Cartas de un Mortal Ejercicio contra polillas

Astillas-costillas-polillas.

Tenemos parientes en las tinieblas. Tenemos prisa en la tierra. Tenemos un sabroso tutifruti en el alma. A veces no entendemos el lugar y materializamos la angustia: entramos al océano de noche como si pudiéramos en él desparramar las frutas.

Pero mira, otra cosa, el queso es mágico y su radioactividad es mayormente poderosa en ayunas.
También:
Ahora que es invierno te sería fácil poder construir un barco de papel que navegue hasta encallar en un puerto de astillas para evitar una plaga en las frutas…

…las frutas, el queso y el barco…y ahora verás cómo se te encrispa el cuerpo con el paso del día, y no envejecerá el segundero, y no viajará tu decisión desde tu último venir, y tendrás que comprender más veces más más tu régimen desvariado.

Somos la misma cosa que se ha formado y demostrado inspiradora. Hay que levantarse y salir a caminar para ver los árboles. Con el estómago hecho naufragios acostumbrarse a la dilatación, contemplar lo desagraciado de lo imponente y ser feliz con el vacío que nos deja a diario la costumbre.
Nuestro Satanás de pacotilla anda cerca, tiene de prendedor una polilla, de un jalón nos muestra su costilla, nos saca la ropa, nos desoculta, nos vemos, y es nuestro turno: ofrecemos nuestros barcos y nuestros tutifrutis, descansamos. El alma necesita tregua, alivio, detención.

Nota 1: La palabra polilla designa en castellano a diversos insectos que apolillan, deteriorando alimentos u otros materiales. Son animales saprófagos, que en la naturaleza contribuyen a la fracción de la biocenosis que en la cadena trófica cierra el ciclo de los nutrientes, y que en ocasiones se aprovechan de alimentos orgánicos atesorados por los seres humanos, convirtiéndose a veces en plagas.
Nota 2: Una fruta, el queso, un barco de papel y salir a mirar los árboles son una forma de cadena alimenticia.

Pía Sommer