La divina autoreferencia hacía que casi se cortaban las venas en Santiago al no encontrar mención alguna sobre Chile en las sendas de cables diplomáticos de EEUU divulgados por Wikileaks. Situación angustiosa hasta que -por fín- aparece algo, algo…Y por supuesto, la falta de conocimiento llega a nuevos niveles ridículos.
Imediatamente, la prensa criolla repite como loros lo publicado por elpais.com.
El cable de Wikileaks es titulada ‘Cable de la embajada de Chile sobre la presidenta argentina’ y subtitulada por elpais.com con «La presidenta chilena, Michelle Bachelet, habla francamente sobre Argentina y su inestable presidenta».
A primera vista, se intuye inmediatamente que la ex presidenta Bachelet acusa a su par en Argentina de estar loca.
Nada más lejos de lo cierto.
El cable es sobre un «pequeño almuerzo» entre la Presidenta Bachelet y el Secretario Adjunto del Departamento de Estado de EEUU, Arturo Valenzuela (un amor) en La Moneda, el 12 de enero de 2010.
También figuran en el lunch, el entonces Minrel Mariano Fernández (no tan amoroso…), el subsecre Minrel Angel Flisfisch y Roberto Ibarra (Minrel), el embajador chileno en Washington DC José Goñi (un amor), los asesores presidenciales chilenos Marcos Robledo (un amor) y Francisco Díaz junto al embajador de EEUU en Chile Paul Simons, el Ministro Consejero de la misión de EEUU y Poloff.
El cable -mandado desde la embajada de EEUU en Santiago a Washington DC (y a un lote de otras embajadas, la CIA y el Pentágono)- está escrito en inglés y clasificado (o sea, revisado) por el embajador estadounidense Simons y Secretario Adjunto Valenzuela.
Estos dos puntos -lenguaje y emisor- son vitales para entender qué es lo que se dice.
El cable se basa en notas tomadas por un tal ‘poloff’ que puede ser un señor con ese apellido, o el ‘political officer’ que básicamente es un funcionario en la embajada o misión de EEUU. Tal funcionario se supone entiende lo que se dice en una reunión.
Siendo que la presidenta Bachelet hablaba con su compatriota Arturo Valenzuela, se puede también suponer que la conversación era en chileno puro. O sea, español criollo.
De ahí que en las notas sobre el presidente Lula de Brasil se diga que es un «political fox» (un ‘zorro político’) lo cual no tiene que ver con el animal mismo sino la destreza de Lula en el ámbito político.
En ese almuerzo se habla de Bolivia, Brasil, las elecciones presidenciales, la prensa criolla (la misma que no sabe inglés) y Argentina.
Lo que dice Bachelet, según el cable de la embajada de EEUU:
«Los argentinos tienden a vivir de crisis a crisis más que buscar políticas estables de largo alcance»
Argentines tend to live from crisis to crisis, the President added, rather than pursuing stable, long-term policies.
«Kirchner no es anti-EEUU por naturaleza sino convencida que el maletinazo era un complot en contra de ella y no quiere escuchar evidencia contraria… tendencia de hacer comentarios desafortunados».
Kirchner is not anti-U.S. by nature, Bachelet asserted, but is convinced that the 2007 «maletinazo» incident was a plot against her and will not listen to contradictory evidence.
El tema sobre los ‘comentarios desafortunados’ es en relación a que Valenzuela llegó a Buenos Aires ventilando una larga lista de negativos para la inversión (poco delicado, por cierto).
Los supuestos dichos sobre la presidenta Fernández que publica El País y que son copiados en Chile, provienen del RESUMEN que hace el ‘poloff’ de toda la reunión (su impresión personal):
«She [Bachelet] frankly described the challenges facing Argentina, from its weak institutions and lack of robust democracy to its unsteady president.»
O sea, el cable no le atribuye a Bachelet ninguna mención NEGATIVA sobre la presidenta Fernández. Es más, se desprende de las notas que Bachelet más bien intenta de suavizar los dichos que hacen los otros machos chilenos en el almuerzo sobre Argentina.
Eso sí, que el cable llegue con malicia a Washington DC (enviado por Simons y visado por Valenzuela) deja más que pensar.
Quizás Valenzuela no se da cuenta de la sutileza del resumen del cable (siendo que el cable se cree confidencial) y lo deja pasar. En el caso de Simons, el asunto es más preocupante. Simons es un reconocido hombre del gobierno de Bush y de la industria nuclear. Este tipo de cables son una de las pocas herramientas con la cual se puede influenciar las decisiones en Washington DC ya que los embajadores son los ojos y oídos de su gobierno in situ.
Con todo, nuevamente hay que lamentar la falta de comprensión de lectura por parte de los medios en Chile. Y que se les haga más cómodo repetir (como loros con cables sueltos) en vez de verificar.
Por Montserrat Nicolas