¿Qué hago?

Esa es mi pregunta de estos días

¿Qué hago?

Autor: Wari

Esa es mi pregunta de estos días. Me gusta el fútbol, me encanta verlo y disfrutar de las soluciones técnicas y creativas, habilidosas e inesperadas que este deporte plantea. Gozo con evocar algunos partidos que han marcado mi historia de vida. Pero a la vez me complica su entorno, el uso que el poder le da a algo tan bello y placentero de abordar en sus distintas posibilidades, desde observarlo hasta practicarlo. Por eso cuando veo tanta marca comercial lucrando, tanto abuso desde la publicidad, cuando tengo que escuchar tanta estupidez asociada, tanta ignorancia en bocas de relatores, comentaristas y un sin fin de lucradores del fútbol y tanta falta de capacidad para situar las cosas en sus dimensiones más exactas, me pregunto: ¿Qué hago?

¿Lo veo? Pregunta que parece tener una respuesta obvia, pero cómo lograr verlo y abstraerse de todo ese entorno, de toda esa mercanchiflería desbordante, de todo ese uso político para hacer que se instale la celebración y el olvido para poder subir el valor del pasaje de las micros, rechazar el aumento del salario mínimo, y seguir teniendo la cagada en el país, mientras los empresarios se hacen más ricos y Piñera duerme en una mediagua para que los medios de esos mismos empresarios no muestren la verdad, y nada importe. Sólo que unos pobres cabros que fueron pobres hagan unos goles en el sur de África, y “vamos todos a celebrar”. En una celebración dirigida, impuesta y nada natural, que da pie para un nuevo ejercicio de control y la posterior represión.

¿No lo veo? Y perderme la posibilidad de disfrutar de esa belleza que me hace pensar en Cruyff y sus goles de 1974, de la maravilla de Romario girando en unos centímetros y marcando para hacer gozar a millones, de mis primeros partidos en los estadios locales y esa indescriptible sensación de angustia y placer, de euforia y libertad, de tristeza y alegría, de festejo y camaradería. No me parece posible restarme, no me parece válido no poder verlo, aunque unos cuantos me hagan dudarlo, me hagan pensar en lo que hizo Pinochet con Colo Colo o Ambrosio Rodríguez -abogado del Ministerio del Interior durante la dictadura militar- con la Corfuch, o lo que es el Real Madrid para el franquismo de España.

Y también pienso en lo que se embolsa la Fifa, o en aquellas familias esclavas que fabrican los balones, y en las malditas sociedades anónimas actuales y sus transacciones en la bolsa, cuando el fútbol siempre lo he entendido como otra cosa.

¿Se entiende ahora que mi duda sigue siendo qué hago? ¿Meto el gol o no? Tal como el personaje de “Puntero izquierdo”, del cuento de Mario Benedetti. O, en otras palabras ¿Rescato el fútbol y no consumo la mierda que me venden, o me trago todo el combo, y no rescato al fútbol?

Por Jordi Berenguer


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