Ahora Costa Rica… EEUU y la militarización del Caribe

El pasado jueves 1º de julio el parlamento de Costa Rica aprobó la petición norteamericana de permiso para albergar una cifra aún incierta de entre 7

Ahora Costa Rica… EEUU y la militarización del Caribe

Autor: Wari

El pasado jueves 1º de julio el parlamento de Costa Rica aprobó la petición norteamericana de permiso para albergar una cifra aún incierta de entre 7.000 y 13.000 tropas norteamericanas en su territorio, las cuales llegarían en 46 buques de guerra. Esta petición, apoyada por el gobierno de Laura Chinchilla y los partidos que la apoyan (PLN, ML, RC), estaría amparada en el Capítulo de Seguridad del TLC de ese país con los EEUU que, pese a una importante resistencia popular, fue aprobado finalmente tras un amañado referéndum en octubre del 2007[1]. La excusa que se entrega para justificar esta extraordinaria presencia es la lucha contra el narcotráfico[2], comodín que en estas latitudes sirve para justificar cualquier tropelía en contra de la población local o cualquier intromisión que sea del capricho de Washington.

Pero, ¿es el narcotráfico realmente el asunto en juego? ¿Es esta una guerra realmente contra los drogas? Veamos el equipo militar que está en juego:

“Según la prensa costarricense, la mayoría de las naves de guerra son fragatas con una longitud de 135 metros, con capacidad para transportar dos helicópteros artillados SH-60 o HH-60B – Blackhawks, además de 200 marines y 15 oficiales en cada uno.

Pero otras naves y portaaviones, como el USS Making Island, tienen la capacidad para transportar a 102 oficiales y casi 1500 tropas, y están artillados y preparados para el combate intensivo. Pueden transportar 42 helicópteros CH-46, cinco aviones de combate duro AV-8B Harrier y seis helicópteros Blackhawk.

También se ha autorizado la entrada de submarinos de combate, naves tipo catamarán, un buque hospital y vehículos de reconocimiento y combate con la capacidad de movimiento tanto por mar como por tierra. Podrá ingresar a Costa Rica el buque USS Freedom, con la capacidad para combatir a submarinos”[3].

La naturaleza de este material bélico da para pensar que hay segundos propósitos.

¿Cómo debemos entender entonces la presencia yanqui en Costa Rica? En realidad, EEUU está en un proceso de militarización del área Caribe, la cual es fundamental dentro de su proceso de recomposición de la hegemonía norteamericana desgastada en Latinoamérica –lo cual había sido uno de los objetivos políticos primordiales del gobierno de Obama[4]. Esto se desprende de las declaraciones del diputado oficialista Carlos Góngora sobre las razones para autorizar la ocupación yanqui: “Venezuela le está comprando armas a Rusia, y para evitar que los narcotraficantes vendan drogas a los chiquitos frente a las escuelas”[5].

La pérdida de hegemonía norteamericana en la región, después de las aventuras militares en Medio Oriente de Bush en el marco de la llamada “Guerra contra el Terror”, ha abierto un espacio para la llegada de otros intereses económicos al tradicional “patio trasero” del Tío Sam (europeos, rusos, chinos y una multiplicidad de relaciones Sur-Sur que se han establecido incluso con gobiernos que EEUU ve con hostilidad, como Irán) y ahí donde hay competencia por los mercados, hay fricciones y conflicto. Por otra parte, en ese mismo período se han fortalecido mecanismos de integración política y económica regional (Alba, Unasur), lo cual representa otro escenario que amenaza la hegemonía norteamericana, ya que escenarios de mayor unidad producirían términos de negociación diferentes y un polo de desarrollo con mayor margen de independencia, aún cuando no rompan con los márgenes del capitalismo[6].

Esta última amenaza, la representada por la integración creciente de América Latina y por el rol más dinámico de países de la región (Brasil, Venezuela, por ejemplo) ha sido señalada ya por un documento de la Fuerza Aérea de EEUU fechado en mayo del 2009, en el cual se analizaba la importancia de las nuevas bases militares en Colombia, particularmente:

“[América del Sur es una] subregión crítica en nuestro hemisferio, donde la seguridad y la estabilidad están bajo amenaza constante por las insurgencias terroristas financiadas con el narcotráfico, los gobiernos anti-estadounidenses, la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales» [7].

Al final de cuentas, toda relación de hegemonía o dominación en última instancia se mantiene por la fuerza, aunque solamente sea potencial. No es por nada que: a fines del 2008 se re-activó la IV Flota para reforzar al Comando Sur de EEUU que supervisa Latinoamérica en caso de “crisis”; en Aruba y Curazao se han instalado dos bases militares como Puestos de Operación Avanzada (FOL); en Panamá se ha aprobado, a fines del 2009, la instalación de 4 bases militares; en enero, en el contexto de la tragedia desatada por el terremoto de Haití, EEUU tomó la oportunidad para ocupar militarmente, con 20.000 marines, ese país, convirtiéndolo de facto en una gran plataforma militar (donde de paso también socavaron parcialmente la hegemonía de Brasil que ha liderado la ocupación de cascos azules de esa república, la Minustah); y por último, tenemos el acuerdo de 7 nuevas bases militares norteamericanas en Colombia, más el acceso al espacio marítimo y terrestre de esa nación y a cualquier otra base sobre territorio colombiano.

