No todos los candidatos de derecha pueden ser candidatos en el lugar donde nacieron, es por ello que es común que sean enviados a colonizar regiones o comunes en las que nunca han habitado y que a veces solo conocen por la televisión.
Ese es el caso de Carol Bown, militantes de la UDI, quien a pesar de votar en Vitacura va de candidata en San Miguel. Su primera incursión electoral fue en el distrito 15, cuya ciudad principal es Rancagua, en el cual fue electa como convencional constituyente.
A pesar de tener una posición política que pretende «achicar» el Estado, no tuvo problemas para ser financiada por el mismo. Luego de ser convencional constituyente, Bown fue contratada por la Municipalidad de Las Condes, la cual le pagó 3,4 millones de pesos mensuales por “elaborar contenido para redes sociales”. Esta labor propia de periodistas y expertos en comunicación política fue dada a una abogada sin experiencia en dicha función. Esta remuneración la percibió hasta un poco antes de la inscripción oficiales de las candidaturas.
No sería extraño que Carol Bown, de ganar el Municipio de San Miguel, use a la Municipalidad como caja pagadora de su partido político y de futuros candidatos, como lo hizo la Municipalidad de Las Condes con ella.
Pero la elección municipal no es la única elección que disputa Carol Bown. Según información de la Superintendencia de Pensiones, también está en el Registro de Directores de AFP, para poder ser nombrada como directora de una AFP.
Ante este panorama, sería terrible que una candidata de comunas que no comparten una realidad común con San Miguel, gane la elección en una comuna que ni siquiera le importa ni conoce. La única opción – conforme a las encuestas publicadas antes de la veda – es el independiente Matías Freire, quien tiene mayores opciones que la actual alcaldesa de la comuna.
Por Luis Echeverría