Por Marco Teruggi
Miles de manifestantes bajaron de la ciudad de El Alto a La Paz para respaldar a Evo Morales y defender el resultado obtenido el pasado 20 de octubre. Denuncian el intento de golpe de Estado que, afirman, debe frenarse con la defensa activa en las calles.
La democracia en Bolivia se defiende en las urnas y en las calles. Esa certeza acompaña a quienes conforman el denominado proceso de cambio, que el 20 de octubre pasado obtuvo una nueva victoria presidencial. Las elecciones ratificaron por cuarta vez consecutiva a Evo Morales a la cabeza del Gobierno.
Y las calles, el espacio público, han pasado a ser un espacio central de la disputa, de la demostración de fuerzas. Esto se ha manifestado con gran dimensión en las principales ciudades del país donde se enfrentan los dos bloques políticos y sociales: el que lidera Morales, y el que está conformado por dos dirigentes de la oposición, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho.
La Paz es una expresión de esa disputa: por un lado, los sectores de oposición que se han manifestado en los días recientes con bloqueos y movilizaciones, y por el otro las fuerzas populares que respaldan a Morales y pelean por mantener en pie el proceso de cambio ante las amenazas de golpe de Estado que no disminuyen.
Así el miércoles 30 de octubre fue el escenario de la mayor demostración de fuerzas de los movimientos que defienden el proyecto político en curso. La movilización, que inició en la ciudad de El Alto, bajó hasta La Paz marcada por columnas de mineros, movimientos indígenas, coordinadoras barriales, juntas vecinales, vecinos de la ciudad que se acercaron a mostrar su apoyo.
«Evo no estás solo carajo», fue la principal consigna que acompañó el recorrido que zigzagueó por las calles bajo los aplausos de los defensores del proceso de cambio, así como bajo gritos contrarios por parte de quienes sostienen que ha existido fraude el 20 de octubre.
¿Por qué apoyan a Evo?
«Soy un ciudadano de Bolivia que viene a apoyar el proceso, un gobierno de los pobres que ha triunfado en las urnas y eso se tiene que respetar, la derecha está desesperada de que no cumplió su objetivo», dijo un hombre que se acercó a la movilización para apoyar «al Gobierno que ha dado todo por nosotros».
«Es una gran decepción de que no se acepte el voto del pueblo boliviano, el voto del área rural y el voto del pueblo alteño, hemos votado y ha ganado el MAS [partido Movimiento al Socialismo] por 56% de los votos, pedimos que respeten nuestro voto, vamos a hacerlo respetar», expresó por su parte Sandro Ramírez, expresidente de la Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto, que agrupa más de mil urbanizaciones donde viven cerca de un millón de habitantes.
Ramírez se refirió a su vez a la necesidad no solamente de defender el voto, la victoria, sino un modelo de país en construcción: «somos un país que da oportunidades, un país productivo, tenemos grandes metas que vamos a lograr, Bolivia va a ser la referente de industrialización, de la tecnología».
La movilización se dio mientras se conocía el anuncio de Carlos Mesa, quien perdió ante Evo Morales por más del 10%, de no aceptar la auditoría propuesta por el Gobierno y para la cual vendrá una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA)
«No entendemos al señor Mesa, antes de las elecciones hablaba de fraude, entramos a las elecciones y dice que hay fraude y que quiere segunda vuelta, pero ahora ya no quiere segunda vuelta, ni auditoría, lo que quiere es que se anulen las elecciones», sostuvo Ramírez.
La declaración de Mesa se unió a la postura de Camacho, quien la noche del lunes 28 de octubre afirmó que no aceptaría auditoría de las elecciones y amenazó con continuar aumentando la presión contra el Gobierno. La hoja de ruta del golpe de Estado se mantiene, al igual que la auditoría que comienza este jueves 31 de octubre con el acompañamiento de la OEA.
En este contexto se espera que la dinámica de movilizaciones se mantenga y continúe en ascenso. Tomar las calles y las carreteras para defender derechos no es algo nuevo para quienes respaldan a Evo Morales: así se gestó el proceso de cambio en los años 80, 90, hasta el 2005 cuando Morales ganó las elecciones por primera vez.