Cassius Clay contra Sonny Liston: A 60 años del inicio de la era Alí 

Este encuentro pugilístico es uno de los eventos deportivos más importantes del siglo XX.

Cassius Clay contra Sonny Liston: A 60 años del inicio de la era Alí 

Autor: El Ciudadano

Por Jean Flores Quintana 

Exactamente hace 60 años cambió para siempre el boxeo y entra por la puerta ancha de la historia popular, Cassius Marcellus Clay, Jr. 

El 25 de febrero de 1964 se libra en Miami el legendario combate por el Campeonato Mundial de los Pesos Pesados. Charles «Sonny» Liston se presentaba al cuadrilátero como campeón defensor tras arrebatarle el título por nocaut en el primer round a Floyd Patterson en 1962. 

El retador, Cassius Clay (Louisville, 1942) llegaba a la pelea luego de coronarse Campeón Olímpico en los Juegos de Roma 1960. 

Charles Liston (Arkansas, 1932) era un luchador despiadado. Aprendió a boxear en la Cárcel Estatal de Missouri mientras cumplía condena por atraco a mano armada. Más tarde volvería a prisión por asaltar a un policía. Así de bravo. Desde temprano tuvo vínculos con la mafia de Philadelphia. Previo a la pelea, muchos reporteros sostenían que The Big Bear era dañino para el deporte por su estilo sanguinario. Johnny Tocco, su entrenador, quién además trabajaría con George Foreman y Mike Tyson, dijo que Sonny era el que pegaba más fuerte de los tres.

La guerra psicológica 

Este encuentro pugilístico es uno de los eventos deportivos más importantes del siglo XX. Las apuestas, expertos y periodistas estaban en el rincón del campeón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), la Comisión Atlética de Nueva York (NYSAC) y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Sin embargo, esto no amilanó a Clay, por aquel entonces de 22 años. Con el ímpetu de la juventud, diseñó una estrategia psicológica dentro y fuera del ring con el objetivo de desestabilizar al adversario, sacarlo de la pelea antes que comience. Así convocó a la prensa días antes del pugilato frente a la casa del rival. Cuando este abre la puerta, se encuentra con un airado Cassius insultándole por todo lo alto. El alboroto fue tal que los vecinos llamaron a la policía y el muchacho de Louisville terminó detenido. Los días siguientes solo fueron en escalada, una serie de declaraciones polémicas le valieron su primer apodo The Louisville Lip, en castellano El Bocón de Louisville, así lo registró la prensa: 

-«Liston no puede ser el Campeón del Mundo de los Pesos Pesados. Es demasiado feo y gordo. En cambio, yo soy guapo».

-«Está viejo, es lento y está cansado. Soy más fuerte y rápido. Soy el campeón». 

-«Sonny ¿me oyes? Quiero que me escuches bien. Eres un oso. Un oso feo y perezoso, y te voy a cazar. Que me escuche el mundo. Voy a salir a cazar un oso feo y perezoso». 

-«Vuelo como una mariposa pero pico como una abeja». Esta constituye una de las frases más icónicas de todos los tiempos, que rápidamente dió la vuelta al mundo.  

La pelea 

Suena la campana. La provocación resultó un éxito. Liston sale a matar a Clay. Saltó desde su rincón hirviendo en cólera para despedazar al fanfarrón que lo avergonzó e insultó frente a todo el planeta de todas las formas imaginables. Descargó una serie de derechazos capaces de reventar la cabeza de un rinoceronte. Ninguno conectó. El defensor estaba ciego de ira, su frenética performance contrastaba con la de su oponente quien danzaba alrededor, elegante, en armonía, manejando los tiempos y disparando certeros puñetazos.

El segundo y tercer asalto no variaron de guión. Sin embargo, al final del cuarto round, un haz de luz ilumina la esquina defensora. El medallista olímpico grita a su entrenador, Angelo Bundee: “No veo nada, me han puesto algo en los ojos”. El silencio atraviesa el coliseo. Las casi 8 mil personas especularon que arrojaría la toalla, pero Bundee tenía templanza y oficio. Limpia los ojos con agua fría y escupe un par de frases cortas: “No tendrás otra oportunidad. Sal y no pares de correr”. 

Liston, aprovechando su oportunidad, sale a darle con todo lo que tiene. Lanza relámpagos con el puño izquierdo y truenos con el derecho, el hombre bramaba fuego. Clay logró soportar el castigo, de pie y entero. Sonny había utilizado todo su arsenal y los 10 años de diferencia determinaron el curso de la pelea. El bailarín se veía fresco, conectando golpes en series, arriba y abajo, azotando mentón y costillas, a punta de jabs desplaza a su víctima por lo ancho del ring. Uno-dos selectivos, al ritmo del soul con ganchos letales. Dos estilos de pelea confrontados: fuerza bruta contra técnica, rusticidad frente a elegancia. Sin aire en los pulmones, fatigado, incapaz de levantar los brazos que pesaban lo que un riel, Charles Liston abandona la pelea al final del sexto asalto. Cassius Clay salta desde su esquina para gritar por los cuatro costados apuntando a las cámaras, «¡Ahora traguense sus palabras!, ¡Soy el campeón del mundo!, ¡He cazado al oso feo y perezoso!, ¡Soy el más grande!».

Muhammad Ali, el nacimiento de la leyenda 

Cuando entrenaba en Miami, Cassius Clay tuvo sus primeros contactos con la religión musulmana a través de la Nación del Islam, quienes planteaban que la liberación necesariamente precisaba una dimensión religiosa. En este contexto, establece un fuerte vínculo de amistad con uno de los principales voceros de la organización, el carismático Malcolm X.  

Consultado sobre estos hechos en 1989, diría: 

-”Mi primera impresión fue, ¿cómo es que un hombre de color puede hablar sobre el gobierno, sobre las personas blancas, y ser tan atrevido y no recibir un balazo?, ¿Cómo podía decir esas cosas? Sólo Dios podía estarlo protegiendo. Malcolm X caminaba solo, no tenía miedo y eso me atrajo».

Diez días después de coronarse Campeón Mundial de los Pesos Pesados, el viernes 6 de marzo de 1964, el líder espiritual Elijah Muhammad lo rebautizó bajo el nombre Muhammad Ali. 

Sobre el significado de la identidad que abrazaría por el resto de sus días, Alí diría que el “Clay” era un apellido de esclavos, algo que él no había escoido, mientras que Muhammad Alí significaba “El Amado de Dios”. 

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