Los trabajadores de la Empresa Aguas Claras, ubicada en la ciudad de Calbuco, identifican muy bien la dirección de su empresa, reconocen a lo lejos la fachada de la fábrica emplazada junto a la Población 15 de Septiembre y saben hacia donde deben caminar a diario para cumplir con el turno de la mañana o de la noche. Distinta es la situación al momento de evaluar las ganancias que genera dicha planta y determinar los salarios que le corresponden a los trabajadores integrados a las faenas, pues los propietarios de esta salmonera no manifiestan la misma claridad.
Desde el año 2005 la Empresa Aguas Claras S.A se divide en tres razones sociales, simulando ser tres empresas distintas: Antarfish, como empresa madre que utiliza los servicios de Procesadora Aguas Claras S. A, propietaria de la planta de procesos donde laboran los trabajadores, y Servicios Aguas Claras S. A., que es la sociedad que los contrata. Estas empresas a su vez, son parte del grupo Aqua Chile, que alberga un total de 29 razones sociales o 29 empresas diferentes (incluyendo las firmas nombradas), la cual se posiciona en el tercer lugar a nivel mundial en la producción del Salmón, teniendo una utilidad de US$ 261,6 millones para el año 2007, cifra construida a partir de los aportes de estas múltiples empresas, donde Antarfish incorpora su ganancia total anual para ese mismo año que asciende a 24 millones de dólares, mientras que Procesadora Aguas Claras S. A y Servicios Aguas Claras S. A no presentan ganancias en el mismo periodo, a pesar de ser parte del proceso del Salmón que permite las ingresos de Antarfish, a pesar de ser parte del Grupo Aque Chile, a pesar de tener todas los mismos propietarios: Víctor Hugo Puchi y Humberto Fischer.
Esta situación irregular conduce al Sindicato de Trabajadores Salmoneros Aguas Claras de Calbuco a liderar un proceso de negociación con la empresa, uniéndose a los sindicatos de otras dos firmas del mismo grupo Aqua Chile, todas del rubro salmonero: Antarfood ubicada en Chiloé y Aguas Claras Estuario, ubicada en el Lago Llanquihue. El proceso deriva en una huelga legal desde Diciembre del año 2007 a Abril del 2008, la cual ubica en la palestra pública nacional e internacional las condiciones laborales y medioambientales que han caracterizado negativamente a este rubro, situación reconocida incluso por el Estado, pues de acuerdo a las ultimas cifras entregadas por el Ministerio del Trabajo, para el primer semestre del 2006, la tasa de infraccionalidad laboral del rubro salmonero fue de un 80,43%, siendo las condiciones de higiene y seguridad las más sancionadas con un 32%[2].
Durante los primeros cuatro meses del año 2008, se ve cerca la posibilidad para los trabajadores de hacer historia y terminar con un mal hábito de los empresarios en este Chile globalizado: las múltiples razones sociales para una misma empresa y el logro de una negociación colectiva del rubro salmonero, levantando un petitorio que exigía condiciones de seguridad laboral adecuadas y mejoras salariales como un paso importante para el logro de una mejor calidad de vida. Es justamente en este ámbito, donde ya tenían experiencia, pues el Sindicato de Trabajadores Salmoneros de Aguas Claras se inicia el 18 de Marzo del 2001, por un grupo de 26 obreros (de un total de 1.400), los cuales comienzan a desarrollar un trabajo de autoformación y educación popular entre pares, que informó acerca de los derechos humanos y los derechos laborales, proceso que desde la realidad que vivían, generó una serie de negociaciones colectivas con los dueños de la empresa. De acuerdo al relato de un trabajador de 23 años[1], el primer logro fué instaurar el año 2001 el Domingo como día de descanso, ya que hasta ese momento, la planta trabajaba de Lunes a Lunes, sin pagar horas extras y sin definir un horario establecido para el fin de las faenas, e indica: “Yo trabajo en la planta desde los 13 años, y estaba todos los días, sin parar, sin ver la luz del día. Yo me metí al sindicato porque las cosas estaban mal, y qué iba a perder yo, si peor no podía estar. Pero con el sindicato se logro mucho, o sea, yo entraba y no sabía si iba a salir el sábado o el domingo por ejemplo, o a qué hora. En cambio ahora yo sé a qué hora y qué día me corresponde salir.”(Calbuco, Mayo del 2008).
