Quintero zona de catástrofe

La gran mancha de petróleo derramado aún permanece en el fondo de la bahía de Quintero según el informe dado a conocer por las autoridades este fin de semana. Según el biólogo marino Hugo Poblete, del Movimiento de Pescadores Artesanales de Quintero, el nivel de PH en las aguas arroja una acidez de 2,7, lo que provoca la muerte de toda la flora y fauna del lugar.

Esto coincide con la última declaración de la Enap, propietaria del crudo, reconociendo que el derrame, hasta el momento, supera los 22 mil litros, una cifra diez veces mayor a la dada a conocer durante la semana pasada.

Entre el puerto de Ventanas y  la empresa Oxiquim, en una superficie de 1.800 metros de largo por cinco metros de ancho,  la playa quedó cubierta por petróleo crudo, el que lentamente, pese a los esfuerzos de los equipos de limpieza, comenzó a desplazarse a través de las corrientes por toda la bahía.

La mancha de petróleo aún es visible en el mar en una extensión de 25 kilómetros entre la península de Los Molles hasta cerca de Chachagua, sumando más de 20 playas y pequeños requeríos contaminados con el crudo. Al acercarse, por ejemplo, a playa Las Conchitas, a varios kilómetros del accidente, y aunque la empresa ya dio por concluidas las labores de limpieza, aún se observan restos de hidrocarburos en las algas de los requeríos.

Se estima que el derrame afectó directamente a una población cercana a las 1.200 personas que viven principalmente de la extracción de mariscos y de algas de la bahía y, de forma indirecta a otros mil que viven de actividades comerciales vinculadas al turismo. Hasta el momento la empresa sólo ha compensado con un bono de 700 mil pesos a un grupo de 560 pescadores vinculados a la extracción de la jibia, reconociendo que no podrán salir del puerto en por lo menos un mes.

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Durante la primavera comienza la migración de miles de gaviotas Franklin, Piqueros y otras especies de aves que dejan el invierno canadiense para viajar hasta estas costas, a anidar, reproducirse y viajar nuevamente al norte en mayo. La muerte de la fauna marina en la bahía provocará la muerte de muchas especies de aves que necesitan alimentarse en nuestras costas.

Para muchos quinteranos el derrame de petróleo que se produjo era una “crónica de una muerte anunciada”, debido a que el alto tráfico de buques con hidrocarburos y otros de gran tonelaje que circulan por la bahía aumenta día a día, provocando los consiguientes accidentes propios de la faena de carga y descarga.

La bahía de Quintero desde hace más de 50 años es el paradigma de la contaminación ambiental en Chile. Primero, con la instalación de la fundición de cobre de Ventanas, lo que ha cambiado la temperatura y composición de las aguas, afectando gravemente a la flora y fauna marina del lugar y ha elevado los niveles de SO2 en el aire a niveles peligrosos para la vida humana. En este mismo parte industrial se han instalado otras seis empresas contaminantes como Oxiquim y Copec, protagonistas también de bochornosos eventos contaminantes.

El año 1999 se produjo un evento similar cuando se derramaron hidrocarburos de Cordex en Ventanas, lo que destruyó la posibilidad de establecer zonas de cultivo en la zona. Durante 2008 se derramó de 2-etil exanol en el estero de Campiche, en 2011 una nube tóxica afectó a los niños de la escuela La Greda, debiendo ser trasladados a varios kilómetros a una escuela nueva. En un asunto aún no aclarado, se produjo una masiva mortandad de sardinas en la playa de Ventanas. Desde 2008 se han producido más de 40 varamientos de carbón, aumentando al PH de las aguas de la bahía, destruyendo la flora y fauna marinas. Desde que se han estado haciendo monitoreos ambientales del aire que se respira en la bahía, se han registrado peak de SO2 en las localidades de Quintero, Maitenes y La Greda por sobre lo permitido en la legislación nacional.

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Enap ya ha anunciado la construcción de dos nuevas termoeléctricas en la bahía, aportando con más contaminantes a una zona que ya está saturada.

Desde el Gobierno han anunciado también un nuevo tratado comercial con el gobierno de Estados Unidos para traer gas natural desde aquel país. Esto implicará la construcción de nuevas instalaciones en la zona y el permanente tráfico de buques de gran tonelaje. Ahora Quintero puede estar en una situación de riesgo aún mayor, especialmente si consideramos que muy cerca de las instalaciones de GNC, la compañía de gas natural, existe una pista de aterrizaje para aviones de combate, lo que pone en riesgo a los habitantes del poblado de Loncura, que se encuentra en medio.

La comunidad quinterana se está movilizando. El pasado domingo nos reunimos cerca de mil personas frente a la playa de Loncura para informar a la opinión pública la catástrofe ecológica que sufrimos y que ha sido sistemáticamente ignorada o silenciada por la prensa.

Estamos entusiastas por la alta convocatoria que alcanzamos. Sabemos que luchamos con gigantes y que no les importa la destrucción de nuestra bahía ni la calidad de vida de quienes vivimos junto a un mar que nos entrega los atardeceres más hermosos de Chile.

Por René Cumplido

CODEHS

Comité de Defensa de Derechos Humanos, Sindicales y Sociales Clotario Blest Riffo

Octubre 7 de 2014