Por un chorro de agua

No basta con dibujar ideogramas
que expliquen los hechos del pasado
y esas leyes del mercado
desatando el espanto
derribando esa seguridad
infinita y satisfecha
de tener todo controlado.

Hay castigo para todos los pecados
siempre habrá una mano valiente
que represente la mano del pueblo
pintada de colores, dorada, reluciente
vestida de hojas de árbol
que lo ejecute sin vacilar
contra los gobernantes.

Porque no hay respeto ya a nada
los hombres de verde
los monos, esas bestias de verde
son el brazo armado de la tiranía
y apalean niños
revientan ojos reales
y se drogan con la muerte.

Se hacen sucias alianzas
silencian al que denuncia injusticias
reprimen al que protestan
encierran a Elena Varela
enriquecen a la vil oligarquia
y una necia, malvada bruja
emite sus graznidos desde el balcón.

Desde el barro mismo de la inmundicia
ha nacido esa fuerza jóven, rebelde
que los hace temblar de espanto
evidenciando su caída
sus nefastas imbecilidades
como un espejo de carne
reflejando sus miserias.

Y dale, no han parado
las máquinas carniceras
alimentadas con la esperanza
y los huesos y la sangre
y la tierra de nuestros hermanos
y nuestros rostros aún no amargos
y la sonrisa de nuestros hijos.

No se han detenido las máquinas
siguen triturando
pero
cada vez más lento
algo
algo va fallando
Su hora ha llegado.

De tanto persistir
con su canto dolorido
con paso firme
María Música tronó de rabia
y la escupió de su fuente
contra el impoluto rostro
de la bruja mercantil.

Ha sido la mano dorada
la llave que quiebra los engranajes
ha sido esa rabia perra
que ladra desde la pena
aquella que ha liberado el caos
que ha desatado la ceguera
de la justicia perdida.

Y estos perros mediocres
casi muertos, aún ladran
tratando de colgar a nuestra
valiente heroína
el cartel de delincuente
de agresora, de pérfida
de perpetua insolencia.

Cuando lo que ha hecho
es rebelarse contra el poder
derribando muros, castillos y tronos
las melodías de Música
pronto serán orquestadas
y a sus pies crecerán
los ramos de flores de Banksy.

Autor: Pineiden