Posteriormente, se logra fijar un sueldo base en torno al salario mínimo equivalente al 40% del sueldo bruto, instaurando bonos de producción reajustables que equivaldrían al 60% restante, pues no contaban con un sueldo base y todo estaba sujeto a la producción individual. Se logran bonos de maternidad, de matrimonio y canastas familiares a fin de año. Se exigen mejoras en la infraestructura de la planta. Se instalan nuevos baños y se construye un casino, pues contaban con una sala para almorzar en deplorables condiciones higiénicas. Se supervisa y se exige la aplicación de reajustes al IPC en los sueldos, en una dinámica de negociación descrita por un trabajador de la siguiente manera: “los sueldos suben en torno al IPC y lo que da el gobierno. Y el año pasado, cuando subió el sueldo, en la empresa habían 300 y tantas personas que estaban bajo el sueldo base que determino el gobierno, y la empresa no quería subirlo. Y bueno, ahí el Benja[2] fue a hablar con ellos, para ver porque no querían subir los sueldos, ellos dijeron que no lo harían y ahí el Benja le dijo: Bueno, entonces nos vamos a hablar con la gente a ver qué hacemos. Luego de un rato lo volvieron a llamar, que estaba resuelto el problema y que subirían los sueldos, y así…con el empresario si tu no haces movimiento, no te suben el sueldo, no quieren soltar nada.”(Calbuco, Junio del 2008).
Todas estas transformaciones fueron logradas por la unión de los trabajadores y la acción sindical, no por la regulación de la empresa o la supervisión del Estado. Quizás esta experiencia fue la razón para confiar nuevamente en el poder ciudadano, en el poder del pueblo y pensar otra vez en la acción colectiva para lograr los objetivos planteados en el ultimo petitorio, integrando dos puntos muy importantes, mejoras salariales y el derecho a un trabajo digno que no acabe con la integridad física de los obreros: “Pedíamos que el 60% de nuestro sueldo se transformara en sueldo base y que el 40% restante fuera en bonos de producción. Además que todos los bonos de nupcias, canastas familiares, útiles escolares, nacimientos, que esos montos se vayan al sueldo base, fijo, no una vez en la vida. Porque no sirve de mucho. Pedíamos $210.000 de sueldo base, pero entre tira y encoge hasta $180.000 estábamos bien, mas el 40 % de bono mas gratificación mensual, mas bono de asistencia. Ahí completábamos como $280.000 y además pedíamos ubicación laboral rotativa por toda la planta, en las distintas secciones. Porque si uno esta en el mismo puesto todo el rato, se afecta la salud física y afecta la ganancia económica al no tener tanta destreza al comenzar la labor. Porque si te cambian de puesto, a ti no te pueden bajar los bonos, menoscabo en dinero, que el código del trabajo lo dice, y eso ocurre todavía, eso no ha cambiado” (Calbuco, Junio del 2008).
El Sindicato en Enero del año 2008, contaba con 655 socios al iniciar la última negociación. En la actualidad, a tres meses del término del conflicto, cuenta con 220 asociados, pues se han iniciado una serie de despidos injustificados ( ejemplo de ello fueron los cinco últimos trabajadores destituidos el 7 de Julio del presente año, pertenecientes al área Proter, de acuerdo al articulo 160 del código del trabajo, que apela a una falta de probidad que permite a las empresas no pagar indemnización alguna[1]) y la renuncia obligada de los cinco dirigentes como estrategia de desarticulación sindical por parte de la empresa, proceso curiosamente desconocido por las entidades fiscalizadoras de gobierno.
Los obreros sindicalizados enfrentan represalias económicas, pues la empresa instaló bonos de producción diferenciados para sindicalizados y no sindicalizados; sicológicas, a través de maltratos por los supervisores de la planta y pantallas que publican las ganancias del turno que no se encuentra sindicalizado; y legales, a partir de amenazas para continuar con las causas iniciadas por la empresa en contra de los trabajadores, si el Sindicato no acepta las condiciones para seguir con las negociaciones, principalmente la renuncia de los cinco dirigentes, ocurrida el día 10 de Junio del presente año. A todo lo anterior, se suma los escasos logros que tuvo el petitorio: 5,6% de reajuste en el sueldo base y un 9,5% en el bono de producción, manteniéndose la estructura del sueldo en 40-60 y los bonos de beneficios por maternidad, nacimientos, etc., una vez en la vida. No se logró la rotación de los puestos de trabajo y que se detuvieran las sanciones económicas al no ejecutar los movimientos con total destreza al inicio de una nueva actividad, lo que continuara existiendo y determinando que la tendinitis crónica, la inflamación de articulaciones y desgaste de vértebras signifique la expulsión del rubro cuando el cuerpo ya no puede ejecutar mas el mismo movimiento.
