2024, el año que viviremos peligrosamente: ¿Conflicto político y militar entre Estados Unidos y China por Taiwán?

El gran conflicto geopolítico en 2024 podría no ser el genocidio sionista y la lucha de liberación nacional en Palestina, mucho menos una guerra que Rusia ya le ganó a la OTAN en Ucrania, sino un conflicto político, y quizás militar, entre China y Estados Unidos, con Taiwán como proxy.

2024, el año que viviremos peligrosamente: ¿Conflicto político y militar entre Estados Unidos y China por Taiwán?

Autor: El Ciudadano

Por Katu Arkonada

El año 2024 ha comenzado en diciembre 2023, con la asunción del paleo-libertario Javier Milei, y la derogación por decreto de más de 300 leyes que encaminan la Argentina hacia el shock económico que, como siempre, lo sufrirán las y los más pobres, los condenados de la tierra. Lo expresó perfectamente el ex Ministro de Economía de Cristina, y actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, el peronista Axel Kicillof: “Así, se propone privatizar todo, desregular todo, destruir derechos de los trabajadores, arrasar con sectores completos de la producción, rifar los clubes de fútbol y el patrimonio de los argentinos. Todo esto, sin pasar por el Congreso que podría sesionar y discutirlo. Le faltó decir “democracia: ¡afuera!”.

Milei es el prólogo de un 2024 que, en el terreno político-electoral al menos, será el más importante en lo que llevamos de siglo XXI. Tendremos elecciones en alrededor de 75 países que abarcan la mitad de una población mundial que que ya supera los 8 mil millones de habitantes.

En América Latina y el Caribe, mi lugar de enunciación, tendremos elecciones presidenciales en El Salvador, con la segura reelección de Bukele, Panamá, República Dominicana, México y Uruguay, donde se espera la vuelta del Frente Amplio. Asimismo, Brasil y Chile tendrán elecciones municipales. Pero la elección presidencial más importante se dará en Venezuela, donde el país con las reservas certificadas de petróleo más grandes del mundo terminó 2023 con una no menor victoria sobre el imperialismo logrando, a cambio de dos mercenarios estadounidenses, la liberación del diplomático Alex Saab, secuestrado durante 1280 días contra toda legislación internacional. Y es precisamente en el único país donde no se producen golpes de Estado (pues no cuenta con Embajada de Estados Unidos) donde se celebrarán otras elecciones presidenciales importantes para la configuración del tablero geopolítico. O el candidato de Wall Street y el complejo industrial-militar Joe Biden (como antes lo fue Killary Clinton), o el ya no tan outsider Trump, quien paradójicamente abrió muchos menos frentes de guerra para Estados Unidos que el Premio Nobel de la Paz Obama.

Al mirar ese tablero geopolítico, tendremos elecciones al Parlamento Europeo en todos los países de la UE, aliada, siempre en posición de subordinación vía OTAN, de Estados Unidos. Y la contracara geopolítica se dará en el país más poblado del mundo, con elecciones presidenciales en la India, pero también en Rusia, su socio en los BRICS. El 17 de marzo, pocos días después de cumplir dos años del inicio de la operación militar especial en Ucrania, Rusia celebrará elecciones presidenciales en todo su territorio nacional, incluido Crimea, el Donbás (Donetsk y Lugansk), Jerson y Zaporozhe, después de haber derrotado la tan aclamada “contraofensiva ucraniana” de primavera (que terminó siendo en verano y con un fracaso absoluto en cuanto a km2 recuperados). Todo parece indicar que estamos ante una estabilización de las líneas de frente, y una admisión de que Ucrania no va a ganar la guerra (no lo digo yo, lo dijo el Comandante de sus Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhni, en entrevista para The Economist). La filtración de numerosos casos de corrupción que involucran al entorno de Zelensky y la ayuda occidental, parecen indicar que el ex comediante va a seguir el mismo camino que Juan Guaidó y terminar exiliado en Estados Unidos, siendo reemplazado por un gobierno que tenga como misión terminar la guerra en una mesa de negociación con Rusia, sin devolución de los territorios que ejerciendo su derecho de autodeterminación decidieron formar parte de la Federación Rusa en referéndum (septiembre 2022) y sin posibilidad de entrar a la OTAN, al igual que a la Unión Europea, pues a pesar de la tan publicitada estrategia de relaciones públicas sobre el ingreso de Ucrania, uno de los países más pobres y con más población de Europa, con un dudoso sistema democrático que tiene ilegalizados todos los partidos políticos de izquierda, difícilmente va a obtener el beneplácito para su incorporación a la Unión Europea.

También en 2024 se producirán elecciones presidenciales en el país con mayor población musulmán (Indonesia) y en Taiwán, una isla de 36 mil km2 y 23.5 millones de habitantes con potencialidad para desencadenar el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI. Según si gana el gobernante y soberanista People’s Democratic Party (PDP) o los partidos de oposición Kuomintang (KMT) y del Partido Popular de Taiwán (TPP), con posiciones más favorables a un entendimiento con China, estaremos, en palabras de la República Popular China, más cerca de la guerra, o de la paz.

Sí, el gran conflicto geopolítico en 2024 podría no ser el genocidio sionista y la lucha de liberación nacional en Palestina, mucho menos una guerra que Rusia ya le ganó a la OTAN en Ucrania, sino un conflicto político, y quizás militar, entre China y Estados Unidos, con Taiwán como proxy.

*Katu Arkonada es diplomado en Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Políticas Públicas.

Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad.

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