“La muerte me dice que me ama, porque sabe que estoy vivo. Porque somos puros los que no tenemos amos” Mauricio Morales D.
Que pesada se debe hacer una mochila donde se cargan tantos sueños y proyectos. Reventar en esquirlas óseas como pago por la consecuencia en aquello, no debiera ser epílogo para nadie, pero, tanto de un lado, como del otro, las ideas se defienden con la vida y se pagan con la muerte si es necesario.
Mauricio Morales Duarte, joven anarquista que murió despedazado por la detonación de una bomba que portaba la noche del pasado viernes.
Realmente llama la atención la nula objetividad de los medios de comunicación, son, vergonzosamente, siempre obsecuentes con el capital, siempre. Han levantado una parafernalia respecto a este acontecimiento. Bomba, terrorismo, subversivos, anarquistas, lumpen, desadaptados, locura, todo finamente hilado para confeccionar el manto de costumbre; inocentes, pasivos ellos, culpables activistas nosotros.
No existe una mínima preocupación moral, pública, interna, espiritual o como quieran llamarle ante este sangriento hecho.
¿Por qué un joven, lleno de vida arriesga su propio pellejo en una acción como esta?
¿Cuáles son los motivos por los cuales se realizan operaciones de esta envergadura?
¿Se ha mostrado algún mínimo atisbo de angustia al ver como un ser humano debe comportarse para exigir algo? ¿Las motivaciones o razones detrás de esta acción son?
¿Se trataba de un loco, un desadaptado, un lumpen más, obviamente?
¿La situación económica, política y social es justa para esta nación?
El burdel burocrático, llamado Estado, con la siempre atenta ayuda de los medios de comunicación, realiza la victimización de su estructura y la satanización de los hechos.
Olvidan de soslayo, que son ellos los culpables y únicos culpables que gente joven tenga que jugarse la vida para exigir un poco de justicia.
Tenemos claro a qué juegan, tenemos claro, qué buscan y qué defienden y qué pretenden con su “trabajo especial de inteligencia”
No destinan millones de dólares en combatir el narcotráfico, ni la droga, tampoco, la corrupción, la confabulación empresarial. Nada de eso y más, pero se esmeran dentro de su mediocridad inherente en buscar, localizar, y eliminar a cualquier sujeto que no esté de acuerdo con el manual de explotación y descaro con el que se abanican a diario.
Sin embargo, en el ejercicio de criticar al sistema capitalista, se escribe a destajo desde nuestro lado. Es sensato, a mi parecer, que la muerte del compañero en este caso, nos incite a la reflexión y a la autocrítica. Sin rodeos, sin cuentos, sin idealizaciones, sin justificar el sacrificio con nuestros olvidos, que conllevan y llevan cierto preludio de más muerte y fracaso en el largo plazo.
Desde algún lugar de Chile…jamás sabrán quiénes somos, jamás nos podrán encontrar, quemaremos, volaremos, incendiaremos sus granjerías y privilegios.
Lo quemado y detonado es bien poco. Cosquillas al sistema. Las acciones son bastante artesanales y artesanales los métodos y preparados.
Las acciones son bien poco asumidas y entendidas por la gran población.
Existe celebración, por lo general en aquellos que planificaron la acción, la gente de a pie, escucha y obedece según el canal de televisión o diario en cuestión.
El compañero era uno de los 20 buscados por la policía. O sea, al parecer falta pulir mucho mejor el trabajo conspirativo.
¿Documentos, panfletos, discos, unidades de almacenamiento, folletos? Obviamente vacíos de contenidos que pudieran servirle al enemigo.
El trabajo militar es algo serio, muy serio. En ello se nos puede ir la vida, o pasar toda o parte de la vida encarcelado por algún asunto mal planificado. En lo militar o se planifica bien o simplemente no se hace. Jamás a medias. La improvisación no sirve.
Si hay algo que a Chile le ha hecho falta siempre, es el elemento militar en los sectores antisistema. No por falta de medios, sino por falta de sujetos con cojones.
Al voleo, sólo tres ejemplos dignos de nombrar pululan en la historia popular. Pero en Chile, los revolucionarios son valientes solamente en el discurso.