El Sindicato de Trabajadores Salmoneros de Aguas Claras, durante siete años de trabajo ha transformado no solo su condición laboral, sino también su vida domestica como jefes y jefas de familia, como habitantes de Calbuco, como seres humanos. Hoy el mar que rodea la isla de Calbuco y las 13 islas que junto a ella componen el archipiélago del mismo nombre, la isla grande de Chiloé y el archipiélago de Aysén se encuentra viviendo los impactos de una salmonicultura irresponsable. El año 1998 se identificó la primera especie nativa contagiada de una enfermedad propia de los salmones: El Puye (galaxias maculatus) tiene Rickettsia[1]. Pues las enfermedades que sufren los salmones en Chile son varias más que el virus ISA. De acuerdo a un informe de la Fundación Terram[2], las enfermedades más comunes para el Salmón Chileno es la bacteria del riñón (BKD),Rikettsia, Flavobacteriosis visceral (RTFS), Flavobacteriosis externa, enfermedad entérica de la boca roja (ERM), Piscirickettsiosis (SRS), Anemia (nucloespora salmones) y vibrosis. En segundo lugar, los salmones son especies carnívoras y de acuerdo a datos de la FAO, cada kilo de salmón requiere entre 2,5 a 5 kilos de pescado para alimentarse, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaría mundial, aumentando la presión sobre los recursos pesqueros[3]. En la décima región, esta situación se ha traducido en una disminución sistemática de la biomasa local o sobreexplotación de los recursos marinos costeros, lo que conlleva un daño directo a la pesca artesanal y genera a la vez un cambio estructural, pues personas que se podían dedicar a la pesca artesanal hoy se deben dedicar a trabajar como obreros en los procesos salmoneros, abundantes en la zona de Quellón, Ancud, Castro y Calbuco[4].
Por último, la desvalorización estética del paisaje al incorporarse balsas jaula en importantes zonas costeras, la muerte de especies nativas (principalmente los lobos marinos muertos con herida de bala que varan en las costas), la estructura e instalaciones estéticamente inapropiadas, los residuos de agua sangre y el cambio en la transparencia de las aguas[5]es algo que en Calbuco se vive y se observa en todo el perímetro de la isla, pues el borde costero se encuentra completamente consecionado, aquí también se emplazan las principales plantas de proceso salmoneros dependientes de empresas como Los Fiordos, Mainstream, Marine Harvest, Camanchaca, Aquafish o Aguas Claras, Multiexport, Trusal y sus respectivos sistemas de evacuación de desechos con sangre al mar. Se suma a ello el aroma que despide las actividades de la fábrica de harina de pescado Salmonoil, el flujo incesante de camiones transportando salmones, los restos de desechos plásticos inundando el mar y dejando en cada subida de marea algo que simula ser espuma marina, pero que es plumavit desintegrado.
Para finalizar, solo indicar que toda producción industrial se vive y se genera en algún lugar del mundo que tiene un nombre, que tiene una ubicación y que es habitada por seres humanos. Pues, si bien es probable que se logre esconder el dinero obtenido en determinado proceso productivo en una multiplicidad de razones sociales o falsas empresas, es imposible esconder lo que a diario viven las comunidades en todos los aspectos de su vida en sociedad. Es aquí, donde el conflicto se convierte en un problema de todos los ciudadanos, no solo un conflicto entre privados, siendo la experiencia de organización social y educación popular vivida por el Sindicato de Trabajadores Salmoneros de Aguas Claras una estrategia que nos podría llevar a pensar en nuestra realidad más próxima y atrevernos a transformar nuestra vida cotidiana, elegir qué tipo de futuro queremos vivir y sobretodo, respetar a quien se ha atrevido a llevar adelante este proceso antes que nosotros.
[1] Diario La Nación, Marzo del 2008, Salmonera obtiene grandes utilidades a través de 29 RUT.
[2] Osvaldo Andrade, Ministro del Trabajo en la sesión 45ª de la Cámara de Diputados (5 de Julio del 2007)
[1] Enriquez, R., Monrás M., Ceballos A. y Igor C. 1998. Primer aislamiento de un organismo rickettsial desde Galaxias maculatus (Puye). Resúmenes X Congreso Nacional de Medicina Veterinaria. Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile, Volumen XXX, pág. 233-234.
[2] Marcel, C. y Oporto, J. 2000. Salmonicultura en Chile: Aspectos sociales, económicos y ambientales. Fundación Terram. Santiago, Chile.
[3] Terram, 2000; Conapach, 2006
[4] Servicio Nacional de Pesca, 1998 en Terram, 2000.
[5]Ibíd.
[1] Declaración Publica Sindicato de Trabajadores de Aguas Claras, Julio del 2008.
[1] Por motivos de seguridad hacia las mujeres y hombres trabajadoras de la Planta Aguas Claras S.A de Calbuco, se guardará total confidencialidad sobre los entrevistados.
[2] Benjamín Teneb, presidente del Sindicato de Trabajadores de Aguas Claras hasta el mes de Junio del presente año.