2018: ¿Año de hipocresías, mentiras y peligros redoblados?

Todo parece indicarlo así, estimado lector y lectora

2018: ¿Año de hipocresías, mentiras y peligros redoblados?

Autor: paulwalder

Todo parece indicarlo así, estimado lector y lectora. Continuando la saga que hemos presenciado el año pasado  a nivel internacional, éste se prevé igualmente plagado de  hipocresía, mentiras y peligros.  Tanto la verdad de algunos hechos, como el derecho internacional, son algunas de las principales víctimas. Por cierto, que esto suceda así, le importa muy poco a las elites de poder mundial y nacional.

 

 

Un ejemplo: ¿Usted se enteró de las palabras que J. Luis Zapatero, expresidente del gobierno español,  y uno de los mediadores internacionales del diálogo entre el gobierno bolivariano  y la oposición venezolanos, emitió después de que esa oposición desistiera de firmar un acuerdo que estaba ya listo en Panamá?  Una oposición que se comporta ya de una manera vergonzosa en política: bastó una llamada del presidente de Colombia, al jefe de la delegación opositora, para que ellos no firmaran.  Pero, ¿cuánto ha sido distribuida y leída la declaración de Zapatero en los medios de comunicación, explicando su posición y lo sucedido en los diálogos de Panamá?  Los grandes medios, en clara alianza con el Complejo Financiero-Militar-Industrial como bien lo llamó el profesor Claudio Naranjo,  no tienen interés ni en la verdad de los hechos ni en una solución negociada de los conflictos. Por cierto, no solo en lo referido a los sucesos venezolanos, sino también respecto a lo que está pasando en Siria o  entre Israel y el pueblo palestino. Lo que se da en llamar pomposamente la “comunidad internacional” es un engaño, y solo representa la opinión de la Casa Blanca, de los gobernantes europeos (y ni siquiera de todos ellos), o de las empresas transnacionales, pero se hace pasar como si fuera la opinión del conjunto de la humanidad.  Paradojalmente, la imposición de una globalización neoliberal – a partir de la desaparición del campo socialista-, comandada  desde los gobiernos de los USA,   ha terminado por liquidar las mejores expresiones del  difícil y doloroso logro  de una comunidad internacional, comenzando por las mismas Naciones Unidas.

 

En verdad, no sorprende  tanto la militarización y violencia del único imperio subsistente y sus aliados (OTAN, UE, OMC, etc. ) ,  cuánto la pasividad, la obsecuencia, hasta el servilismo, de las elites de poder político-financiero de nuestros países. Casos y ejemplos habrían muchos. Uno, que pasó rápidamente desplazado en los medios, fue la posición encontrada entre la mayoría de países de las NNUU y la del gobierno estadounidense respecto a su pretensión de trasladar  la capital de Israel  hacia Jerusalén. A pesar del desacuerdo -ahora sí-, verdaderamente mundial contra esta medida unilateral del principal socio del Estado israelí, consignada en la abrumadora votación en contra en el seno de NNUU, el gobierno de Trump sigue adelante con su política de complacer a los sectores guerreristas del estado israelí, sin importarle las consecuencias que ello pueda traer para la paz en Medio Oriente.   Sin embargo, quizá el caso más flagrante de aplicación  de doble estándar   y de embuste intencionado de parte de la pomposamente autollamada “comunidad internacional” y sus socios,  tiene que ver con el trato dado a las elecciones presidenciales hondureñas, en comparación, claro, con el trato que se le da , por años, a las elecciones en Venezuela.  Le sugiero revise las informaciones respecto a Honduras, por si tiene dudas.