Como vemos, la presencia militar norteamericana en el área Caribe es abrumadora. ¿El objetivo? Lo señala ya el citado documento militar norteamericano:

“mejorar la capacidad de Estados Unidos para responder rápidamente a una crisis y asegurar el acceso regional y la presencia estadounidense a un costo mínimo (…) [Palenquero] incrementará nuestra capacidad de conducir operaciones de Inteligencia, Espionaje y Reconocimiento (IRS), mejorará el alcance global, apoyará los requisitos de logística, mejorará las relaciones con los socios, mejorará la cooperación de teatros de seguridad y aumentará nuestras capacidades de realizar una guerra expedicionaria”[8].

Junto a esta presencia militar abrumadora, hay que observar otros procesos que están relacionados con esta lucha hegemónica aún cuando no impliquen participación directa de los EEUU.

Tenemos en primer lugar el Golpe de Honduras el 28 de junio del 2009, el cual demuestra que el viejo hábito de patrocinar Golpes de Estado y regímenes de fuerza para combatir el “comunismo” (es decir, cualquier fuerza que pueda cuestionar la hegemonía norteamericana o perseguir una política demasiado independiente) sigue siendo una alternativa para los EEUU[9]. De las expresiones de desaprobación poco convincentes, a la parodia de negociación, pasamos al apoyo irrestricto a un régimen que se impuso mediante un Golpe de Estado. Aún cuando lo hayan negado, resulta clara la participación norteamericana en el Golpe, ya que en Honduras jamás el Ejército movería un dedo sin la previa autorización de sus “amos” yanquis estacionados en la base de Soto Cano. De hecho, antes del Golpe el Departamento de Estado reconoció haber discutido con los militares para, según ellos, “mitigar la crisis”[10]. Ahora sabemos que la embajada norteamericana estaba plenamente al tanto del complot[11]. En todo caso, el Golpe tuvo el rol deseado por Wahington que fue, no solamente deshacerse de un aliado de Chávez como Zelaya, sino que enviar un mensaje a la región. Tras el Golpe, Centro América, que estaba comenzado a inclinarse hacia los procesos de integración, volvió a disciplinarse tras Washington. Tanto Funes en El Salvador, como Colom en Guatemala, que meses antes habían manifestado intenciones de acercarse al Alba, tomaron distancia a fin de no sufrir la suerte de Zelaya.

Por otro lado, tenemos el Acuerdo de Seguridad entre Colombia y Honduras que entró en vigor en febrero de este año, el cual tiene por objetivo declarado la lucha contra el “terrorismo y el narcotráfico” en términos nada diferentes a los planteados por Washington[12]. Resulta evidente que Colombia está actuando como “mediador” de los EEUU, que aún cuando respalden abiertamente el régimen de Porfirio Lobo, producirían un voladero de plumas en Latinoamérica, donde mayoritariamente no se reconoce la legitimidad del gobierno de Tegucigalpa, si dieran el paso de reforzar sus lazos militares con ese país tras el Golpe. De esta manera, este acuerdo que fortalece la hegemonía yanqui en Centroamérica, es presentado para consumo público como un acuerdo Sur-Sur[13].

Si a esto sumamos el millonario fortalecimiento del Plan Mérida, iniciativa supuestamente al servicio de la “Guerra contra las Drogas” dirigida a Centroamérica y Mexico, tenemos el panorama completo de aumento de la presión militar en la región de los EEUU a caballo de la “lucha anti-narcóticos”[14].

Es en este panorama en el cual debemos entender lo que pasa en Costa Rica y la seriedad de esta ocupación militar “acordada”. Aún no se mueven las cosas, pero las voces preocupadas ya se han hecho sentir. Y se comienza a hablar de la seria amenaza que este nuevo paso significa para la región. Solamente podemos esperar que el bravo pueblo tico, es decir, los que se movilizaron y lucharon contra el TLC tome la palabra y se oponga a la ocupación.

Por José Antonio Gutiérrez D.

8 de junio, 2010

NOTAS

[1] Sobre el referendum ver el artículo de José Julián Llaguno en: http://www.anarkismo.net/article/7278
[2] http://elpais.cr/articulos.php?id=27925
[3] http://www.kaosenlared.net/noticia/amenaza-regional-mas…-rica
[4] Ver un artículo previo “Obama y América Latina, ¿el imperialismo amigable?” http://www.anarkismo.net/article/9067
[5] http://elpais.cr/articulos.php?id=27841
[6] Este proceso de creciente multipolaridad ha sido analizado en más detalle en otro artículo previo “The Global Game”, por Seán Flood y José Antonio Gutiérrez, publicado en Red & Black Revolution, No.15, Primavera de 2009.
[7] Citado en “Las Bases Militares en Colombia”, Diego Otero, Dossier de la revista Deslinde, mayo-junio 2010, p.6.
[8] Ibid.
[9] El proceso de Honduras lo analizamos en más detalle en tres artículos aparecidos en momentos del Golpe: “Golpe de Estado en Honduras, ¿el regreso de los gorilas o la táctica del desgaste?” http://www.anarkismo.net/article/13596 “Honduras: negociando la crisis a espaldas del pueblo” http://www.anarkismo.net/article/13683 e “¿Insurrección en Honduras?” http://www.anarkismo.net/article/13854
[10] http://www.anarkismo.net/article/13683
[11] http://resistenciahonduras.net/index.php?option=com_con…d=256
[12] http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/articulo18…duras
[13] http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo1…trafi
[14] http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo1…erica

Fuente: www.anarkismo.net


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