Sí, soy feminista

Desde el activismo por los derechos humanos de las mujeres y en respuesta a reportaje de El Mercurio.

Sí, soy feminista

Autor: Director

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El domingo 1 de junio apareció en el área de Reportajes del diario El Mercurio un ‘reportaje’  bajo el título “Feministas al poder: la red que se instaló en el gobierno”, escrito por las periodistas Consuelo Cifuentes y Renata Fernández.

Este trabajo periodístico carece de argumentos y falta a la rigurosidad, de reporteo, de seguro porque la periodista que realizó llamadas telefónicas –Consuelo Cifuentes- desde mediados de la semana pasada, hizo este reportaje constatando –sesgadamente- antecedentes vagos.

El pasado 9 de marzo en el contexto de un aniversario más del Día internacional de la Mujer; un número importante de feministas saludamos sororalmente a Gloria Maira y Claudia Pascual por los nombramientos como reconocimiento a la trayectoria y el trabajo de cada una. En la ocasión, también manifestamos nuestras expectativas feministas desde la autonomía que nos da ser parte de los movimientos sociales, y con la certeza de que los avances han sido fruto de nuestras luchas, a las mujeres nada nos ha sido dado y sabemos del poder de la organización y coordinación de esfuerzos.

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Aclaro como una integrante más de la Articulación Feminista Por la Libertad de Decidir, que este colectivo de feministas de la región metropolitana, no abandonará el seguimiento, la observancia y el trabajo propositivo en la persecución de los derechos humanos de todas y para todas las mujeres, con convicción y desde la calle.

El texto periodístico habla de ser feminista como un mal, “la red que se instaló en el gobierno”, sin embargo la paridad, la equidad, la igualdad de oportunidades, apoyar la agenda de género son conceptos acuñados por los gobiernos hace más de 20 años. Lo que las feministas buscamos es transformar una sociedad basada en la dominación, violenta –no sólo hacia las mujeres-, discriminadora y controladora, depredadora del medio ambiente, hegemónica en los discursos, las ideologías, las formas de vida, entre otras muchas imposiciones; hacia una cultura de respeto, libertaria, no violenta, y basada en los derechos humanos.

Esto me huele a una ‘caza de brujas’, cuál será el sentido último de esta columna. En momentos en que la representatividad está en cuestionamiento y claramente no hay coherencia entre las demandas de las personas y lo que plantean los gobiernos, la presencia de diversos sectores en puestos de toma de decisiones es un avance. Nuevamente vuelve a tomar sentido aquella frase de Julieta Kirkwood: “Democracia en el país y en la casa”.

Soledad Acevedo Arenas

Feminista y activista por los derechos humanos de las mujeres.

 

http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2014-06-01&dtB=01-06-2014%200:00:00&PaginaId=7&bodyid=10


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