“Resucitar fantasmas de la historia de España, suscita rencores y divisiones” Partido Popular. Zaragoza. España.
El tiempo es una circunstancia silenciosa si lo miramos en el paso de los días por el calendario. Oculta en su viaje pasillos con rincones y verdades horribles. Las horas van acompañadas de dolores que durarán por mucho tiempo.
Un hombre anciano sentado en la puerta de su casa de algún pueblo en Andalucía o de Santander o Catalunya, recuerda lo sucedido entre 1936-1939, en silencio y con miedo, pero sus nietos no sienten ya el miedo de su abuelo.
Viaja por lo detalles de su pueblo y los recuerdos se resisten al olvido, esos, cuando sus vecinos fueron sacados a empujones, llevados a los muros del cementerio y fusilados sin juicio, sin poder defenderse, se les llamaba represaliados. Habían sido los mismos fusilados los que cavaron sus fosas, los fusileros les quedaba solo tapar con tierra sus crímenes, y en incontables casos eran también presos políticos y personas del pueblo, los que cumplían la función de enterradores.
Por eso, para construir el porvenir, es tan importante «que la justicia en España escuche al fin la voz de Antígona” (Manuel Rivas. Escritor).
Más de cien mil Consejos de Guerra se efectuaron en Catalunya. No hay cifras exactas en Andalucía, Huesca o Galicia, se habla solo de cantidades estimativas de miles de represaliados.
Es el país con más enterrados clandestinos de todo el siglo XX. Entre 1940-1945 tanto en Alemania con en los campos de concentración se llevaban cifras exactas, con nombres y apellidos, de los detenidos y de los que fueron llevados a los hornos crematorios. La España franquista sencillamente disparaba por ese desprecio que siempre han sentido por la vida de los que no piensan como ellos.
Todos los caminos de España en sus cunetas tienen fosas con hombres y mujeres que en muchos casos no conocieron las causales de su detención ni de su muerte. Entonces es deber de la historia darles sentido y una explicación para todos los tiempos, a los fueron condenados a morir de aquella forma. La Ley de Memoria Histórica del 2007 fue un acto sencillo de reparación donde la derecha impuso sus condiciones y escribió las letras que ellos, los hedereros del franquismo consideraban necesarias para su lectura.
UN CASO…
Ampelio Antón es hijo de un carpintero fusilado y enterrado en 1936 en Aranda del Duero junto a otros 28 represaliados. En aquel pueblo cuando llegaron los franquistas las mujeres fueron rapadas y las obligaron a caminar desnudas por las calles. Ampelio Antón durante años buscó los restos de un esqueleto con un reloj, un examen de ADN encontró lo que buscaba, en el 2006… era su padre.
Y se preguntó por qué lo mataron…porque sencillamente les dio la gana
La guerra civil, el quiebre institucional fue iniciado por Francisco Franco apoyado por la iglesia y también los más acomodados de la sociedad. En sus declaraciones asoman conceptos tales como la defensa de “el alma de la patria española” en peligro, “la fuerza de una raza”, cuanta insistencia imponía Franco como su razón histórica, esa santa cruzada que era también para detener un entramado: “judío, masón y marxista”.
El pueblo vasco por ejemplo recuerda los 16 curas fusilados por los franquistas en 1936, dejando en evidencia a la intencionada/desmemoriada iglesia que nunca se interesó saber en que cuneta se encuentran enterrados. La jerarquía eclesiástica sabe que esos curas fueron asesinados por defender la legalidad de las instituciones, esa voluntad de millones de españoles expresada en elecciones libres secretas e informadas, ante los ataques y embestidas del franquismo.
Muy de mañana comenzaban los guardias civiles “la faena” de atarles las manos. Durante el recorrido hacia las murallas del cementerio, iba un cura pidiéndoles que besaran un crucifijo. Después de muertos los familiares no solo perdían a sus familiares. Los tribunales políticos del franquismo también permitía se les confiscaran sus bienes, miles también fueron obligados a pagar elevadas multas…por ser famuiliar de un rojo.
La política de terror ejercida y practicada por los franquistas con sus camisas azules duró muchos años. Nadie quería hablar, la política de terror cruzó todos los pueblos españoles, en esos territorios mandaban los que habían ganado la guerra y por supuesto eran los que imponían las condiciones, las conductas y lo que había que hacer a los vencidos.
El desprecio con el que tuvieron que vivir por decenios los familiares de los fusilados, eso de ser hijo/familiar de un rojo era considerado un paso más allá que la lepra, obligados a guardar cada detalle de sus familiares y de lo sucedido, para contarlo en algún momento. No se reconocen cifras para los que se convirtieron en mendigos al no poder encontrar trabajos con los cuales mantener sus familias, Miles buscaron refugio en otros lugares del mundo, recordaremos solo algunos, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Severino Ochoa, Víctor Pey y en esos nombres representados, los miles y miles… de rojos.
BALTAZAR GARZON se encuentra en la actualidad procesado por haber autorizado la búsqueda en las cunetas de España de los asesinados por el franquismo. La derecha, la misma que gobierna bajo la bandera del Partido Popular se resiste a que su pasado sea tocado, lo encuentran justo, necesario y equilibrado, y dicen que así deberá quedarse.
Nunca BALTAZAR GARZON intentó hacer un juicio político en contra la dictadura y el franquismo, ese es un asunto y tarea de la historia, y eso ya quedó meridianamente concluido. Francisco Franco, Benito Mussolini, Adolfo Hitler, y Augusto Pinochet son los responsables de los más deleznables periodos de la historia del siglo XX.
Nunca la derecha española ha condenado al franquismo. Nunca reconoció el quiebre institucional de 1936 que fue encabezado por un general, segmento uniformado del que se reconoce su enemistad con el sistema democrático. La derecha española sabe que la tarea de buscar a los españoles asesinados es un juicio al periodo durante el cual ellos fueron los sostenedores del modelo y de todas sus consecuencias.
No hay que asombrarse. En el actual poder judicial español existieron hasta hace no muchos años los Fungairiños, que consideraban un atropello a los derechos fundamental de Pinochet someterlo a juicio, por los delitos cometidos durante la dictadura chilena iniciada en 1973. A la derecha española no le interesan los españoles que fueron asesinados durante las dictaduras militares, Joan Alsina, Antonio Llidó no son un día más en el calendario, son parte de la historia reciente.
En enero del año 2008 Baltazar Garzón junto al periodista Vicente Romero, publica EL ALMA DE LOS VERDUGOS, resultado de una investigación que los llevó a buscar entre los pasillos de las tinieblas que habitaron los torturadores y asesinos, la verdad y razones para profundizar los pasos de la justicia.
Por Pablo Varas