Por ejemplo, la acción realizada en contra del Fiscal representante del Virreinato de la corona de Chile en “La Araucanía” Mario Elgueta, resultó ser un fiasco.
“En Octubre del año pasado, cuando éste viajaba en su carruaje escoltado por gordinflones escoltas del ejército real, fue atacado por una quincena de individuos con armas largas y cortas. Resultando picado él, y parte de su comitiva por el aguijón acerado de perdigones perdigados sobre la carroza y su comparsa”
Solamente fue eso, heridas leves sobre su levita judicial. (Confeccionada con la piel de algún mapuche, huelga decir).
Si la acción buscaba “ahuyentar” al sujeto y la represión sobre esas zonas, los resultados han sido más que pésimos, se ha conseguido todo lo contrario.
Hasta el momento existe casi una veintena de detenidos a razón del ataque, sin olvidar la persecución y venidero montaje contra la ciudadana francesa Julia Guillaumette, bajo el cargo de herejía, al consumar nupcias con un Mapuche (horror y pavor en el ceño ebúrneo de la sociedad chilena)
Si la acción pretendía eliminar al fiscal, la acción fue un fracaso. Si la acción intentaba asustarlo o mostrar cierto grado de “fuerza” también ha sido un fracaso.
Las noticias sobre allanamientos, persecuciones, juicios, azotes y castigos sobre territorio Mapuche siguen, sino igual, peor.
Vengaremos tu nombre, no te olvidaremos, el pueblo clama venganza. Ojo por ojo.
Son frases que de verdad son escritas y dichas con honestidad, pero en honor a la verdad, son sólo eso, frases. ¿Cuántos torturadores, asesinos, homicidas, de la dictadura se pasean priscos y lindos por esta larga larguero de injusticias? ¿Cuántas víctimas han visto cara a cara a sus captores y no han hecho nada más allá de un par de insultos y bofetadas? ¿Se les ha ido a funar a sus propias casas y oficinas? ¿Y qué más?
¿Huelgas de hambre, listas con firmas, rezos y oraciones? ¿Resultados?
Los que lloran porque los gobiernos de La Concertación han hecho poco o muy poco, deberían darse con una piedra en el pecho. Si ellos no hubieran hecho lo poco y mediocre que han hecho, ¿Qué hubieran hecho los sobrevivientes? Hasta el momento, NADA. Hay de ciertas especies de humanos que merecen estar muertos y punto. Terminar como Luis Fontaine, a manos del frente. ¿Y los demás?
Los revolucionarios que hay en Chile, por lo general andan soñando con ser émulos del subcomandante Marketing, pegándose a la buena con los pueblos originarios a falta de un proyecto político propio que prenda y encienda en las masas regulares.
Los abyectos en tierras chilenas, hacen lo que se les antoja, saben que las posibilidades que paguen por sus fechorías son muy pocas.
Esa es la herencia que dejará la izquierda a los futuros torturadores, asesinos y violadores. Impunidad y limosna judicial en algún fallo por parte del propio sistema para que no sea tanto el descaro.
Hace rato que da la impresión que los anarquistas son mayoría en el país. Sería interesante verlos agrupados y mejor organizados. Obviamente respetando sus particulares modos de agruparse y desarrollarse.
El movimiento Anarquista, al no estar en venta, ni compraventa, se hace una piedra bastante molesta en la bota militar (disfrazada de zapato civil en la actualidad) de ahí la constante observación, el decidido hostigamiento y seguimiento hacia sus colectivos, casas ocupa y organizaciones varias. Sin entrar en la paranoia, es importante re evaluar las medidas de seguridad y compartimentación en cualquier organización.
Mártir es aquel que muere defendiendo una causa sin oponer resistencia, muere dando testimonio de su fe. Son considerados hasta santos. Los nuestros son combatientes y terrenales como el adobe.
Los explotadores, tienen nombre, apellido y también casa.
¿Cuántas maneras hay de matar a un ser humano?
Sólo una, olvidándolo.
¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte. (Marlene Dietrich)
Por Andrés Bianque.