Señor director:
Es difícil entender que mientras las autoridades por años han intentado implementar un Plan de Descontaminación, simultáneamente aprueben proyectos dirigidos a expandir las zonas urbanas haciendo cada vez más insostenible cualquier acción que tienda a mejorar la calidad ambiental, en desmedro de los pocos pulmones verdes precordilleranos que quedan en la ciudad. Esto podría interpretarse como un comportamiento bipolar.
¿Cómo se le puede explicar a quienes vivimos en una de las ciudades más contaminadas y sobresaturadas del mundo, que mientras Conama gasta millones en buscar soluciones para descontaminar, los proyectos inmobiliarios tengan apoyo para construir más y más viviendas en una de las zonas más frágiles como lo es la zona precordillerana?
Destruir bosques nativos no sólo significa más contaminación, si no que además mayor riesgo para una ciudad que en años lluviosos tiene que sufrir inundaciones y potencialmente nuevos aluviones como el sufrido el año 1993 en la quebrada de Macul que arrasó con personas y cientos de viviendas. Pese a ello, se siguen aprobando y pavimentado sin criterio los cursos naturales de agua. Basta recordar lo sucedido con el terremoto ¿Quién se preocupa de que este tipo de actividades asuma una responsabilidad social y ambiental de sus acciones?
Actualmente, existen dos proyectos inmobiliarios que se encuentran en proceso de evaluación en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia). De ser aprobados, permitirían la destrucción de maravillosos bosques naturales precordilleranos, de los pocos que existen en las comunas de Lo Barnechea y La Florida (Predio El Panul), ubicados en cuencas que actualmente no solo contribuyen a contener y regular las aguas lluvias sino que, además, constituyen un pulmón verde para apalear en algo la contaminación y lugar de esparcimiento para muchas familias.
Atte.
Andrés Venegas S.
Director Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo
Contacto: [email protected]