Nuestros Muertos

Recordando los muertos significativos, no necesariamente todos familiares o conocidos, sino por el impacto emocional que traen por el método con que la Pelá, alias de la muerte, se los ha llevado al otro patio, el de los callaos


Autor: Pineiden

Recordando los muertos significativos, no necesariamente todos familiares o conocidos, sino por el impacto emocional que traen por el método con que la Pelá, alias de la muerte, se los ha llevado al otro patio, el de los callaos.

Murió de viejo, mi abuelo Luis Pineda: el tata Nene de 92 años aprox., de pena por ver su cuerpo diabético cortado en las piernas, tal vez también alguna pulmonía graciosa aportó con la guinda de la torta. Lo veía cuando niño como un gigantón gruñón que contaba las frutas de sus árboles y nos retaba si nos veía arriba de alguno de ellos, dice mi padre y mis tíos que en su vieja juventud era peor.

Murió de Sed, no por borracha, realmente de sed, la Difunta Correa, y de paso dejó su milagro: una guagua que le sobrevivió mamando de sus pechos muertos, pero aún con el manjar lácteo propio de las madres. Se le hace una animita en los caminos largos, la gente le deja botellas y botellas con agua. En el camino Mariscal hay una, justo a la mitad entre Santa Rosa y San Bernardo, siempre la veo cuando paso en la micro.

Murió de Cáncer, la señora Chela, como le decíamos, su nombre era Graciela Castro, se había hecho muy amiga de mi madre y de la familia. Tuvo una vida demasiado desgraciada, oriunda de Parral se caso con Iván Lemus, que le hizo la vida imposible y cuatro hijos: Iván «Coco» (amigo de mi papá), Luciano, Gloria y Franchesca. Para mantenerlos tuvo que trabajar en la costura, fumaba mucho, en un principio Católica acérrima, luego desencantada cayó al otro extremo, gracias a su hija Gloria, en los Testigos de Jehová. Su hija Franchesca se suicidó en los tempranos ’80, teniendo una hija pequeña llamada Ivonne, la señora Chela tuvo que criarla, a la vez que criaba un cáncer a los pulmones que terminarían matándola con una terrible metástasis.


Murió por querer Justicia, Rodrigo Cisterna, trabajador de forestal Arauco, cuyo dueño (fue) Anacleto Agelini (q.e.p.no.d). Con sus compañeros de trabajo organizaron una huelga para mejorar sus condiciones laborales. Llegaron los carabineros que, como perros, tenían la misión de resguardar la propiedad de la empresa. Exaltado, Rodrigo toma una áquina y arremete contra un vehículo de los pacos, hay enfrentamientos, las balas cruzan sólo de un bando a otro, acribillan a rodrigo. Meses después un carabinero exaltado mata a un niño con su revolver, luego el 11 de septiembre un adolescente de barrio bajo mata a un carabinero, un par de meses después un grupo de asaltantes de bancos matan a otro carabinero.

Murió de a Pedazos. El joven Hans Pozo, miembro-habitante de la comuna de La Pintana, con oficio de vago y dicen que también el más antiguo, es descuartizado en maro del 2006 y cada pedazo repartido por la ribera norte de la cuenca del Maipo: sur de Santiago, Puente Alto, La Pintana, San Bernardo. El culpable un tal Martinez, ligado a la derecha, posible soplón en dictadura, el asesinato aún es un misterio, hay policías involucrados, una máquina de trozar carne y una congeladora.

Muertas a lo 2666, lo predijo con un par de años de anticipación Roberto Bolaño, hombres matando mujeres por distintas causas, el hilo conductor es el sentido de superioridad que tienen los hombres sobre las mujeres. Van 54 mujeres asesinadas terminando noviembre del 2007.

Muertos de Frío, una tropa de jóvenes reclutas del ejercito de Chile se congela en la montaña (volcán Antuco), al parecer un desalmado coronel los envió sin el equipo necesario para sobrellevar un frente de mal tiempo, muchas madres y padres y pololas muertas de pena y de rabia por tanta injusticia militar y divina.

Murió en un Vuelo, hermano de mi compañero de colegio Pablo Millanao, demasiado joven dejó de existir, bajó de una liebre Peñaflor, cruzó por delante de ella y otra de la misma flota impactó en su cuerpo, eso es lo que dicen como fue. Se le recuerda con una animita en la esquina de Los duraznos con el Mariscal.

Muertos de Cuello Negro, nuestros hermanos los cisnes de Valdivia y todo el ecosistema contaminado por continuos derrames de desechos químicos por la empresa de celulosa CELCO, cuyos dueños es (fue) Anacleto Angelini (q.e.p.no.d) una de las mayores fortunas, un mano de guagua que no gasta un céntimo en tomar medidas ambiental, prefiriendo pagar las miserables multas. La gracia de tener contactos políticos.

Muerto a Dos Ruedas, el borracho nieto Aarón del fascista pastor pentecostal Vasquez mata a batasos en la cabeza al ciclista Alejandro Inostroza, estudiante universitario. La cosa sucedió más o menos así: Aarón detiene a un amigo de Alejandro que pasa en bici por ahí, le pide fuego al ciclista, no tiene así que es amenazado, va a buscar ayuda, vuelve con Alejandro, se inicia la riña. Aarón tiene un bate de beisball, termina matándolo con varios golpes en la cabeza y el resto del cuerpo.

Esas son las distintas formas de morir que me han impactado y que me configuran un ideario de lo que podría ser la muerte, mi muerte. Pienso de aquí a 15, a 30, a 50 años en como será ese momento en que vea a la guadaña venir a mi cuello y creo que no será muy placentero.

Pienso en el suicidio, al que algunos llaman el máximo grado de libertad, que lo relaciono con la libertad del american way of life, y me dan arcadas. Todo ese consumismo decadente que se protege manteniendo el dominio sobre las naciones más débiles, chupándole la sangre, inseminando un ideario perverso de locura y muerte mas muerte, entrenando economistas neoliberales, militares en la Escuela de las Américas y religiosos protestantes con su religión de mercado; de las mismas naciones para mantener la servidumbre, la última muerte es:


La muerte social, hemos visto muertes por vejez, por falta de elemento vital, enfermedades del vicio, muerte por reivindicaciones sociales, por causas culturales, por mala dirigencia, por accidentes vehiculares, etc. Pero la peor muerte es esta, cuando te conviertes en un zombie, donde no eres nada mas que algo que se mete cosas por la boca que salen por el ano, donde no te cuestionas el modo de vivir, donde no tomas las decisiones que como sociedad podrían cambiar para mejor las relaciones ecosistémicas, es el vivo inútil, el muerto social.

Pero basta ya de muertes, que todavía corre sangre por nuestras venas, en la que la mejor vida es la búsqueda de la mejor muerte ¿cuál buscaremos?

¡¡¡Que en paz descansemos!!!

Pineiden


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