Somos familia, somos identidad, somos sexo, somos todo eso y mucho más. La iglesia evangélica no sólo se equivoca al hablar sobre nosotros como pecado. Se equivoca porque no somos pecado, somos personas…. Per-sona… que es… entonces, soy. No soy calificativo, no soy bueno ni malo. Soy en perfección, sin misticismos ni inciensos, soy yo en el baño, mirando tele, trabajando, y con amigos… soy en mi familia y en soledad, soy teniendo relaciones sexuales y en castidad, en la espera y en el acto.
Me molesta la idea de que nos vean como algo equivocado, como un desorden, pues no lo somos. Somos orden, somos parte de este universo lleno de contradicciones y ambigüedades.
Este texto se escribe como un vómito de ideas, por lo que su desorden puede perturbar al lector… pero lo importante es que entienda lo último o lo primero que está escrito. El resto es sólo diversión para quienes deseen leerme.
¿Para creer en Dios debo renegar de mi identidad? ¿Para amar a quien se ha puesto como mandato divino debo salirme de la iglesia? ¿Debe dios cambiarme o soy perfecto en él? ¿Y si dios tiene a un hombre para mi y no a una mujer? ¿y si nací perfectamente gay? Son tantas las preguntas que puede hacerse un joven que está definiendo su sexualidad, definiendo su homosexualidad, que resulta peligroso que los testimonios de evangélicos salgan a la luz disfrazados de tolerancia… porque eso es mentira.
Cuando un evangélico me dice: respeto tu forma de vida pero creo que vives en pecado, que eres una aberración, que lo que haces está mal… se anula la primera frase: respeto tu forma de vida… porque la crítica indirecta con sus frases compuestas denotan la necesidad imperante de cuadrar una vida que no tiene nada de malo: puedo ser homosexual y no drogarme, puedo ser homosexual y tener una pareja única para toda la vida, puedo ser homosexual y vivir para y con mi familia, porque nada que tenga que ver con mi condición tiene directa relación con la bohemia, con la noche, con la promiscuidad, con el descontrol. Puedo ser control y descontrol como cualquier otro… Conozco heterosexuales más alcohólicos y drogadictos que el homosexual más amanerado que está sobre la tierra.
Entonces, ¿qué es lo que se condena? ¿Qué es lo que se le critica al homosexual? Lo primero que se viene a la mente es el no pertenecer a una norma social dada por cánones binarios de responder a lo que se nos establece como equivalencia genitalidad-comportamiento corporal… en segundo término lo que se nos condena es el placer… porque se cree que en la homosexualidad no hay amor, sólo placer, descontrolado y cochino, malo caca, caca placer… pero la verdad es que el placer es parte de nosotros como seres humanos, somos en placer así como somos en amor, porque amar da placer y el placer nos permite amar…
Dios y sus creaciones… lo que hizo Dios, lo que no hizo, lo que dejó de hacer, etc… etc… creo que es hora de que las iglesias dejen de actuar como viejas de conventillo y centrarse en los hechos… hay homosexuales que son felices y deberíamos integrarlos, deberíamos darles espacios para que puedan vivir la fe sin culpa, sin recriminaciones, porque de que los colas son creyentes, son muy creyentes… he visto a más de una prima en procesión… y no precisamente hacia la disco…
Lo tercero que se nos condena es que no podemos ser en ningún caso una familia convencional… padre, madre e hijos… pues somos dos padres o dos madres e hijos… el problema y de lo que no se han enterado las iglesias es que ya somos familia… convencional o no, somos… y eso lamentablemente no se puede cambiar… somos padres, madres, tíos, tías, padrinos, madrinas, amigos y amigas… No pueden en ningún caso destrozar nuestras familias porque ya lo intentaron por dos mil años, aún así seguimos en la tierra y nos siguen amando.
Somos capaces de ser mejores padres que un heterosexual, y también podemos ser los peores, porque nuestra condición no nos define como persona, no define nuestros valores, ni nuestra forma de amar ni relacionarnos… no somos estereotipo y eso debe quedar claro, somos de todas las formas, tamaños y colores… igual que los heterosexuales…
En fin, toda esta reflexión furiosa y desenfrenada se ha generado a partir de los dichos de Arenito, y su nueva vida de heterosexual… y más allá del personaje farandulero, lo que me hizo reflexionar es el discurso de este ex chico yingo, porque debe haber muchos jóvenes que están confundidos, que tienen carencias afectivas y que se quieren refugiar en dios para pasar el mal rato, el problema es que deben sacrificar su sexualidad, su felicidad, su placer, su identidad para encontrar ese supuesto consuelo…
A todos esos chicos, chicas, y chicxs les digo… Primero: no existe maricón arrepentido como dice una amiga por ahí, y segundo… tranquilos… el sicólogo es mejor que un pastor, la meditación es mucho mejor que un fanático religioso, el amor jamás se restringe y si te piden cambiar algo de ti para que te amen… eso no es amor… eso es manipulación. No confundas un consejo con la discriminación… no confundas porque en eso se te va a ir la vida…
Lo único que espero es que llegue el día en que de verdad podamos mirarnos a la cara y reconocernos libres y felices, en plenitud, sin juicio, porque creo profundamente que si hay algo allá arriba o a nuestro alrededor a lo que podemos decir Dios… lo último en lo que piensa es en con quien nos acostamos… si voy a ser vieja cagüinera comentando lo que piensa el vecino… prefiero ser de esas viejas choras que integran en la junta de vecinos y no que separan los centros de madres…