Hace unas pocas semanas visité el sur de Argentina, San Martín de los Andes y Bariloche. Ellos se consideran patagones, el clima es complejo y están alejados de la capital, Buenos Aires. Una de las cosas que me llamo la atención de inmediato fue que las dos ciudades estaban bien cuidadas, con una línea arquitectónica armónica, con centros comerciales que se ajustaban visualmente a la ciudad.
En uno de los primeros días hice un tour por la zona, el famoso paseo llamado siete lagos que recorre varios pueblos y por medio de este viaje comprendí un poco más de la historia de Argentina y la vieja polémica con Chile por los territorios. La política de Argentina ha sido poblar el sur y dar todo el apoyo para que esos pueblos sean igual de importantes que otras ciudades más céntricas. En mi caso lo pude comprobar, Mendoza y Bariloche se diferencian por sus paisajes, nada más.
Ese sentimiento nacionalista de ocupar el territorio y por lo tanto apropiarse de la zona fue una política de Estado que obviamente tenía diversos objetivos, pero la gracia es que Argentina no abandono a sus pueblos.
En un artículo leí una comparación interesante entre Puerto Aysén y Ushuaia (ciudad argentina al extremo sur), esta última es una ciudad bastante desarrollada, que ha potenciado el turismo, tiene universidad, es una ciudad alejada, pero sin perder su carácter de ciudad. La ciudad me llamó la intención, me gusta viajar y por lo tanto quise saber que opinaban los turistas de esta ciudad patagónica, entonces fui a mi página favorita “viajeros”. Había mucha información, unos 60 alojamientos, muchos restaurantes, museos, parques y bastantes diarios de viajes relatando lo maravilloso de la ciudad. El el mismo buscador puse Aysén, pero solo salian un par de fotos y alguien que la menciona en un relato esporádico
Puede parecer poco patriota, pero no es difícil entender que algún patagón chileno quisiera ser parte del Estado argentino, finalmente ellos tienen una política pública mucho menos centralista, basta con ver el sistema federal que los rige.
Hoy, jueves primero de marzo el gobierno se niega al dialogo, pide todo para entregar quien sabe qué, pide confianza cuando nunca ha existido una relación igualitaria y al parecer no pretenden establecerla.
Ante la tozudez del Estado chileno la Patagonia vuelve a encender barricadas, no hay miedo a la represión, a la dura violencia de la que han sido víctima y claro, después de tanto abandono por parte de un país mal agradecido (porque hay que reconocerlo, a pocos santiaguinos les importaba Aysén, los turistas solo llegan a Torres del Paine y eso sería para muchos la Patagonia) en que al menos la ciudadanía intenta ponerse al día apoyando desde distintas regiones; finalmente se han acostumbrado a ser valientes, luchadores y con cojones, lo que al menos a Santiago, le hace mucha falta.
Por Soledad Vargas
[Texto de origen externo, publicado en El Ciudadano po…]