Muchos se preguntan qué buscamos los indígenas al pedir la descolonización de la isla de Rapa Nui. Claramente no es un acto sedicioso, independentista, ni revolucionario. Es una solicitud claramente definida por el derecho internacional, y permitida por la ley chilena. Chile suscribió esos tratados para ser aplicados. Los indígenas sólo solicitamos que el Estado los cumpla y que el colonialismo y opresión cesen en Rapa Nui.
La solicitud de descolonización supone colonialismo, es decir, la existencia de pueblos oprimidos en un territorio lejano, controlados por potencias extranjeras. Cuando esta potencia usurpa el derecho a la autodeterminación política de la colonia y priva a su población de sus recursos naturales y derechos fundamentales básicos (propiedad, cultura, desarrollo, lengua, etc), estamos ante un «territorio no autónomo», es decir, colonizado.
Justamente, colonialismo y opresión es lo que ocurre en Rapa Nui. Chile celebró un tratado internacional con ellos el año 1888, el que nunca fue cumplido por Chile, quien inscribió las tierra de los Rapa Nui y se las quitó como si hubieran sido «tierra de nadie», permitió la esclavitud de sus habitantes, los que no tuvieron carnet de identidad, derecho a voto, ni tribunal competente para denunciar los horrorosos delitos que se cometieron contra ellos, hasta 1967.
El colonialismo continúa hasta el día de hoy: las tierras y aguas Rapa Nui no han sido restituidas a sus habitantes; el Parque Rapa Nui ha servido para aislar a los nativos del uso ceremonial de cementerios y lugares sagrados; no tienen las facultades de autogobierno que les reconoció el tratado de 1888; la lengua rapa Nui se extingue en virtud de políticas educativas asimilacionistas y desfinanciadas; están sumidos en un desorden administrativo caracterizado por el overlapping (traslapamiento de facultades) y la ausencia de fiscalización tal como lo reconoce el proyecto de ley del gobierno sobre estatuto especial; se han realizado consultas indígenas fraudulentas sobre el control migratorio que están por muy debajo de estándar internacional para territorio insulares patrimoniales. Súmese a ello la represión policial y persecución judicial de sus líderes ante la protesta social que desarrollan para la restitución de sus derechos.
Las normas internacionales dicen que el Estado colonialista debe tomar medidas para «liberar» del colonialismo al territorio no autónomo, respetando sus derechos y voluntad colectiva, e informar a la ONU de tales medidas. Para descolonizar, la ONU señala tres alternativas que los pueblos colonizados pueden elegir: asimilación, independencia, y Estado libre asociado (régimen especial de autogobierno dentro del Estado).
Chile pertenece al Comité de los 24, también conocido como el Comité de Descolonización, el organismo creado por Naciones Unidas para supervigilar la descolonización de cualquier territorio colonizado o «no autónomo». Por lo tanto, si Chile es fiscalizador de potencias coloniales, debe saber muy bien qué es colonialismo y si este se verifica en la isla de Rapa Nui. Salvo que Chile sea un Estado colonialista infiltrado en el Comité de Descolonización, lo que significaría que es un «gato cuidando la carnicería». Creemos que el Estado de Chile debería avergonzarse de pertenecer al Comité de Descolonización.
Al redactar esta solicitud y presentarla ante varias embajadas, simplemente estamos activando un mecanismo que requiere que un Estado miembro de la Asamblea General de Naciones Unidas la avale. Y fuimos los primeros en hacerlo. Décadas de anuncios de que ahora sí, pero nunca fue, llegaron a su fin.
El primero en recibirnos fue Bolivia, pero esta es una campaña internacional que recién comienza. Vendrán muchas reuniones, y el ejercicio de la diplomacia entre pueblos. Los pueblos originarios esperamos conquistar el derecho al autogobierno, en las múltiples formas que lo reconoce el derecho internacional. No necesariamente es independencia. Tampoco es el paternalismo y la asimilación actual.
Por nuestra parte seguiremos buscando aliados, hasta que el pueblo Rapa Nui y los demás pueblos originarios de Chile recuperemos el autogobierno, hasta restituir la autodeterminación política que nos usurpa el Estado de Chile, y así, reconquistar nuestra libertad.
Rafael Tuki Tepano, Consejero Rapa Nui ante CONADI
Ariel Leon Bacian, Aymara-quechua, miembro de la Red Constituyente Indígena.