En las elecciones hondureñas, la mayoría de los observadores internacionales, además  de la oposición que se consideró ganadora, coincidieron en la necesidad de repetir las elecciones para asegurar un  resultado no sujeto a irregularidades, dudas y reclamos.  Estos reclamos provocaron grandes protestas del pueblo hondureño, las que fueron duramente reprimidas, con resultado de varios muertos en ellas.  Y, sin embargo,  contra la opinión de buena parte de los mismos hondureños, y de los propios observadores internacionales; a pesar de la dura represión y violencia, se dio curso a una reelección espúrea del actual presidente hondureño. Y, uno puede preguntarse:  ¿cuál fue la reacción de la OEA, la UE  y los otros organismos de esa llamada “comunidad internacional”? ¿Fue suspendido Honduras de alguna de ellas, a pesar que repetía un patrón que tiene como precedente el “golpe blando” contra el ex presidente M. Zelaya? ¿Ha amenazado el gobierno estadounidense con invadir ese país si no se restituye lo que ellos llaman  de manera altanera   “su democracia”?

¿El  Grupo de Lima ha desconocido la validez de esas “elecciones”?  ¿Nuestros afamados cientistas políticos –prestos siempre para vituperar al gobierno venezolano-  han levantado la voz al respecto en los medios? ¿Han importado los muertos puestos por el pueblo hondureño?  Sin embargo, al mismo tiempo, a base de mentiras y acoso de diverso tipo, no se deja vivir al gobierno venezolano y su gente, a pesar de que su sistema electoral ha sido calificado por el  mismo expresidente J. Carter y su fundación,  entre los más fiables y seguros a nivel mundial.  El mismo Grupo de Lima –que sigue tristemente los dictados de Washington y la UE-, encabezado por un presidente del Perú que, a duras penas se salvó de ser destituido, o por otros, como el golpista Temer  en Brasil (que tiene si, escuche bien, un 5% de aprobación de parte de su población) pretenden justificar una intervención militar en un país soberano como Venezuela, olvidando la triste y dolorosa  historia de las intervenciones vividas no hace muchos años en nuestro continente, para favorecer –como no- a los poderosos de siempre.

Hace mucho tiempo  que no se veía un entreguismo tal de las elites de poder en nuestra América, justo cuando habíamos tenido unos años de claro reforzamiento de un latinoamericanismo plural. Para reforzarlo, el enviado del sheriff del norte hace una gira solo por algunos países, siendo el centro Colombia (donde hay  bases militares estadounidenses) para  tener al “patio trasero” en orden y obsecuente respecto a Venezuela u otros casos que pudieran surgir.  Por cierto, de manera lamentable, nuestra cancillería también se ha prestado para estas oscuras maniobras.

Usted, estimado lector/lectora, ¿sabe lo que está pasando en Honduras, post elecciones fraudulentas? Por qué los medios no nos informan de lo que allí sucede? Para fabricar mentiras y relatos se compran periódicos, canales de televisión, radios. Lo importante es que no haya cuestionamiento al orden neoliberal global bajo el que sobrevivimos. No podemos soslayar  el hecho y sus consecuencias , de que hoy por hoy, el 96% de los medios de comunicación a nivel mundial están en manos de 6 compañías.  Por eso son los tiempos de la postverdad y la plus mentira, porque al parecer, lo único que importa es el dinero y el  poder, y ante su altar deben rendirse todas las opciones posibles e imposibles. Es la política reducida a intereses y voluntad de poder minoritario, donde no importa el sufrimiento, la exclusión, las desigualdades, la muerte, sea de los pueblos o de la naturaleza (averigüe sobre la silenciada prisión de la adolescente palestina Ahed Tamimi por el Estado de Israel y lea después la Convención internacional sobre los derechos del niño ) . Una política que se pretende  revestida y arropada por el manejo  prostituido de  grandes voces: libertad, democracia, derechos humanos. Por esta nueva situación post caída del “maléfico” Muro de Berlín, es que no  podemos sino vivir permanentemente en peligro. Nos queda, por ahora, el ejercicio de una ética de la resistencia y de la conciencia compartidas,  si pretendemos  legar un futuro  de paz y justicia para las nuevas generaciones.


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