Señor director:
A través de su Diario deseo dar a conocer esta carta abierta al Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y manifestar mi alta preocupación por la difícil situación económica y política que aqueja a nuestro país, en particular a sus trabajadores, entre los cuales me cuento. Soy un profesional que contribuí, entusiastamente, a impulsar la formación de la actual Nueva Mayoría. Este entusiasmo original, se sostenía en la convicción de la necesidad de realizar reformas estructurales en el país, expresadas en el Programa de Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y, en tal sentido, es preciso reconocer, con todas las dificultades actuales que presenta, la importancia de la Reforma Educacional para el futuro del país y de nuestros hijos, como también, otras reformas que impulsara en los inicios de su gobierno. Sin embargo, hoy me cuento entre los miles de ciudadanos que tenemos una percepción crítica del gobierno, de su equipo político y, en particular, de la gestión del Ministro de Hacienda.
En efecto, creo que Ud. ministro Rodrigo Valdés ha errado la política para enfrentar la actual crisis económica internacional, causada por la caída en la demanda del Cobre. Como se sabe, la profundidad con que una crisis afecta a un país, no depende sólo de los factores externos que la originan, sino también de los elementos endógenos, en este caso, de las políticas y estrategias de los gobiernos para mitigarlas y/o superarlas. Según destacados economistas chilenos, entre ellos, Ricardo French Davis, la crisis del año 2008-2009 fue enfrentada con una política anti cíclica, de tal manera que el gobierno realizó, entre otras medidas, una alta inversión en infraestructura pública, a la vez que dotó a Bancoestado de importantes recursos para prestar a las Pymes y el país no sólo se reactivó, sino que volvió a crecer a tasas importantes. Esa experiencia, quedó en la retina de muchos de nosotros como una formula exitosa para salir de los efectos negativos de las crisis, a las que nuestro país está fuertemente expuesto por su alta apertura a los mercados internacionales.
En cambio Ud. ministro, haciendo gala de una política neoliberal añeja (cuestionada hoy día incluso por algunos miembros del FMI, donde Ud. trabajara) ha concentrado la mayoría de sus esfuerzos en una disminución extrema del gasto fiscal, en el marco de una creencia rígida en que ello es sinónimo de “responsabilidad fiscal”, la que llevaría a los privados a invertir y a reanudar el crecimiento. Hasta ahora, no se venir esa reacción empresarial tan esperada (Algunos Invertirán si Sebastián Piñera gana las próximas elecciones presidenciales), como tampoco ninguna iniciativa suya que contribuya a salir del estancamiento económico y de la pobreza que afecta a las grandes mayorías (¿Tiene Ud. ministro o el equipo político del gobierno, aún una visión de país que guíe sus políticas?). Lo único que vemos, cada día, es su afirmación, repetida hasta el aburrimiento, de que no es posible llevar a cabo esta o aquella reforma, política o medida porque el “país no tiene recursos “
¿Qué significa ministro su frase “el país no tiene recursos”?. Yo no necesito decirle a Ud. que “los recursos” se producen y que Chile puede hacerlo. En el corto plazo, ya mencione a French Davis y su política para lograrlos. En este sentido es preciso subrayar también, que los millones de dólares que evaden y eluden en impuestos los grandes empresarios, cuyos casos escandalosos hemos conocido recientemente, podrían ir al fisco si Ud. implementara instituciones fuertes de fiscalización, como asimismo, parte del 10% de las ganancias de Codelco, que hoy solo van a las FFAA.; pero para ello hay que tomar decisiones que Ud. (Y el equipo político) no han querido, o, simplemente, no se han atrevido a tomar. Ud. no era aún ministro de Hacienda cuando Zaldívar, con otros, “cocinaron” la Reforma Tributaria, pero es harina del mismo costal, hoy el país no tiene plata, porque los montos de la reforma tributaria fueron pauteados por los empresarios.
En el mediano plazo, “los recursos”, que aumentan el PIB, se producen según la OCDE, diversificando la estructura productiva del país, la que en Chile se mantiene dependiente de la venta de materias primas y, por tanto, vulnerable a las crisis internacionales, desde hace ya demasiado tiempo. Esta organización, como Ud. bien lo sabe, advirtió a Chile, que si no agrega valor a sus materias primas, puede entrar en una crisis de envergadura mucho mayor. Por lo demás, la diversificación de la estructura productiva es parte del Programa de Gobierno y el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, declaró, durante el primer año de gobierno, estar mandatado por la Presidenta, para impulsar la creación de nuevas empresas y otorgar al Estado un rol importante en ese cometido. Pero de ello nunca más se volvió a saber. Esa importante iniciativa para el crecimiento y desarrollo del país ¿también fue ahogada por su frase “no hay recursos”? En resumen, el país puede producir recursos, pero ha faltado de su parte, políticas adecuadas y la decisión para obtenerlos de quienes los monopolizan, evaden o esconden en paraísos fiscales. Por ello, Ud. ministro, el “apretón”, como dice la gente de a pie, se lo hace sufrir a los más débiles, a los trabajadores, por la vía de no aumentar sus ingresos.
En efecto, como el país, según Ud., no tiene recursos, frente a las legítimas demandas por aumento de sueldos, que hoy no alcanzan para vivir, Ud. entregó un reajuste del 3, 2 % que es una bofetada a nuestra dignidad como personas. Además de sus erradas políticas o carencia de ellas, las que, precisamente, han contribuido a la falta de plata, Ud. ha mostrado, ante las demandas de la gente, una indiferencia y soberbia pocas veces antes vista. ¿Le interesa a Ud., realmente, la situación de la gente ?. Llego a esta pregunta, porque he constatado que en Chile, el grado de desconocimiento de ciertas autoridades sobre la situación y el sentir de los ciudadanos es abismante.
Para terminar, en mi opinión todo esto ha sido posible en la medida en que economistas como Ud. (Pero no solo economistas), prescinden de la dimensión política para enfrentar los procesos sociales y económicos. Y la política es siempre, además de consenso en torno a temas relevantes, la lucha por el poder y hoy, el poder real, aún lo mantienen los conservadores a ultranza, aquellos que hacen todo lo posible para que nada cambie (incluso sobornar a ciertos políticos para votar ciertas leyes). Todos los países desarrollados, que muchos admiran, como Alemania y los escandinavos lograron serlo, no sólo a través de ciertas medidas “técnicas” en la economía, (Cuya importancia nadie niega), sino a través de la movilización democrática de los movimientos sociales, hasta lograr constituir sus economías sociales de mercado. Si se abdica de la política y del uso democrático de las mayorías parlamentarias y sociales no se logra crecimiento, ni menos desarrollo. Se logra lo que hoy vemos, pobreza y desafección de la política hasta la posibilidad de crear las condiciones para que la derecha regrese al gobierno, frente a lo cual, la mayoría de los Ministros de Hacienda suelen mirar para el cielo, como si ello no fuese parte también de sus desaciertos. Algunos, no sólo ministros, llegan incluso al extremo de descalificar a los movimientos sociales a través de la expresión despectiva “la calle”, olvidando que fueron las movilizaciones sociales en la calle, impulsadas por ellos mismos, las que permitieron una salida pacífica y democrática a la dictadura militar y que serán ellas las que lograrán democratizar también las condiciones económicas de este país.
Ramón Cifuentes Pérez
Cientista Social