cura” de una orientación o identidad sexual válida.

En este marco, creemos que el horizonte de una organización de estudiantes de psicología no debe ser una lucha gremial que priorice los intereses profesionales, sino una toma de partido en el seno de nuestra disciplina, reconociendo la función política de la psicología dominante y asumiendo nuestra participación en ella desde una perspectiva de lucha y emancipación, desde un posicionamiento crítico y propositivo, asumiendo la posibilidad de una praxis transformadora; al aspirar a la construcción de una disciplina y comunidad de la psicología al servicio de la sociedad y su transformación, proyectando su futuro a favor de las luchas de los pueblos, bajo el horizonte de una transformación radical de las estructuras de explotación, dominación, marginación y exclusión propias de nuestra sociedad.

De acuerdo a lo anterior, para avizorar una nueva psicología del porvenir, es necesario cuestionar nuestros lugares de formación, las características y planes de estudio de las Universidades Chilenas: ¿A la demanda de quién responde una formación profesional elitista y sometida a los intereses del Estado Capitalista y del Libre Mercado?, ¿La Universidad constituye hoy un espacio libre, gratuito y democrático de estudio y formación o simplemente una empresa que vende certificados de acreditación profesional y produce profesionales competitivos para el mercado laboral?. En base a un pluralismo propio de la proliferación del mercado neoliberal en el ámbito educacional para la formación profesional en psicología, distintas casas de estudio conservan un barniz progresista para borrar la radicalidad contestataria, desplegando mecanismos de conservación ante los cuestionamientos, y si esto no es suficiente, administran y/o marginan, cuando no reprimen al estudiante que se atreve a negar o poner en tela de juicio el rol asignado y la función opresiva de la psicología.

Asimismo, reproduciendo una lógica educativa tradicional, la formación académica en psicología se impone de manera vertical y autoritaria: no existen espacios democráticos donde los estudiantes puedan participar en la construcción de sus mallas curriculares y en la elección de un proyecto institucional de formación.

En oposición a esta realidad impuesta, si queremos sentirnos partícipes de la construcción de una nueva psicología, debemos crear espacios libres, gratuitos y democráticos de auto-formación, cuya finalidad no sea asumir ciegamente una institucionalidad heredada, sino que sea construida por los propios sujetos que le dan vida. De esta forma, promovemos la creación de instancias de autoeducación donde los estudiantes de psicología recuperen el poder, la voz, la autonomía, la palabra y la capacidad de creación en la construcción de una psicología al servicio de las grandes mayorías, atendiendo a las necesidades e intereses de los pueblos y comunidades, promoviendo, legitimando y validando la organización colectiva para la solución de problemas sociales y subjetivos de manera real y participativa. De esta manera, buscamos el empoderamiento, el diálogo y el trabajo conjunto entre estudiantes y comunidades.

Este posicionamiento que proponemos, busca fortalecer la responsabilidad ética, política y social de nuestra formación, promoviendo la participación, nuestra memoria colectiva e identidades, el ejercicio auto-crítico y el estar como comunidad y disciplina al servicio de la transformación social. Es por esta convicción que la Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP) se constituye con el propósito de recuperar y re-construir colectivamente este compromiso y responsabilidad ética y social de la comunidad estudiantil de la psicología, a través de reunir, abrir y sumar espacios y procesos de organización nacional de los estudiantes de psicología de Chile.

Es hora de estar presentes y ser partícipes en la construcción de la psicología que queremos. La psicología también puede ser un lugar desde el cual intentemos cambiar el mundo.


Objetivos

  • Democratizar las instancias de formación, estudio y práctica de la psicología para que sean los estudiantes, profesionales y la ciudadanía principalmente la que determine su accionar.
  • Superponer los intereses de las comunidades y pueblos, por sobre los intereses gremiales y profesionales.
  • Volcar a la psicología al servicio de la lucha de los pueblos y comunidades.
  • Posicionar a los estudiantes como un sujeto válido en la autoconstrucción de su formación.
  • Volcar a las Universidades y escuelas de psicología hacia la democratización en donde estudiantes, profesionales y trabajadores puedan tener participación efectiva en la construcción institucional.
  • Combatir las prácticas de violencia institucional que son legitimadas y practicadas por la psicología y las instituciones oficiales.
  • Develar a la psicología como una práctica política con consecuencias sociales y éticas.
  • Criticar el lugar institucional de la psicología como saber superior a las personas y colectividades.
  • Denunciar los mecanismos de dominación, represión y control desde el cual opera y/o que legitima la psicología.
  • Ser miembros activos y participes de la lucha frente a la opresión del Estado, el mantenimiento de las diferencias sociales y la superposición del mercado en la vida social.

 

LUNES 16 DE ABRIL,  19:00

SALA C11 FACULTAD DE PSCOLOGÍA, UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO, ALMIRANTE BARROSO  # 6 (Metro Los Héroes)

Texto de autoría externa. Recibido y publicado por


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