Aires de Triunfo en un Chile triste

Nuestro país ha sido testigo y protagonista de una de las experiencias deportivas más relevantes para nuestra historia

Aires de Triunfo en un Chile triste

Autor: paulwalder

boris albertNuestro país ha sido testigo y protagonista de una de las experiencias deportivas más relevantes para nuestra historia. El desarrollo de la Copa América 2015 en nuestro territorio nos congregó entorno a un sueño, a una posibilidad, a una probabilidad de triunfo y victoria, una ocasión inigualable para sacudirnos y despojarnos de las derrotas y de una historia ausente de logros importantes en lo futbolístico. Hoy el día pareciera ser claro y la rutina un poco más llevadera, y aunque esto sólo puediera manifestarse como un simple emocionalismo y cliché, la realidad nos ha manifestado que no es lo mismo despertar con la conciencia del trinfo a despertar con el recuerdo de la derrota.

Tanto habíamos esperado por este momento sublime, es que tanto también ha sufrido el pueblo con ilusiones destrozadas, con los casi casi, con los estuvimos a punto, con los en el último minuto, más de un centenar de años viendo como otros gustaban de la gloria, viendo como otros levantaban la Copa, viendo como otros daban alegrías a su gente, pero a nosotros siempre se nos reservaba el trago amargo y la victoria vez tras vez se nos arrancaba de los pies y de las manos. Producto de sistemas organizacionales ineficaces y de autoridades que no invierten de manera adecuada en el deporte proponiendo e implementando una política deportiva sustentable, nuestros deportistas a razón de sus propios esfuerzos personales y familiares nos representan dignamente en competencias internacionales.

No podemos desconocer los logros alcanzados por deportistas como Tomás González, Marcelo Ríos, Nicolás Massu, Fernando González , la Crespita Rodriguez, Sebastián Keitel, Erika Olivera, Francisco “chaleco” López, Martín Vargas, Kristel Köbrich, Matías del Solar, el colo-colo 91 campeón de la Copa Libertadores, la U 2011 campeona de la Copa Sudamericana, la selección chilena de Polo y la selección chilena femenina de Hockey sobre patines campeonas del mundo, todas estas han sido lumbreras un largo y oscuro camino deportivo de más de cien años de historia. Lamento haber escuchado a muchos estúpidos durante estas semanas decir una y otra vez que Chile no tiene logros deportivos, ¡que frágil es la memoria de este pueblo! con su olvido lanzan a la basura todo lo que sí se ha logrado. Pero no somos un país especializado en deporte, no existe una cultura que desde la infancia estimule el desarrollo de la técnica y el ejercicio deportivo. Somos sedentarios, campeones del mundo en consumo de pan, pesimistas, pocos habituados al triunfo, esto producto del sistema educativo, social y cultural, todo esto heredado de generaciones anteriores que nunca hicieron nada (y si lo hicieron fue muy poco) por el deporte nacional. Hasta que llegaron mentes extranjeras a desestructurar nuestro convencionalismo o en su defecto nuestros propios deportistas tuvieron que huir de la agonia de este país para hallar recursos y medios, perfeccionarse lejos de su tierra. Y así han llegado los logros, poco a poco, gota a gota.

Mi alegría mayor es por la nueva generación de niños y niñas que han nacido y están creciendo en el contexto de estas victorias. Para ellos los fracasos serán sólo historias del pasado que nunca han vivido, su base afectiva y emocional estará integrada por un triunfo que remeció al país entero.

Mis agradecimientos al trabajo serio desarrollado por el cuerpo técnico de esta selección chilena, a cada uno de los 23 jugadores que dejó el alma en la cancha como un verdadero ejemplo de lucha, compromiso y perseverancia, gracias por darnos esta tan necesaria alegría. Son muchos y variados los pesares que hemos sufrido este año 2015, desde las lluvias y aluviones en el norte hasta la erupcion volcánica del Calbuco y las desvergonzadas prácticas de la mal clase política. Una alegría nos hacía verdaderamente falta. No quiero dejar estas líneas por terminadas sin agradecer póstumamente a Carlos de Gavardo por el camino que abrio al deporte tuerca de nuestro país, por todos sus triunfos internacionales y por ejemplo entregado a nuestra juventud. ¡Vuela alto cóndor!

Boris Albert

Poeta, Escritor y Ensayista Chileno

www.borisalbert.blogspot.com


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